Intendente Yurramendi asiste a acto central de homenaje al Prócer.
La Comisión Patriótica de Cerro Largo, como en cada fecha patria, resume la importancia de la fecha con una semblanza titulada A nuestro Prócer, en la que se resaltan aspectos de su gloriosa gesta.
“Hoy nos convoca el aniversario del natalicio del Prócer José Gervasio Artigas, héroe máximo de nuestra Patria. A 257 años de su nacimiento recordamos a quien fuera el primer Jefe de los Orientales, defensor de los ideales más nobles, con ideas libertarias en momentos que nuestra patria estaba sometida. Fundador de la nacionalidad oriental.
Estudió en el colegio Franciscano, era un joven inquieto que a temprana edad se interesó por tareas rurales, conociendo a la gente más vulnerable, ganando el corazón de pobladores: gauchos, negros, indios, estancieros, etc.
Con 33 años se une a la fuerza de los Blandengues, convirtiéndose en un militar carismático y confiable, con un sentido de justicia equitativa y tolerante.
Su vinculación con el español Félix de Azara, entre otros, fueron de provecho para formar sus ideas socio económicas.
Participó de la Revolución de Mayo de 1810, así como el levantamiento de Belén en el Alto Uruguay a orillas del arroyo Asencio. Y su gran triunfo en la Batalla de Las Piedras contra las fuerzas españolas que solo defendían posesiones de Borbones, reconociendo en Artigas al gran estratega y a los bravos orientales que le acompañaban.
Luego del Armisticio de Octubre de 1820, con gran pesar decide retirarse al Iapeyú, acompañado de tres mil hombres de su ejército y seguido por una gran caravana de aproximadamente quince mil personal de todas las clases sociales, bordeando el río Uruguay. Hecho histórico denominado Éxodo Oriental. A los tres meses regresa con sus soldados y se pone a las órdenes de Rondeau, en 1813 formando parte del Sitio de Montevideo.
La Provincia Oriental vuelve a sus Nativos, Artigas presenta las Instrucciones del año XXlll.
Algunos hechos históricos que vendrán después hacen que abandone las tierras orientales cruzando el Paraná, hacia el Paraguay. Vive sus últimos años en Ybiray, junto a su fiel amigo Ansina. Los lugareños lo apreciaban y lo denominaron “Caraí marangatú” Padre de los pobres, gracias a una pensión que recibía y destinaba a los más pobres.
Muere a los 86 años en Paraguay.
Nos dejó su ideario que es ejemplo para todos, formando parte de nuestra rica historia. Sus ideas emblemáticas, y enseñanza de vida austera, respetando al prójimo, y luchando por el bienestar del pueblo. Nos queda la riqueza de un pensamiento altruista, al cual le debemos honra y respeto a su legado”.