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Drogas y Género

“… la sanción moral que pesa sobre las consumidoras de sustancias psicoactivas. “...las barreras que el consumo problemático genera para el buen desempeño individual, familiar y social son mucho más duras para las mujeres ya que son sancionadas moralmente en forma mucho más severa que sus pares varones...” (SND, Udelar, 2019).
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Las políticas de drogas, sus planes y programas tienen un impacto diferente entre los distintos grupos poblacionales y colectivos y si no se abordan desde sus particularidades, tienden a reproducir y profundizar las desigualdades existentes en la sociedad. “...Reconocer que las políticas de drogas tienen un impacto diferencial en mujeres y hombres, y si no abordan específicamente estas diferencias, tienden a reproducir y profundizar las desigualdades existentes en el desarrollo humano producto de una sociedad patriarcal y androcéntrica. La inclusión del enfoque de género supone que las acciones emprendidas en el marco de las políticas de drogas contribuyan al objetivo de cerrar las brechas de género...”. (OEA – CICAD – CANADA, 2019)[1].

Las políticas denominadas neutras, que no consideran el análisis desde un enfoque interseccional entre las distintas categorías de análisis (género, generaciones, ascendencia étnica racial, nivel de integración política-ciudadana, socio-cultural, económica) propenden a reproducir y profundizar las desigualdades sociales y culturales presentes en la sociedad.

La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), en su Informe mundial sobre las drogas 2018, centra la discusión sobre los hallazgos de la evidencia científica en torno al consumo, suministro de drogas y sus consecuencias con énfasis en las mujeres[2].  En el mismo, identifican que  el uso de drogas y los patrones de consumo son muy distintos entre mujeres y hombres, si bien los varones consumen en mayor proporción y de manera más intensa. 

Igualmente, en el reporte se subraya entre los principales emergentes, el uso frecuente de tranquilizantes sin prescripción médica (Uso No Médico y con prescripción) en mayor proporción por parte de las mujeres, así como identifica que las mujeres que han experimentado adversidades en la infancia internalizan determinados  comportamientos y pueden llegar a abusar de las drogas y registrar conductas asociadas a la automedicación. Al mismo tiempo, el informe muestra que las mujeres que usan drogas informan con más frecuencia episodios de violencia basada en género y que se encuentran más expuestas por razones de género a contraer enfermedades infecciones en comparación con los hombres.

Por otra parte, el Informe Mundial 2008 (UNODC, 2008), arroja evidencia científica sobre la relación de las mujeres y el comercio de drogas, expresando que muchas de las veces ésta vinculación no es bien entendida o interpretada. Se subraya asimismo su lugar en la cadena de narcotráfico, identificándose el mismo como el eslabón más débil de la cadena y en particular se señala el involucramiento de las mujeres en redes de tráfico de drogas, en calidad de víctimas de tráfico de personas, explotación comercial-sexual; así como su participación en el suministro de sustancias psicoactivas por dependencia a las drogas.

El Informe Mundial Sobre las drogas 2016, expresa que “… el problema mundial de las drogas está ligado a todos los aspectos del desarrollo sostenible. El análisis del problema de las drogas y de las medidas adoptadas al respecto, desde la perspectiva de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, revela los mecanismos de esa interacción”. [3] A partir de ésta concepción del problema y desde la Agenda de desarrollo sostenible, se encuentran determinadas metas que promueven la atención de cuestiones relacionadas con las mujeres, sus familias, comunidades  y el problema de las drogas.

Con respecto al encarcelamiento por delitos de drogas, se visualiza que las mujeres, sus hijas, hijos, familias y comunidades, sufren graves consecuencias sociales y de salud a largo plazo. En ese sentido, la Asamblea General de las Naciones Unidas, en su Sesión especial sobre el problema mundial de las drogas realizada en el año 2016, en sus recomendaciones, plantea la necesidad de promover el trabajo desde Perspectivas transversales, como: Derechos Humanos, Género, Generaciones, promoción de Ciudadanía, a través de la aplicación de mecanismos de interseccionalidad para entender y promover abordajes del problema de las drogas : derechos humanos, jóvenes, mujeres, niñez, comunidad, así como contribuir al fortalecimiento del desarrollo local y territorialidad; cuidando las garantías legales, penales, la articulación con el sector justicia. De igual forma, otra de las recomendaciones es la incorporación de una perspectiva de género en los programas y políticas en materia de drogas, así como la inclusión de la mujer en todas las etapas de elaboración, ejecución, seguimiento y evaluación de las políticas pertinentes. (UNGASS 2016)

La dimensión social considera la expresión de los problemas de drogas en los diferentes sectores sociales, la desigualdad de género y su manifestación en los distintos territorios y comunidades. La END 2021-2025 se orienta al desarrollo de un sistema integral de promoción de salud y prevención, así como al logro de la integralidad en el sistema de atención y tratamiento en drogas. Esto implica avanzar, como complemento al Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS) y políticas de protección social, en la rectoría de las diversas prestaciones, así como en el fortalecimiento interinstitucional de la red nacional de atención.

Se hace especial énfasis en mejorar la accesibilidad de las personas a las prestaciones desde una perspectiva de género e intersecciones (cruzamiento con otras categorías de análisis como ascendencia étnico-racial, nivel socioeconómico, diversidad sexual, generaciones, entre otras), así como en la cohesión de las políticas sectoriales y su eficiencia. En este marco, se trata de crear condiciones favorables para la disponibilidad, accesibilidad, sostenibilidad y calidad de las diferentes intervenciones de atención, tratamiento e integración social adaptadas a las necesidades y características de las personas con uso problemático de drogas y sus comunidades desde un enfoque de género.

1 OEA – CICAD, Canadá. (2019). Políticas sobre drogas y perspectiva de Género en las Américas: Hallazgos de los informes nacionales de la Séptima Ronda del Mecanismo de Evaluación Multilateral (MEM). Cuestionario de Evaluación de la Séptima Ronda del MEM. 

2 Oficina de Drogas y Crimen de las Naciones Unidas. (UNODC, 2008). Mujeres y drogas. Consumo, suministro de drogas y sus consecuencias. Informe mundial sobre las drogas 2018. Libro 5.

3 (UNGASS 2016). OFICINA DE LAS NACIONES UNIDAS CONTRA LA DROGA Y EL DELITO. (UNODC, 2016). Viena Informe Mundial sobre las Drogas 2016 NACIONES UNIDAS Nueva York, 2016 V (S)

 

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