Mal denominadas “energizantes"

Investigadores advierten incremento del consumo de bebidas estimulantes en menores y adolescentes

La Secretaría Nacional de Drogas (SND) organizó una jornada académica donde se exhibieron datos sobre estas sustancias, destacadas por su alto contenido de cafeína y azúcares y con alto impacto en la salud. Se presentaron los resultados de trabajos sobre el consumo y sus consecuencias, elaborados por el Observatorio Uruguayo de Drogas y la Universidad de la República.

En el mundo, entre el 30% y el 50% de los adolescentes y jóvenes consumen bebidas conocidas comúnmente en el mercado como “energizantes”. En Uruguay, el 65,9% de los estudiantes de entre 13 y 17 años las consumió en el último año. La edad promedio de inicio es a los 13 años, según una encuesta del Observatorio Uruguayo de Drogas, realizada en estudiantes de Enseñanza Media. A esto se suma una baja percepción del riesgo sobre su consumo, no solo por parte de adolescentes y menores, sino de sus familias y/o adultos responsables.

En la apertura de la jornada académica, denominada “Bebidas Energizantes: mitos y realidades”, el secretario general de la Secretaría Nacional de Drogas, Gabriel Rossi, expresó su satisfacción no solo por ser la primera jornada pública de la SND, sino por llevarla adelante junto con la Udelar. “Para nosotros es muy importante trabajar en base a la evidencia y es nuestro objetivo hacer política pública en el sentido de que la evidencia nos ampare”. Rossi advirtió que el consumo de estas bebidas “ha crecido exponencialmente en los últimos diez años”.

La directora de la Escuela Nacional de Nutrición, Myriam De León, hizo hincapié en la necesidad de que las personas “conozcan, sepan el impacto de elegir una cosa u otra y así puedan elegir de una forma más adecuada”. En este sentido, se refirió a la importancia de concientizar no solo a los jóvenes sino a las personas responsables de ellos sobre el consumo de las bebidas estimulantes y el promover una alimentación saludable

Un grupo de investigadores de distintas disciplinas (Nutrición, Toxicología, Sociología, Química, Psiquiatría Pediátrica) trabaja desde el período anterior en una serie de estudios sobre las bebidas estimulantes, que se definen como bebidas elaboradas en base a cafeína y otros compuestos tales como taurina, aminoácidos, guaraná, ginsen. Una lata equivale a cuatro tazas de café y 20 cucharaditas de azúcar.

 

Consumo de energizantes y riesgos para la salud pública

La Dra. Alba Negrín, integrante de la Unidad Académica de Toxicología de la Facultad de Medicina y asesora técnica de la SND explicó que estas bebidas “tienen azúcares o edulcorantes, colorantes, saborizantes, estabilizantes: Es una bomba de sustancias químicas que tienen un impacto en la salud, en cualquiera de los sistemas neurológico, respiratorio digestivo cardiovascular, inmunológico”.

La catedrática señaló que entre los motivos de su uso en menores y población universitaria destacan la obtención de energía, la reducción de fatiga física y mental, resolver la carga académica y el estrés. “El incremento en su producción, comercialización y consumo se asocia a la cultura del máximo rendimiento”, afirmó. Además, remarcó la diferencia con las bebidas deportivas: “Las bebidas deportivas son aquellas que contienen líquidos (agua) y sales para hidratarse y reponer sales perdidas durante el ejercicio intenso”.

Negrín dijo que también utilizan estas bebidas de forma recreativa los niños y los adultos jóvenes. Pero advirtió que “una lata de energizantes no es lo mismo que el café u otras bebidas con cafeína” y que “no se ha establecido una dosis segura de consumo de cafeína para los niños y niñas”. 

Las bebidas “energizantes” producen dependencia, tolerancia y abstinencia, dado su elevado nivel de cafeína. Hay síntomas y signos de alerta que genera su consumo a nivel cardiovascular (taquicardia, palpitaciones, elevación de la presión arterial), a nivel neurológico (ansiedad, insomnio, inquietud motora, temblores, movimientos repetitivos y hasta convulsiones) y a nivel digestivo (naúseas, gastritis, vómitos, diarrea).

Por su parte la Licenciada en Nutrición Viviana Santini, de la Escuela de Nutrición, enfatizó que a nivel local la venta de estos productos “está muy libre” y pueden encontrarse en almacenes, estaciones de servicio, entre otros. Respecto a los motivos por los cuales los adolescentes eligen este producto, destacó la energía, la idea de poder, el uso de colores intensos, la adrenalina que puede generar su consumo, así como el sentido de pertenencia a grupo de pares.

En tanto, la Dra. Alejandra Battocletti, docente de la Unidad Pediátrica Ambiental y la Unidad Académica de Toxicología de la Facultad de Medicina, presentó datos relativos a las consultas recibidas en el CIAT (Centro de Información y Asesoramiento Toxicológico del Hospital de Clínicas) por consumo de bebidas energizantes en niños y niñas. En tal sentido, comentó que se relevan datos de 2015 a lo que va de 2025 que dan cuenta de casos de intoxicación de menores, asociados a síntomas como convulsiones, vómitos y mareos, taquicardias e hiperactividad, excitación.

Battocletti señaló que se registra un consumo abusivo en mayores de 18 años, quienes suelen asociar estas bebidas con otras sustancias, principalmente alcohol.

 

La visión de adolescentes y jóvenes

La Ingeniera en Alimentos y Doctora en Química Lucía Antúnez, Asistente del Área Sensometría y Ciencia del Consumidor del Instituto Polo Tecnológico de Pando (Facultad de Química –UdelaR) explicó cómo ven las bebidas energizantes los adolescentes y adultos jóvenes.

A partir de dos talleres realizados con jóvenes universitarios (entre 18 y 29 años) en Montevideo y en Tacuarembó se buscó entender cuáles son las motivaciones y las ocasiones de consumo y qué efecto buscan al tomar estas bebidas. 

El principal motivo de consumo señalado por esta población es la búsqueda de energía, seguida del mantenerse despierto –en particular para estudiar-; también mencionan la mezcla con alcohol. En cuanto a las ocasiones de consumo, a nivel individual referencian el cansancio y el hacer frente a obligaciones laborales o de estudio, y a nivel social lo vinculan con la participación en fiestas o salidas con amigos, cumpleaños.

Por otro lado, se señala como motivo de consumo “por moda” o incluso su asociación con influencers, deportes, así como se evidencia que en ocasiones son los padres quienes actúan como agentes que introducen las bebidas energizantes en adolescentes.

Desde la Unidad Académica de Psiquiatría Pediátrica, la Dra. Ana Inés Paullier, psiquiatra de niños y adolescentes, presentó los resultados de dos trabajos, donde se relevó que el acceso a las bebidas energizantes de los adolescentes encuestados (entre 13 y 19 años) se da en un 65% por sus propios medios y al 17,3% se les brinda en su casa. Asimismo, el 82% de los adolescentes refieren que sus padres están en conocimiento de su consumo.

 

Consumo en estudiantes de Enseñanza Media

El Observatorio Uruguayo de Drogas realizó una encuesta a estudiantes de Enseñanza Media (entre 13 y 17 años) de liceos públicos, privados y educación técnica. Se aplicó en ciudades de más de 10 mil habitantes, en todo el país.

Entre los resultados de la investigación, cabe destacar que el 82% de los jóvenes ingirieron al menos un sorbo de las bebidas denominadas “energizantes”. El 37% de esta población consumió este producto en el último mes. Entre los años 2018 y 2024 la prevalencia de consumo se incrementó más de 20 puntos porcentuales. 

La Mag. Leticia Keuroglian, integrante del Observatorio, explicó que los varones ingieren más bebidas energizantes que las mujeres y las prevalencias de consumo son mayores en los adolescentes de mayor edad (17 años o más). Sin embargo, llama la atención para la investigadora que entre los adolescentes de 14 años la prevalencia de consumo de bebidas energizantes supera a la de alcohol. 

Al comparar su consumo con el de otras sustancias psicoactivas, Kerouglián comentó que se obtiene que tanto éstas bebidas como el alcohol encabezan las prevalencias de consumo en los últimos 12 meses. Cabe remarcar que tomar bebidas energizantes y alcohol de forma combinada aumenta tres veces la probabilidad de abusar del alcohol. 

Desde el área de Prevención de la SND su coordinadora, Lic. Victoria González, remarcó la necesidad de involucrar y escuchar a los adolescentes a la hora de delinear de qué forma comunicar los riesgos asociados al uso de estas bebidas. También expresó que “es muy difícil pensar una estrategia de prevención para energizantes si no pensamos en el sistema integrado, en cómo trabajamos a nivel familia, ámbito laboral, ámbito comunitario.

Al cierre de la actividad el subsecretario de Salud PúblicaDr. Leonel Briozzo, dijo que desde el MSP y en el marco del trabajo en la Junta Nacional de Drogas, coinciden en la preocupación por el inicio a edades tempranas y el consumo generalizado entre adolescentes y jóvenes de esta bebida “neuroestimulante”. 

El viceministro precisó que no se busca prohibir su venta, sino que se trata de “tomar en cuenta este tema como un problema socio sanitario de relevancia” y  pensar en acciones a nivel de educación, propagada adecuada sobre la composición y potenciales riesgos del consumo de estas bebidas y “evaluar la posibilidad de disminuir la carga de azúcar, cafeína y otras sustancias y propender a un consumo responsable”.

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