Cómo dialogar con niños y niñas sobre la situación de consumo problemático de drogas.

Recomendaciones

Éste documento brinda orientaciones para familias, sobre cómo dialogar con niños y niñas sobre la situación de consumo problemático de drogas de una persona referente del entorno cercano.

Entendemos por uso problemático aquella forma de relación con las drogas que produce consecuencias negativas para la persona o su entorno, ya sea por la cantidad, la frecuencia o la situación biopsicosocial de la persona.

El uso problemático puede configurarse en una única ingesta, en varias o durante un período relativamente prolongado, y si se presentan alguna o varias de las siguientes manifestaciones:

  • Complicaciones físicas o psíquicas relacionadas con el uso de la sustancia.
  • Utilización repetida de una sustancia que conduce a una incapacidad para cumplir con las obligaciones.
  • Utilización en situaciones cuyo uso puede comportar un riesgo.
  • Problemas con la ley ligados a la utilización de una sustancia.
  • Problemas interpersonales o sociales persistentes o recurrentes causados o agravados por el uso de la sustancia. (Infodrogas: 18)

Cuando algún integrante de la familia está consumiendo drogas y ello produce cambios en la dinámica familiar es importante dialogar con los niños y niñas, y de esta forma, evitamos malos entendidos, ansiedades y temores.

Debemos de tener claro que podemos no tener todas las respuestas, y que nosotros también podemos necesitar ayuda. Cuando no tenemos la respuesta, debemos transmitirlo con honestidad, y compartir de qué manera vamos a intentar dar respuesta. También es importante aclararles que algunas respuestas no las vamos a tener, ni las podemos anticipar, ya que van a depender de cómo se dé el proceso.

Es aconsejable tener intercambios con un profesional con el cual podamos como adultos procesar lo que está sucediendo, y colabore con nosotros en transmitir la situación al niño/a de la forma más adecuada.

Cualquiera sea la edad que tenga el niño/a, necesita conocer de qué se trata el consumo problemático de drogas. Este momento no es el indicado para hacer prevención de futuros consumos o para transmitir los riesgos. Seguramente esto pueda ser en otra instancia.

En este momento, el niño/a necesita conocer lo que le está pasando a su familiar, evitando detalles innecesarios. Es importante que el resto del entorno del niño/a, por ejemplo, centro educativo, también esté en conocimiento de lo que sucede para poder acompañar y ayudarnos al abordaje. Además el centro podrá acompañar a otros niños/as que se enteren de la situación, ya que los niños/as suelen contar a sus pares más cercanos lo que sucede en su cotidiano, y más si son situaciones que los movilizan.

Es importante tener en cuenta que como la situación es un proceso que irá teniendo un desarrollo que desconocemos, el diálogo sobre el tema no se agotará en una charla. En el primer acercamiento pondremos el tema sobre la mesa; quizás el niño/a no esté disponible para el diálogo en una primera instancia y frente al silencio debemos poner en palabras que queremos dialogar sobre la situación y dejar abierta la posibilidad de que nos consulte cuando lo considere. 

Hay formas para resolver estas situaciones que son más rápidas, otras hay que intentarlo varias veces. Estar en situación de consumo problemático de sustancias puede transformarse en un problema para la salud, tanto para la persona que consume como para la familia. Por eso es importante recurrir a profesionales (médicos, psicólogos, psiquiatras) para orientar el tratamiento, a espacios de escucha o espacios de acompañamiento.

Esta propuesta pretende ser de utilidad cuando no haya situaciones de violencia hacia el niño/a y hacia los demás integrantes de la familia. En caso que se den situaciones de cualquier tipo de violencia (física, sexual, etc) es otro el abordaje que se debe dar a la situación, comenzando como primer medida con la protección del niño y/o niña.

Algunas recomendaciones:

¿Cuándo comunicar? Cuando se tiene noticia de la situación, o se desarrolla un suceso que expone la situación.

No debe ser de inmediato porque debemos estar disponibles al diálogo; tampoco podemos dejar pasar demasiado tiempo. En lo posible se debe buscar un momento y lugar tranquilo, para conversar del tema sin distracciones. El espacio debería ser un lugar que brinde comodidad, seguridad, del entorno familiar, no un lugar público con mucha circulación de personas y distracciones (ejemplo: placita de juegos).

¿Quién debe comunicar? Un adulto referente, que sienta que puede hacerlo

Tener en cuenta que este adulto deberá estar disponible durante el resto del proceso, y debe ser accesible. Si por alguna razón va a estar ausente, se debe referenciar al niño/a con otro adulto que esté en estas condiciones.

Si bien no va a tener todas las respuestas, mínimamente, debería estar informado del tema; con conocimiento básico podemos ir brindando respuestas, evitar exageraciones y falsas creencias en el diálogo. Un discurso desde datos reales, es más creíble y convincente.

¿Qué comunicar? Claramente lo que está sucediendo a la persona

Consultar al niño/a si hay algo que le preocupa, si ha escuchado algo en estos días sobre el familiar que se encuentra en situación de consumo problemático de drogas. Esto permite saber cuánto sabe el niño/a y cómo está viviendo la situación.

Transmitir de forma clara lo que está sucediendo. Podemos ir realizando preguntas al niño/a para chequear cuál es el conocimiento que tiene del tema, sus miedos, sus preocupaciones. Preguntarle cómo se siente él/ella con todo esto. A veces no hay mucho para decir, sino simplemente dar espacio a que se exprese, admitir sus sentimientos y acompañar.

Si vamos a transmitir la situación a alguien fuera del núcleo familiar, que consideramos también puede acompañarlo/a, debemos explicitar que lo vamos a hacer. Podemos consultarle al niño/a si le gustaría hablarlo con alguien más.

¿Cuánto comunicar? La situación puntual y lo que el niño/a quiera saber

Lo necesario, evitar demasiados detalles, ser concretos con lo  que se transmite. Dejar abierta la posibilidad de retomar la charla luego, o seguir conversando cuando pasen situaciones; el tema no se acaba en una sola instancia de diálogo. Transmitir que estamos allí para poder responder sus dudas cuando desee.

¿Cómo comunicar?  De forma  honesta, empática y amable

Con un lenguaje claro y sencillo, adecuado a la edad, capacidad de entendimiento y desarrollo madurativo. Se debe tratar de ser honesto y directo, no se deben brindar detalles innecesarios, por ejemplo, de los desacuerdos que pudieran haber entre adultos. Hablar con naturalidad, poner ejemplos sencillos, adaptar el lenguaje aporta a un mejor diálogo. Tenemos que tener en cuenta que no debemos ni crear miedo, ni quitar importancia.

No se deben realizar promesas; este tipo de situación es demasiado cambiante por lo que no podemos anticipar que va a suceder.

Tener en cuenta:

  • Debemos transmitir seguridad al niño/a, que vamos a estar allí para ellos/as y lo/a acompañaremos.
  • Los niños/as no son responsables de la situación y debemos transmitirlo.
  • A pesar del problema de consumo de drogas  que presente en este momento su familiar, es importante transmitirle al niño/a que si bien hoy esa persona no está pudiendo estar con ellos/as y brindarles afecto, no les ha dejado de querer y no ha dejado de ser parte de la familia. Es por eso que los adultos  acompañamos y ayudamos dentro de nuestras posibilidades.
  • En el diálogo que mantengamos con el niño/a, seguramente la angustia se presente. No hay que asustarse por ello, alcanza con contener al niño/a (abrazarle, acompañarle). No pasa nada si el niño/a ve llorar al adulto con quien está hablando, lo más importante es no quedarse en soledad con todas estas emociones.
  • Cuando le mostramos al niño nuestra propia dificultad para entender y abordar el tema, le permitimos comprender las tensiones que existen, al tiempo que descomprime la sensación de malestar. Ahora que estas sensaciones son compartidas, ya no están solos/as en ese proceso.
  • El tema no se cierra en una charla, es algo que vamos a tener que mantener mientras la situación esté presente. Igualmente es importante hacer un cierre de cada momento,  retomando cómo nos sentimos, si llegamos a algún acuerdo, o si quedaron abiertas preguntas y cómo las vamos a intentar responder, para retomar en un próximo diálogo.-

 

Este documento fue elaborado en el marco de un trabajo interinstitucional por el área de Formación y el área de Salud Integral de la Secretaría Nacional de Drogas, el Programa de intervenciones especializadas y el área de Mecanismo de Recepción y Abordaje de Situaciones de Violencia Institucional (MERAVI) de INAU.

Este documento fue revisado y recibió aportes de la Dra. en  Psic. Alicia Muñiz ex prof. titular Instituto de Psicología Clínica de Facultad de Psicología y por la Psiq. Magdalena García.

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