PRESENTACION
El Anuario
2005 es, al mismo tiempo, expresión de continuidad y de cambio.
Este número
continúa la tradición de ofrecer información y comentarios
actualizados y análisis de políticas sobre el sector agropecuario y
las principales cadenas productivas.
En términos
generales, según los indicadores de producción, exportaciones e
inversiones que se comentan en este Anuario, el desempeño del sector
agropecuario en el 2005 ha mejorado. Esto es el resultado de un conjunto
de factores externos e internos y, en definitiva, de la iniciativa de
muchos empresarios de todos los tamaños y condiciones, de muchos
trabajadores y técnicos y, esperamos que cada vez más, de un sector público que apoya
y crea las mejores condiciones para el sector.
Es
interesante observar que la decisión ciudadana de proyectar al gobierno
a un partido portador de algunas ideas distintas a las que orientaron la
acción del Estado no generó un ambiente de incertidumbre capaz de
afectar la marcha del sector agropecuario.
El desempeño
favorable del sector agropecuario no impide reconocer la presencia de
grandes desafíos, entre ellos los que se mencionan a continuación.
En primer término,
la existencia de situaciones desfavorables en algunas ramas como
consecuencia de bajos precios, como en el arroz, o de factores
sanitarios o climáticos. En este sentido, la actual administración se
propone fortalecer los medios que permitan reducir las fuentes de
riesgos que dañan los negocios y alteran la progresión de largo plazo
de las cadenas agroindustriales.
En segundo término,
si bien la inversión fija habría crecido en el 2005 y en alguna, como
en la forestal, a un nivel excepcional, sigue siendo imprescindible la
ampliación de la capacidad de producción instalada competitiva y, por
lo tanto, asociada a un ritmo más acelerado de adopción de
innovaciones.
Un tercer
desafío importante es el de asegurar que el crecimiento de la producción
y de las exportaciones agroindustriales sean socialmente incluyentes,
esto es, que comprenda a los hogares de los productores familiares y
asalariados. En este aspecto se observa un considerable rezago. Algunos
pasos en esa dirección son descriptos en artículos de este Anuario.
En un plano
más general, la estrategia de desarrollo se articula en torno a dos
grandes objetivos orientadores:
i)
crear las condiciones para el
crecimiento de la cantidad de bienes y, sobre todo, la mejora continua
de la calidad, diferenciación de productos e integración de las
cadenas productivas orientadas a fortalecer la proyección exportadora;
y
ii)
establecer los medios para
asegurar que el crecimiento de la agroindustria permita la generación
de empleos de calidad y la mejora continua de las condiciones de vida y
de trabajo, particularmente de los pequeños y medianos productores
agropecuarios y los asalariados rurales.
Corresponde
señalar que en noviembre de este año el Presidente Tabaré Vázquez
tomó la decisión de dar un nuevo impulso al sector al encargar a
varios servicios la formulación de un Plan de Desarrollo Agroindustrial
como instrumento de ordenamiento del sector público y marco de
referencia para el sector privado.
Para
finalizar, expresamos nuestro agradecimiento a las personas e
instituciones que apoyaron esta publicación.
Ing. Agr.
Martín Buxedas
Director de OPYPA - MGAP
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