El arte como espacio de oportunidad para el debate sobre drogas

Luego de la obra se realizaron exposiciones a cargo de la coordinadora del Área de Prevención de la JND, Victoria González; del periodista especializado en el tema drogas, Guillermo Garat y del médico toxicólogo Antonio Pascale. Sus miradas y perspectivas desde la especificidad de sus profesiones posibilitaron el debate e intercambio con el público sobre el papel de las sustancias en cada uno y desde una mirada histórica.
El Secretario General de la Junta Nacional de Drogas, Diego Olivera, contó cómo la obra de Acevedo ofició de excusa y oportunidad para colocar el tema de los consumos de drogas, en especial las drogas de síntesis como disparador y para ahondar en cómo esa realidad se cuela en el día a día en las historias de las personas. Olivera destacó la perspicacia del autor para, desde su corta edad, lograr visibilizar y transmitir a través de su arte, la realidad sobre diferentes sustancias y un consumo que transversaliza a la sociedad.
Garat narró los alcances de la voz griega Pharmacon, que en sus orígenes podía referir a una sustancia dispensadora de placer y medicina a la vez. Para el periodista, en la actualidad la palabra droga “viene a querer decir mucho y a explicar bien poco”. En ese sentido elogió la apuesta de Ruido en “mostrar no una sustancia inerte, sino aquello que tiene que ver con una interacción social” y agregó que la obra “nos arrima a una porción de la sociedad más bien adulta que tiene otra mirada sobre el tema hacia un enfoque bien cierto cuando hablamos de drogas, que es el tema del placer”.
En su recorrido concreto por la historia del MDMA, usualmente conocida como Éxtasis, Garat dijo que “empezó a ser usada de manera terapéutica en los años 1960 con determinados objetivos y que es un fármaco que se escapó del laboratorio y llegó a la pista de baile”. Añadió que su compromiso como ciudadano está en el aporte de “información de calidad para entender qué es lo que estamos haciendo cuando consumimos MDMA o cualquiera de estas cosas que se llaman drogas”. En ese sentido, dijo que Ruido posibilita “un diálogo intergeneracional sincero” a partir de la “construcción de confianza, no del miedo”.
Por su parte, la coordinadora el Área de Prevención de la Junta Nacional de Drogas, Victoria González, partió de la premisa de cómo pensar la prevención y educación en drogas y cómo contactar con las diferentes generaciones de personas. En esa dirección señaló que desde la línea de trabajo denominada Evento Cuidado, se busca contactar con los interlocutores referentes de eventos y fiestas. Afirmó que “no es posible construir estrategias de prevención y cuidado personal y colectivo si uno no conoce lo que le pasa al otro” y destacó que desde la década de 1990 “la sociedad civil viene empujando hacia un consumo cuidado y responsable”. González dijo que durante el transcurso de la obra experimentó diferentes sensaciones, “por momentos se acelera el corazón, por momentos sentimos cuando la persona cae, transitamos la obra a través de distintas sensaciones” y afirmó que “es alucinante poder generarle eso a un espectador”.
El toxicólogo Antonio Pascale relató que una de las cosas que le dio su profesión y especialización en drogas fue “escuchar a los usuarios, a los consumidores, sus creencias” y añadió que la obra lo llevó a muchas vivencias de pacientes “y eso me pareció muy bueno”. Pascale explicó que el metilendioximetanfetamina, conocido como MDMA surge en Europa, Estados Unidos y Australia en la década de 1990 y luego se extiende al resto de América. Dijo que se trata de sustancias en las que la dosis es un elemento clave “cuanto más dosis, mayor riesgo”. A diferencia de los inicios de la circulación del MDMA, “hoy esa pastilla puede no tener solo MDMA y ese es un gran problema”, afirmó. Pascale señaló que el fin del consumo de esa sustancia, consistente en sentir empatía con el otro y placer de tenerlo cerca y tocarlo, hoy no se ve con las drogas sintéticas que ofrece el mercado. Explicó que esto se debe que el mercado ilegal lo ha transformado en una gran fábrica de sustancias químicas que a partir de variaciones se generan nuevas sustancias que impiden los controles de los organismos internacionales.
Para el autor y director de la obra, Bruno Acevedo, “fue todo un desafío escribir sobre este mundo que está muy presente sobre la generación de los jóvenes”. “esta historia se basa en un hecho puntual que pasó hace dos años, una fiesta electrónica llamada Time Warp en Buenos Aires donde murieron 5 jóvenes, entre ellos un uruguayo”. Recordó que en Uruguay hubo muertes por policonsumos, “pero más allá de eso lo que pretendemos mostrar es como se relaciona todo este mundo con la cotidianidad de cada uno”.
Estas exposiciones dieron paso a un intercambio con el público en donde se compartieron las experiencias personales a partir de la obra en tanto disparador de emociones y sensaciones. El espacio fue propicio para realizar consultas y despejar dudas puntuales acerca del tema.
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Panel del debate Descargar imagen : Panel del debate

Escenario de la Sala Zavala Muniz visto desde la platea Descargar imagen : Escenario de la Sala Zavala Muniz visto desde la platea

Elenco de la obra Descargar imagen : Elenco de la obra

Agotado Descargar imagen : Agotado