Orientaciones para prevención en entornos educativos

Varios

Este material comparte orientaciones conceptuales y metodológicas para equipos técnicos, referentes comunitarios y familiares, que desarrollan acciones de prevención en sus entornos cercanos o tienen motivación para iniciar a desarrollarlas.

1. Enfoque y paradigma

La Junta Nacional de Drogas (JND) se ha trazado una estrategia para abordar el tema que se basa en una concepción del problema de las drogas como un fenómeno complejo y dinámico, anclado en factores sociales, económicos, políticos y culturales, que afecta los derechos fundamentales de las personas.

El abordaje de las políticas públicas de drogas requiere un enfoque integral y equilibrado, centrado en las personas y comunidades, con una perspectiva transversal de derechos humanos y género que configure un marco ético para el conjunto de normas, planes, estrategias y acciones a desarrollar.

Un aspecto clave para comprender e intervenir en el uso de drogas es poder “des-sustancializarlo”, es decir, no poner el foco en “la sustancia” — que por lo general no es determinante de un tipo de consumo— sino intentar comprender el tipo de vínculo que las personas establecen con las drogas.

La realidad y las representaciones sociales no siempre coinciden en este planteo. De hecho, en muchas ocasiones, por un lado van los usos y las dificultades derivadas de ellos, y por otro van las ideas, creencias, sentimientos y conductas que las personas desarrollan sobre el asunto. Esas representaciones sociales que vinculan el uso de drogas a la marginalidad, criminalidad y la enfermedad mental, son aspectos que contribuyen a la discriminación y a la exclusión de los usuarios de drogas. Es preciso avanzar en la construcción de una mirada sin prejuicios, con el objetivo de mejorar su calidad de vida, favorecer su inclusión social y construir relaciones más humanitarias y solidarias.

2. Los entornos educativos

Se parte de entender a los entornos educativos como aquellos espacios de interacción social en los que circulan saberes y aprendizajes significativos, oficiando de referencia para las personas y comunidades, en tanto generan sentido de pertenencia y deseos de ser parte.

Esta concepción incluye distintos modelos de centro educativo, tanto los que conforman el sistema educativo formal como los denominados de “educación no formal”, así como a la amplitud de actores que a diario participan de la escena educativa. 

Es allí, en el seno de los entornos o comunidades educativas, donde se materializa en gran medida la construcción de una sociedad, al crearse lazos intergeneracionales, al circular contenidos culturales y establecerse relaciones de poder. Es por esto que son espacios valiosos donde desplegar acciones de prevención que generen lazos de cuidado y tramas de sostén. 

3. Qué se entiende por prevención

Un accionar colectivo, deliberado, planificado, procesual, participativo y anclado en lo cultural, a través del cual las personas y comunidades buscan potenciar aquellos factores y dimensiones que favorecen el cuidado de la salud integral, a la vez que disminuir los factores de vulnerabilidad hacia el uso problemático de drogas.

Las políticas de prevención buscan desarrollar y fortalecer:

  • medidas de cuidado a nivel personal, familiar, grupal, institucional y social, que promuevan salud desde una perspectiva integral, protejan ante situaciones problemáticas de consumo y reduzcan los daños asociados al uso de drogas. 
  • competencias que desarrollen capacidades en la toma de decisiones.
  • entornos institucionales, familiares y comunitarios protectores de la salud.

Se entiende por medidas de cuidado aquellas acciones personales, familiares, grupales y sociales, que facilitan a las personas y colectivos la visualización de los riesgos implícitos en el uso de drogas y, asimismo, cuando son puestas en marcha pueden protegerles de situaciones problemáticas del consumo y reducir los riesgos y daños asociados al mismo.

4. ¿Qué hace que un espacio educativo sea protector y promueva salud?

  • Cultura institucional de cuidados y promoción de salud: un ambiente donde prima un clima de confianza y sostén, con referentes y espacios de escucha, orientación y acompañamiento de los procesos de aprendizaje, que promueve prácticas inclusivas y que valora la diversidad de experiencias vitales de sus participantes, un espacio del que se disfruta ser parte.
  • Pautas y marcos educativos claros, con un abordaje integral de los problemas de los estudiantes, que no sancione o expulse como primer medida ante una situación problemática.
  • Involucramiento de los adultos referentes desde el rol específico que ocupan, es decir, el asociado al acompañamiento de procesos de enseñanza-aprendizaje. Ese involucramiento pasa, en gran medida, por la capacidad de estar disponibles y abiertos a la transformación, dando certezas que habiliten a arriesgarse, experimentar y crear.
  • Participación protagónica de todos los actores que integran la comunidad educativa, en particular de aquellos que, por su rol, edad o posición, suelen quedar excluidos de la toma de decisiones. Escuchar y tener en cuenta las distintas voces, validarlas y contemplarlas, no es solo una práctica que se asocia al pleno ejercicio de los derechos humanos, sino que produce un diferencial en la construcción del sentido de pertenencia y, por ende, en el deseo de permanecer allí.
  • Intercambio con la comunidad y trabajo con las familias, desde una mirada sistémica y contextual del sujeto y del propio espacio educativo.
  • Proyecto o propuesta de centro que incluya la temática de los consumos y su abordaje integral, procurando abarcar estrategias comunicacionales e informativas, espacios para el fortalecimiento de habilidades y competencias asociadas a una cultura del disfrute colectivo, y acciones dirigidas a modificar el entorno cultural, social, físico y económico, que no faciliten el consumo de drogas.

5. ¿Qué son las drogas?

Son aquellas sustancias químicas, legales o ilegales, de origen natural o sintético, que una vez introducidas en el organismo son capaces de modificar el funcionamiento del sistema nervioso central, generando distintas alteraciones en la conciencia (estado de ánimo, percepciones) o en la conducta.

6. Tipos de consumo

  • Consumo experimental – implica un nivel de experimentación con la sustancia, donde la curiosidad es la principal motivación. Son aquellos consumos que se realizan a modo de prueba de diferentes drogas que pueden repetirse algunas veces.
  • Consumo ocasional – refiere a los consumos que se repiten ocasionalmente pero sin regularidad constante. El consumo se da únicamente cuando aparecen ciertas condiciones y no hay una organización ni planificación del mismo. Si tomamos como ejemplo el consumo de alcohol podemos incluir aquí a los comúnmente llamados “bebedores sociales”.
  • Consumo habitual – refiere a aquellos que se presentan en forma de hábitos. Se da regularmente, con cierta frecuencia en el uso de la sustancia. En función del tipo de droga, la frecuencia, cantidad de consumo, y las características personales, se pueden ir afectando distintas áreas vitales.
  • Consumo dependiente – la persona en esta situación estructura su cotidianidad alrededor del consumo. Hay una dependencia (física y/o psicológica) a la sustancia que restringe las posibilidades de opción. No quiere decir que la persona esté todo el tiempo bajo los efectos de las drogas sino que su vida se organiza con ese eje. Supone un empobrecimiento general de la vida que se padece con distinto monto de sufrimiento por parte de la persona y sus entornos inmediatos.
  • Consumo problemático – aquella forma de relación con las drogas en las que por su cantidad, su frecuencia y/o la propia situación física, psíquica y social de la persona, o la situación/entorno de consumo, produce consecuencias negativas para la persona y/o su entorno.

7. Áreas vitales en las cuales se desarrollan los problemas relacionados al uso de drogas

  • El trabajo o el estudio: llegadas tarde, no cumplir con la tarea, poca concentración, etc.
  • La salud física y mental: dolores de cabeza, problemas respiratorios, depresión, intoxicación, etc.
  • Relación con familiares y amigos: problemas de comunicación, malos tratos, etc.
  • En relación con lo legal: delitos, tomar y manejar un vehículo, etc.

8. Clasificación

La Organización Mundial para la Salud (OMS), ha utilizado el criterio de clasificación, que agrupa las drogas según sus efectos en el sistema nervioso central.
De acuerdo con este criterio, las drogas pueden ser:

  • Depresoras
  • Estimulantes
  • Perturbadoras (también llamadas psicodélicas o psicodislépticas en otras clasificaciones).

Depresoras

Enlentecen el funcionamiento habitual del sistema nervioso central provocando reacciones que pueden ir desde la desinhibición hasta el coma, alteración de la concentración, sensación de bienestar, relajación, sedación.

Son consideradas drogas depresoras el alcohol, los tranquilizantes, el opio y sus derivados (morfina, codeína, heroína, metadona).

Las más importantes de este grupo son:

  • Bebidas alcohólicas: destiladas, fermentadas.
  • Opiáceos: morfina, heroína.
  • Tranquilizantes: medicamentos hipnóticos y sedantes.
  • Hidrocarburos volátiles (o inhalantes): usados como productos industriales; tíner, nafta, pegamentos, pinturas.

Estimulantes

Aceleran el funcionamiento habitual del sistema nervioso central provocando un estado de activación que puede ir desde la euforia, dificultad para dormir, desinhibición, inquietud, hiperactividad, irritabilidad, excitación motora, agresividad y agitación. Producen también menor sensación de cansancio y disminución del sueño.

Dentro de este grupo se incluyen los productos con cafeína (mate, café, té), cocaína, estimulantes de tipo anfetamínico y la mayor parte de las sustancias de síntesis y de las nuevas sustancias psicoactivas.

Las más importantes de este grupo son:

  • Cocaína y derivados (pasta base de cocaína)
  • Nicotina: tabaco
  • Xantinas: cafeína, bebidas estimulantes (mal llamadas “energizantes”)
  • Anfetaminas

Perturbadoras

Perturban el funcionamiento del sistema nervioso central dando lugar a distorsiones perceptivas, alucinaciones o ilusiones.

Las más importantes son:

  • Cannabis y derivados
  • Nuevas sustancias psicoactivas (NSP): MDMA (éxtasis), etanfetamina, 2CB, GHB
  • Dietilamida de ácido lisérgico (LSD): (ácido, tripa)
  • Ketamina: anestésico disociativo de uso veterinario
  • Hongos del género Psilocybe: en Uruguay hongo de la bosta
  • Ayahuasca

9. ¿Qué es la dependencia a una droga?

Es cuando el organismo se adapta física y psicológicamente al consumo continuado de una droga; si no se consume se sufren síntomas físicos, psicológicos o ambos tales como: temblores, dolores de cabeza, mal humor u otros. La dependencia a las drogas es una de las formas de uso problemático. Pero no es la única ni la más habitual; existen distintas formas de consumo posibles que también pueden causar problemas, sin que necesariamente se haya desarrollado una dependencia. Por ejemplo: consumos excesivos (intoxicarse) o consumos en situaciones de riesgo (consumir y manejar un vehículo o una herramienta riesgosa), etc.

10. ¿Qué quiere decir psicoactiva?

Quiere decir que actúa sobre la psiquis. Para esto es necesario que llegue al cerebro atravesando la barrera hematoencefálica y modifique de alguna manera el funcionamiento habitual del sistema nervioso central (SNC).

11. Situaciones y modos de consumo de especial riesgo

  • Mientras se está en tratamiento farmacológico
  • Durante el embarazo
  • Situaciones de enfermedad
  • Momentos de sufrimiento psíquico
  • Mezclar drogas
  • Consumir y manejar

12. Casos con consumo cero

Es importante considerar que en ciertas situaciones el consumo de sustancias psicoactivas debe evitarse totalmente, ya que supone riesgos y daños considerables. Su consumo debe ser cero en:

  • Niños, niñas y adolescentes
  • Mujeres embarazadas o en período de lactancia (el riesgo es mayor para el lactante)
  • Si se realizan actividades como conducción de vehículos o manejo de maquinaria, trabajar o estudiar
  • Si se padece algún trastorno psicológico o se está pasando por dificultades emocionales (salvo que el uso sea por prescripción médica).

13. Cómo dinamizar estos contenidos en los entornos educativos

Para el abordaje metodológico de estas líneas de trabajo, se sugiere visitar las cajas de herramientas disponibles en la web Uruguay Previene. Allí se encontrarán dinamizadores didácticos para generar acciones en los respectivos entornos. 

Por asesoramiento y orientación comunicarse al correo jnd@presidencia.gub.uy

14. Contactos de interés…A quién acudir?

  • En situaciones de urgencia por intoxicaciones, llamar al Centro de Atención y Asesoramiento Toxicológico (CIAT) al teléfono 1722.
  • Para una primera escucha, orientación y derivación se puede recurrir vía telefónica al *1020 en todo el territorio nacional o acudir a los dispositivos Ciudadela, que son gratuitos y abiertos a toda la ciudadanía.
  • En situaciones de emergencia, acudir a las puertas de emergencia de cualquier centro de salud.

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