Reglas del diálogo
El diálogo parte del reconocimiento de que la seguridad pública es una construcción colectiva. Ninguna institución o persona convocada posee todas las respuestas, pero todas tienen algo valioso para aportar. La participación no implica adhesión automática a las propuestas finales ni renuncia a las propias convicciones, sino el compromiso de contribuir al interés común desde la diferencia, con apertura y responsabilidad.
Estas reglas no buscan uniformidad sino crear condiciones para el disenso informado y el acuerdo posible. Son una invitación a interactuar con respeto, a documentar coincidencias y diferencias con honestidad, y a reconocernos como interlocutores legítimos ante un desafío compartido: construir la seguridad pública de los próximos diez años. El reglamento se aplicará durante todos los Encuentros por Seguridad, con buena fe y apertura. Podrá ajustarse si la experiencia así lo requiere, pero su espíritu democrático, plural y digno de la confianza ciudadana no es negociable.