Ministerio de Turismo

La ejecución del proyecto se realiza de forma conjunta por la GIZ  y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (ONU Ambiente), en estrecha coordinación con el BMU. Viene operando en cuatro países: Argentina, Perú, Sudáfrica y Uruguay, con el objetivo de brindar asistencia técnica a aquellos en vías de desarrollo y a las economías emergentes en materia de economía verde e inclusiva. 

El encuentro contó con  la participación virtual de técnicos del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (Mvotma), Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM), Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), Ministerio de Turismo (Mintur), Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop), de Transforma Uruguay y de gobiernos locales, de instituciones como  CND, ANDE, ANII, AUCI, Cempre, Fundasol, de las Agencias de Naciones Unidas (ONU Ambiente, ONUDI, UNITAR, OIT, de los proyectos NAP ciudades, Biovalor, REDD+ y de la cooperación Alemana (GIZ)

Durante la instancia se presentaron los avances logrados a la fecha y los desafíos para continuar profundizando la agenda de trabajo hacia la economía verde e inclusiva. De los resultados alcanzados se destacan la conformación de un Grupo Interinstitucional de Trabajo (GIT) que incluye a los ministerios involucrados y una red de referentes ambientales de los gobiernos departamentales (RED). Estos trabajan de manera transversal y articulada, fortaleciendo sus capacidades para abordar los problemas complejos del desarrollo productivo con inclusión de la dimensión ambiental y social.

Entre los temas abordados en los diferentes talleres realizados se destacan los siguientes: Servicios ecosistémicos; sinergias entre las Contribuciones Nacionales Determinadas para la reducción de gases de efecto invernadero (NDCs) y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS); compras públicas y finanzas sostenibles; Economía Circular; Bioeconomía y Química verde.

En total se han formulado y ejecutado 13 proyectos de cambio. Estos son liderados por una de las instituciones parte, si bien cuentan con el involucramiento de un importante número de organizaciones integrantes de la red. La experiencia constituye un ejemplo que sirve de precedente del trabajo interinstitucional realizado, el cual ha redundado en la obtención de impactos mayores a los resultados inicialmente proyectados. Entre los resultados ampliamente superados se destaca el trabajo en las siguientes áreas:

Capacitaciones realizadas a industrias de la cuenca del Santa Lucía en el Proyecto de Mejora de la Competitividad Industrial y del Desempeño Ambiental;

Desarrollo de una apuesta al Turismo Sostenible utilizando la herramienta del Sello Verde Turístico para Uruguay;

Gestión integral de residuos. Esta abarcó diversos flujos y logró que muchas de las instituciones alcanzadas redujeran la generación de residuos, al tiempo de valorizar aquellos que generan;

Los avances en la identificación de servicios ecosistémicos como herramienta de mejora de la gestión de ríos y lagunas;

El diseño de estrategias y nuevos planes sectoriales, tales como la Estrategia Nacional de Bioeconomía Sostenible y el Plan nacional de adaptación del sector energía al cambio climático;

La mejora de la calidad de vida de grupos vulnerables a través del Programa de Producción más limpia y Formalización de ladrilleros artesanales en Uruguay;

Promoción de la Educación ambiental con el fin de involucrar un número mayor de técnicos y ciudadanos en estas acciones.

Como resultado de este accionar colectivo Uruguay postuló a la Iniciativa de Naciones Unidas “Alianza para la Acción hacia una Economía Verde e Inclusiva” (PAGE), con lo que logró el apoyo vía fondos de cooperación para desarrollar acciones locales de profundización de la Economía verde.

¿Cómo funcionan los proyectos de cambio?

Estos parten de un objetivo claro en el área de acción identificada y comprenden un conjunto de actividades que aprovechan los recursos técnicos existentes, así como los nexos creados a la interna del grupo interinstitucional. En su diseño e implementación se incorporan, además, las herramientas de gestión de proyectos y desarrollo organizacional provistos por los referentes de GIZ durante los talleres, las actividades complementarias y, en algunos casos, el asesoramiento técnico por parte de expertos nacionales e internacionales.

Los desafíos a futuro

El país y el mundo vive en estas horas una emergencia sanitaria cuya solución requiere la mayor atención de las autoridades, funcionarios públicos y compromiso de todos los ciudadanos. Pero al salir de esta situación debemos tener más que nunca presente el futuro de nuestro planeta y la manera en que realizamos las actividades, por eso el tránsito hacia una economía verde es una nueva oportunidad de hacer las cosas mejor.

Los riesgos que crea el calentamiento climático ya son identificables y requieren, por tanto, nuevos comportamientos y nuevas maneras de producción y consumo. El clima y sus connotaciones actuales, en tanto áreas multidimensionales se presentan ciertamente complejas, lo que desafía a toda la sociedad a aportar soluciones mediante la inteligencia colectiva y la solidaridad universal. Es por este motivo que el aporte en la búsqueda de nuevas soluciones a estos desafíos, más aún desde las instituciones públicas, sigue siendo una tarea pendiente e impostergable.

Y hoy esas nuevas respuestas no pueden dejar de incorporar un factor clave: la innovación. Y exigen más que nunca del ingenio y la creatividad, la materialización de nuevas ideas de sustentabilidad vinculadas a la inclusión y la conservación de los recursos, para finalmente garantizar el futuro desarrollo de las generaciones venideras.