Pensar en el cuidado, los riesgos y nuestras prácticas cotidianas

Este día más que centrarse en la sustancia, la invitación es a pausar un momento, mirar la información disponible y repensar nuestros hábitos, decisiones y entornos.
¿Por qué importa hablar de esto?
El consumo de alcohol forma parte de muchos espacios sociales, pero también está asociado a múltiples riesgos físicos, emocionales y comunitarios.
Algunos datos para reflexionar:
- Está implicado en más de 200 enfermedades y lesiones en el mundo.
- Se estima que 2,6 millones de personas fallecen cada año por causas vinculadas a su consumo.
- Es uno de los principales factores de riesgo y discapacidad global.
- Cuando se consideran los daños a terceros —violencia, siniestros de tránsito, conflictos— sus consecuencias superan las de muchas otras sustancias.
Adolescencias y entornos de crianza en Uruguay
Según la X Encuesta Nacional en Estudiantes de Enseñanza Media (2024–2025):
- 82% consumió alcohol alguna vez en su vida.
- 67% lo hizo en el último año y 42% en el último mes.
- El consumo afecta a una mayor proporción de mujeres que de varones.
- 25% tuvo uno o más episodios de abuso de alcohol en los últimos 15 días, con mayor prevalencia en el interior del país.
- La edad media de inicio es una de las más bajas entre las sustancias: 13 años.
Lo que pasa en casa importa: cuando los adultos conversan, ponen límites y modelan prácticas de cuidado, el consumo en adolescentes se retrasa; cuando se normaliza, aparece antes y con mayores riesgos. Los factores protectores más fuertes en adolescencia son:
- compartir actividades cotidianas
- diálogo de calidad en el hogar
- supervisión y acompañamiento adulto
- normas claras y consistentes
- afecto y presencia cotidiana
El estigma: Cuando aparece el problema, pedir ayuda se vuelve difícil
A nivel nacional e internacional:
- Solo una minoría de personas con problemas relacionados al alcohol acceden a tratamiento.
- Los principales obstáculos son el estigma, el miedo a ser juzgado, la falta de información y la creencia de que hay que “tocar fondo” para pedir ayuda.
- Ofrecer ayuda temprana, sin juicios y con información clara es una de las estrategias más efectivas para reducir daños y mejorar la calidad de vida.
Si vas a consumir tené en cuenta estas claves para la gestión de riesgos:
Todo consumo implica riesgos. Si decidís hacerlo, estas prácticas pueden reducir las consecuencias:
- Planificá la cantidad, el horario y el ritmo de consumo.
- Consumí agua para mantener la hidratación.
- Comé algo antes y durante.
- No conduzcas ni manipules maquinaria bajo los efectos del alcohol.
- Evitá mezclarlo con otras sustancias o medicamentos sin indicación médica.
- Descansá después: el cuerpo necesita tiempo para recuperarse.
El cuidado no es una responsabilidad únicamente individual: es de las familias, las comunidades y el Estado, regulando, acompañando y generando entornos más seguros para todas las personas.
Si necesitás orientación o apoyo podés consultar en tu Ciudadela más cercana o comunicarte al *1020, la línea de ayuda en usos de drogas.
