Guía Infodrogas

Nuevas sustancias psicoactivas (NSP) o drogas emergentes

Materiales didácticos

Son sustancias de abuso, predominantemente derivados sintéticos y análogos de drogas controladas ya existentes, puras o en preparados. Hace 30 años se denominaban como "drogas de diseño".

Se trata de las sustancias que hace unos treinta años se denominaban como drogas de diseño, también incluidas drogas que no son nuevas sino que se consumen en nuevos escenarios, en nuevas dosis o nuevas vías de distribución.

Son sustancias de abuso, predominantemente derivados sintéticos, aunque no exclusivamente, y análogos de drogas controladas ya existentes, puras o en preparados, no controladas por la Convención Única de Estupefacientes de 1961 ni por el Convenio sobre Sustancias Psicotrópicas de 1971.

La accesibilidad a la información disponible a través de Internet ha promovido sitios web que comercializan drogas como ‘’productos químicos de investigación’’.

La adulteración de las NSP es frecuente y sus características químicas son muy variadas. El tipo de actividad psicoactiva también es diversa: estimulantes, sedantes, entactógenos o empatógenos, alucinógenos, analgésicos. Por tanto una sola sustancia puede tener múltiples efectos ya que actúa en varios sitios del sistema nervioso. Se encuentran unas cien nuevas sustancias psicoactivas por año, de peligrosidad también variable. Existen nuevos alucinógenos y es muy poco frecuente en la actualidad el uso del clásico LSD, sin embargo hay otros alucinógenos que se presentan también en “cartones”.

Este grupo de sustancias supone un cambio en la producción y distribución así como en el perfil.

Éxtasis

Nombre científico

3,4-metilendioximetanfetamina (MDMA).

Presentación

Pastillas, cápsulas, polvo cristalino. Los comprimidos pueden tener diferentes dibujos y formatos que sirven como elemento de identificación como (Batman, Superman, Pitufos, Tesla, Audi). Presentan diversos colores y suelen ser homogéneos. El mismo logo no significa que sea la misma sustancia, ni la misma dosis ni el mismo productor. También se presenta como polvo en forma de cristales grises o amarronados, de pureza superior a la de los comprimidos (90%).

En los últimos años se ha reflejado en nuestro mercado la emergencia de pastillas de MDMA (éxtasis) con un alto contenido (mayor a 150 mg) de MDMA con gran variedad de logos, formas, colores.

Características

Integra el grupo de las NSP y su origen es la síntesis química. Pertenece al grupo de sustancias que, desechadas del área terapéutica, en la década de 1980 se popularizaron como sustancias de abuso, producidas en laboratorios clandestinos, por síntesis química, sin componentes naturales.

El éxtasis fue investigado en la década de 1950 en la búsqueda de un fármaco que facilitara la desinhibición. Posteriormente, en plena ebullición de los movimientos contraculturales y psicodélicos, fue objeto de experimentación por psicólogos y psiquiatras norteamericanos.

Generalmente se trata de compuestos anfetamínicos a los que se añade algún componente con efectos alucinógenos de potencia variable y pueden ser adulterados en su composición con otras sustancias. Tanto las proporciones como los tipos de adulterantes utilizados para cortar la MDMA varían en el tiempo y dependen de diversos factores que afectan al mercado ilegal de esta sustancia.

Es frecuente la utilización de los siguientes adulterantes mezclados con la MDMA o sustituyéndola:

  • Estimulantes: cafeína, anfetamina.
  • Analgésicos: paracetamol y fenacetina.
  • Piperazinas: principalmente meta-clorfenilpiperazina (MCPP)
  • Otros: buflomedil, piperonal, dextrometorfano (DXM), sal, azúcares, etc.

Efectos y formas de uso

La MDMA se utiliza por ingesta oral y produce un estado alterado de conciencia caracterizado por la amplificación e intensificación de sensaciones emocionales,

confianza y empatía, sensaciones de autoestima, desinhibición, euforia, amigabilidad, incremento en la necesidad de comunicarse con los demás, aumento de la necesidad de contacto físico, aumento en la apreciación de la música y modificación de percepciones sensoriales, aumento del deseo sexual.

Tras la ingesta, los efectos pueden tardar en aparecer entre veinte y noventa minutos. Pasado este período, los primeros efectos aparecen más o menos repentinamente y duran entre cinco y veinte minutos –“subida”– para pasar luego a una fase de meseta que dura unas dos o tres horas y puede prolongarse hasta seis, siempre según la dosis y la persona.

Salvo que se analice la sustancia, es imposible conocer la composición exacta de la MDMA o su concentración, por lo que es clave la moderación al preparar las dosis.

Mezclas

Con depresores como el alcohol se incrementan los niveles de deshidratación, agravados también por el aumento en la temperatura corporal.

Con otros estimulantes, como cocaína, se potencia la estimulación del sistema nervioso central y existe mayor probabilidad de presentar efectos indeseados debido a la sobreestimulación.

Con medicamentos retrovirales e inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO) se han descrito reacciones adversas.

Riesgos y contraindicaciones

El éxtasis (MDMA) produce aumento de frecuencia cardíaca y presión arterial. El consumo de dosis altas y continuadas de MDMA puede derivar, en consumidores habituales, en pérdidas de memoria y alteraciones en el estado de ánimo.

La MDMA afecta la regulación de la temperatura corporal por lo que pueden presentarse episodios graves de hipertermia: golpe de calor, aumento brusco de la temperatura corporal, que se incrementa en ambientes cerrados, cuando se realiza una intensa actividad física como bailar durante horas sin una adecuada hidratación y descanso.

Como efectos secundarios del uso de MDMA puede aparecer pérdida de apetito, distorsiones visuales, movimientos oculares involuntarios, incremento de la tasa cardíaca y de la presión arterial, relacionados al aumento de la dosis; nerviosismo, vómitos, ansiedad, sudoración, mareos, confusión, boca seca, tensión mandibular, dificultades de concentración, dilatación de las pupilas.

Es importante considerar que en ciertas situaciones el consumo de éxtasis debe evitarse, ya que supone riesgos y daños considerables:

  • En niños, niñas y adolescentes, mujeres embarazadas o en período de lactancia.
  • Si se padecen enfermedades de hígado, riñón, arritmias cardíacas, glaucoma, hipertensión, diabetes, hipoglucemia o si se tienen antecedentes de aneurismas o infartos.
  • Si se realizan actividades como conducción de vehículos o manejo de maquinaria, trabajar o estudiar.
  • Si se padece algún trastorno psicológico o se está pasando por dificultades emocionales.

Situaciones de mayor riesgo

Intoxicación

Los casos de intoxicación por MDMA requieren de una rápida asistencia a la persona ya que puede provocar el coma y la muerte por alteraciones metabólicas y falta de regulación del medio interno.

Los riesgos asociados al consumo de éxtasis en los ambientes congestionados en los que a menudo tiene lugar, y bajo las condiciones de baile intenso, se vinculan con la producción de un severo aumento de la temperatura corporal que ocasiona gran deshidratación.

La hipertermia o golpe de calor es una complicación grave que debe ser atendida con máxima rapidez por un equipo de salud.

Otro de los riesgos relacionados con el consumo de MDMA es la hiponatremia o disminución del sodio en la sangre, ocasionada por la excesiva ingesta de líquidos. La mejor manera de prevenirla es mantener un adecuado estado de hidratación bebiendo líquidos frescos (preferentemente isotónicos) si se está bailando, pero evitando consumir grandes cantidades de agua (litros) en cortos períodos de tiempo.

Recomendaciones y medidas de cuidado

Por las características descriptas para el éxtasis (MDMA), pueden resultar útiles algunos consejos para controlar el uso y sus consecuencias adversas desde el inicio.

Cuanto menos mejor

Moderar las dosis y espaciar los consumos unas cinco o seis semanas es básico para disfrutar de la experiencia y prevenir secuelas indeseables a largo plazo. En el uso frecuente de MDMA suele desarrollarse tolerancia. El aumento de dosis para obtener los mismos efectos es posible que también incremente los efectos adversos.

Se recomienda siempre comenzar con poca cantidad y aguardar la aparición del efecto buscado en unos noventa minutos.

Se recomienda no repetir la ingestión de la droga. 

Se recomienda realizar pausas en el baile y evitar el consumo de alcohol, pues favorece la deshidratación y el aumento de la temperatura corporal.

Mantenerse hidratado/a con moderación con agua, jugos, preferentemente bebidas isotónicas, es decir, que contienen sales, a razón de medio litro por hora si se realiza intensa actividad física y menos si se está en reposo.

Ante la aparición de síntomas como malestar general e inespecífico, somnolencia, pérdida de conciencia que no se resuelve en segundos, desorientación, convulsiones, dificultad para respirar y dolor de cabeza intenso se debe llamar o recurrir a un servicio de salud. Mientras se espera la asistencia se recomienda trasladar a la persona a una zona aireada, tranquila y fresca. No dar líquidos ni comida mientras no sepamos qué cuadro cursa y recabar información sobre la sustancia utilizada, de preferencia una muestra.

Si se trata de un “mal viaje”, caracterizado por ansiedad, nerviosismo intenso, agobio e inquietud, conviene retirar a la persona a un espacio tranquilo y aireado, hablarle con tono tranquilo y recordarle que pronto todo habrá pasado. La “subida” del MDMA puede ser intensamente desagradable por lo que resulta fundamental tranquilizar a la persona. Tanto si la ansiedad se prolonga como si aparecen ideas extrañas y delirantes, agitación, alucinaciones, agresividad, será necesario recurrir a un servicio de salud.

LSD

Nombre científico

Dietilamida del ácido lisérgico

Presentación

El LSD se consume colocándolo debajo de la lengua, en donde hay un gran racimo venoso que hace que la velocidad de absorción hacia la sangre sea alta. Se presenta en diversas formas: micropuntos, hojas de papel absorbente con diversos motivos gráficos, terrones de azúcar impregnados, etc. Es una sustancia muy sensible y se degrada fácilmente en contacto con la luz, el calor, el aire y la humedad. Se le llama en la jerga del usuario “tripa”, palabra derivada de la anglosajona trip (viaje).

Características

La dietilamida del ácido lisérgico o LSD-25 fue sintetizada en el año 1938 en los laboratorios Sandoz por el químico suizo Albert Hofmann en su forma pura es incolora, inodora y levemente amarga.

Efectos y formas de uso

El LSD, igual que otros psicodélicos, actúa como “amplificador” sensorial, y diluye los límites entre el sujeto y la realidad tanto de los estímulos externos como de los pensamientos y emociones generados por el cerebro. Una de las características principales del LSD es su potente efecto en dosis mínimas. A media hora de su consumo comienzan a manifestarse los efectos, que duran entre cinco y doce horas.

Entre las sensaciones descritas con el relación con el efecto psicodélico del LSD, se detalla una amplia gama que va desde la euforia e hilaridad a modalidades más introspectivas, desde conductas de mayor interés por las relaciones interpersonales a ideas paranoides, desde pensamientos disruptivos y psicóticos a impulsos creativos.

En algunos usos se vivencian experiencias terroríficas, asociadas a la intensidad de los cambios en la percepción del mundo y de uno mismo y a lo incontrolable de la experiencia. Estas vivencias desagradables se conocen como “mal viaje”

Asimismo se ha descrito la aparición de sentimientos de unidad con el entorno y los demás, en clave de experiencias religiosas y existenciales.

Mezclas

Los efectos se modifican e incrementan los riesgos cuando se combinan diversas sustancias.

Con depresores como el alcohol favorece el riesgo de convertir la experiencia en incontrolable.

Con otros estimulantes, como cocaína, disminuyen los efectos psicodélicos.

Con otras sustancias del tipo de las NSP se debe tener la precaución sobre la potenciación por el consumo de las dos sustancias por separado.

Con otras sustancias psicodélicas, la mezcla de sustancias con efectos muy intensos puede provocar una experiencia muy desagradable.

Riesgos y contraindicaciones

El LSD no ocasiona trastornos por dependencia aunque su uso frecuente genera rápida tolerancia, que disminuye tras unos días de abstinencia. El consumo continuado puede acarrear insomnio, depresión, angustia, ansiedad, cansancio físico y psíquico.

Es importante considerar que en ciertas situaciones el consumo de LSD debe evitarse, ya que supone riesgos y daños considerables:

  • En niños, niñas y adolescentes, mujeres embarazadas o en período de lactancia.
  • Si se realizan actividades como conducción de vehículos o manejo de maquinaria, trabajar o estudiar.
  • Si se padece algún trastorno psicológico o se está pasando por dificultades emocionales, ya que aumenta la posibilidad de “un mal viaje”.

Situaciones de mayor riesgo

La intoxicación por LSD no tiene consecuencias a nivel fisiológico, sino psicológico, salvo si se produjeran accidentes como precipitaciones o colisiones en el tránsito, entre otros.

Los mayores riesgos se presentan por mezclas con otras sustancias, episodios de consumo en dosis demasiado altas, situación emocional del/la usuario/a que pueden producir un “mal viaje” caracterizado por un episodio de pánico con alucinaciones terroríficas, agitación, desconfianza en personas del entorno, temblores e hipertensión arterial. Estos efectos pueden extenderse hasta 24 horas, luego de ese plazo es recomendable la consulta médica.

Pueden darse episodios depresivos severos, cuadros psicóticos o conductas paranoides durante el consumo o pasados unos días.

Recomendaciones y medidas de cuidado

Por las características descriptas para el LSD pueden resultar útiles algunos consejos para controlar el uso y sus consecuencias adversas desde el inicio.

Cuanto menos mejor

Se considera importante recomendar la planificación de su uso, es decir, buscar que la experiencia se realice en un ambiente amigable y seguro así como evaluar el propio estado de ánimo para evitar un “mal viaje”.

Por los efectos del LSD, se recomienda estar acompañado/a por alguien que pueda ofrecernos contención ante episodios de ansiedad o confusión, que pueda intervenir ante conductas de riesgo previsibles por los efectos distorsivos de la sustancia.

Por tratarse de una sustancia no regulada, resulta muy difícil para los/as usuarios/as conocer con exactitud la composición y dosis, por lo que se recomienda consumir inicialmente fracciones de la “tripa” o “micropunto” y no su totalidad.

Es importante evitar el consumo de LSD cuando la persona se encuentra atravesando problemas, estados de angustia o depresión, ya que los efectos pueden remover aspectos profundos y provocar un “mal viaje”. En los casos en que esta experiencia ocurra, se debe evitar la redosificación y usos posteriores, ya que las posibilidades de que se repita un “mal viaje” son elevadas.

Es importante tener en cuenta, antes de consumir LSD, si se tiene actividades y responsabilidades en los días siguientes, ya que existen altas probabilidades de que la resaca impida cumplirlas.

Fuente: Guía Infodrogas. Más informacion, menos riesgos (Capítulo 2. Las drogas de Mayor Uso | Página 62. Nuevas sustancias psicoactivas (NSP) o drogas emergentes.

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