Junta Nacional de Drogas

La jornada, que se desarrolló en el Club Uruguay de Rivera desde las 9 y hasta pasadas las 16 horas, abrió con una bienvenida a cargo del Secretario General de la JND, Diego Olivera.

En la apertura, Olivera explicó que desde la Junta Nacional de Drogas se trabaja en una participación y fortalecimiento cada vez mayores de la descentralización en lo que hace a la institucionalidad pública en drogas representada por las juntas departamentales y locales.

Explicó que la política pública en drogas se nutre de ese ida y vuelta entre la escucha que se produce en el propio territorio y el conjunto de insumos que se genera a nivel nacional.

En el encuentro, la encargada de Género de la JND, Gabriela Olivera abordó, con la mirada puesta en los aportes y desafíos, el uso problemático de drogas en mujeres. Por su parte, la integrante del Área de Prevención, Sabrina Speranza, explicitó las acciones que se desarrollan en los centros educativos y la importancia del involucramiento y capacidad de escucha de docentes y demás personal de estos centros hacia adolescentes y jóvenes.

El Prof. Francisco Morales Calatayud, licenciado en psicología por la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana y actual Profesor Titular de Psicología del Polo de Salud Comunitaria, Centro Universitario de Paysandú de UDELAR, expuso sobre las líneas estratégicas comunitarias que desarrolla junto al equipo académico que integra. Explicó que trabaja en lo que se denomina “psicología de la salud”, que “incluye lo clínico pero también busca los modos de utilizar el conocimiento psicológico para entender los problemas que van más allá del individuo, que tienen que ver con el grupo social” y pueden afectar a la comunidad. En esa dirección expresó que el consumo problemático de drogas “entre las tantas lecturas que tiene, debe tener la lectura desde el ámbito de la psicología de la salud”. Hizo referencia a “problemas que hoy se manifiestan en todas las sociedades que tienen que ver con la vida de las comunidades”. Explicó que se trata de procesos que se dan en la vida cotidiana, en aspectos relacionados con su bienestar de las personas, el de su grupo primario que es la familia y el de su comunidad. Para Morales Calatayud “bienestar y salud son dos categorías difícilmente separables”.

Para la temática de los consumos problemáticos de drogas, como para temas como embarazo adolescente, salud mental, violencia o suicidio, entre otros, debemos pensar factores comunes y problemas a enfrentar que impactan en estos procesos, señaló.
Afirmó que “cree en la promoción como elemento primigenio de las acciones de salud” y añadió que “una herencia que nos dejó el biologismo restrictivo individual que trajo la medicina de la modernidad, es situar el problema que debe ser atendido, en el momento en que el problema está expresado”. Sobre la base de la cura: “intervengo porque ya está el problema”, “acciono en el momento en el que el problema ya está instalado, es la lógica reparadora que domina”. Luego, según Morales Calatayud, “desde los paradigmas biomédicos viene la idea de prevención que nació con las enfermedades transmisibles”. Indicó que, generalmente, la prevención busca un nivel de especificidad y es puntual. Y apuntó a “un concepto mucho más reciente que es el de promoción y es, a mi juicio, el que tenemos que abrazar”. El académico fue enfático en decir que “hay que hacer promoción de salud y de bienestar”. Explicó que no se puede decir “quiero hacer promoción de no tener consumo problemático de drogas y eso es muy específico, ya eso es prevención”. Según Morales Calatayud se debe hacer promoción de lo positivo, de la personalidad y entornos saludables, “lo que hoy se conoce como ‘salutogénesis” que es la construcción de entornos saludables”, dijo.

La jornada también contó con un espacio en el que las integrantes del dispositivo Ciudadela de Rivera: Karina Santos, Niriam Rojas y Ketty da Cunha compartieron su experiencia local de Trabajo en Comunidad.

Sobre el cierre los participantes del encuentro desarrollaron una dinámica grupal, de corte vivencial, para el trabajo en talleres.