Factores protectores y de riesgo en los entornos educativos

Materiales didácticos

¿Qué son los factores de protección? Toda circunstancia, situación o condición que facilite el desarrollo de una persona o colectivo a través de la promoción de salud. Los factores protectores adquieren particularidades según el contexto cultural, geográfico o epocal. ¿Y los de riesgo? Los factores de riesgo, son aquellas condiciones individuales, sociales o ambientales que incrementan la probabilidad de que una situación de consumo pueda tornarse problemática.

Cabe enumerar algunas de las principales características que hacen que un espacio educativo tenga un potencial preventivo para quienes forman parte del mismo: 

  • Cultura institucional de cuidados y promoción de salud: un ambiente donde prima un clima de confianza y sostén, con referentes y espacios de escucha, orientación y acompañamiento de los procesos de aprendizaje, que promueve prácticas inclusivas y que valora la diversidad de experiencias vitales de sus participantes, un espacio del que se disfruta ser parte.
  • Pautas y marcos educativos claros, con un abordaje integral de los problemas de los estudiantes, que no sancione o expulse como primer medida ante una situación problemática.
  • Involucramiento de los adultos referentes desde el rol específico que ocupan, es decir, el asociado al acompañamiento de procesos de enseñanza-aprendizaje. Ese involucramiento pasa, en gran medida, por la capacidad de estar disponibles y abiertos a la transformación, dando certezas que habiliten a arriesgarse, experimentar y crear.
  • Participación protagónica de todos los actores que integran la comunidad educativa, en particular de aquellos que, por su rol, edad o posición, suelen quedar excluidos de la toma de decisiones. Escuchar y tener en cuenta las distintas voces, validarlas y contemplarlas, no es solo una práctica que se asocia al pleno ejercicio de los derechos humanos, sino que produce un diferencial en la construcción del sentido de pertenencia y, por ende, en el deseo de permanecer allí.
  • Intercambio con la comunidad y trabajo con las familias, desde una mirada sistémica y contextual del sujeto y del propio espacio educativo. 
  • Proyecto o propuesta de centro que incluya la temática de los consumos y su abordaje integral, procurando abarcar estrategias comunicacionales e informativas, espacios para el fortalecimiento de habilidades y competencias asociadas a una cultura del disfrute colectivo, y acciones dirigidas a modificar el entorno cultural, social, físico y económico, que no faciliten el consumo de drogas.

Esta enumeración no configura un listado de exigencias a cumplir punto por punto, sino una ruta de mojones y dimensiones para que las comunidades educativas puedan mirarse y repensarse a la luz de las mismas.

Este es un ejercicio que es deseable no suceda en soledad, sino en fuerte articulación y colaboración con otros actores que conforman la red comunitaria. Asimismo, las acciones de mejora que cada comunidad defina generar, no necesariamente tienen que ir en la línea de responder a todas estas dimensiones a la vez; por el contrario, se sugiere que las mismas puedan tener un carácter incremental, es decir, que sean graduales, contemplando las particularidades del espacio educativo y asegurando una amplia participación.