Discurso del canciller Lubetkin - XII Conferencia Ministerial Italia-América Latina y el Caribe

Amici vicepresidente del Consejo de Ministros, Ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani;
Señora ministra de Relaciones Exteriores de Colombia - Presidenta pro tempore de CELAC, Rosa Yolanda Villavicencio;
Amigas y amigos Ministros, Jefes de Delegación, señoras y señores;
Agradezco a los organizadores italianos por haber propiciado este espacio de diálogo, que refleja el compromiso compartido con el intercambio birregional, el desarrollo sostenible y el fortalecimiento del comercio internacional.
América Latina y el Caribe, reunida en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), comparten con Italia y con Europa valores fundamentales como: la democracia, el Estado de derecho, la libertad, el respeto al multilateralismo y una rica herencia cultural que nos vincula históricamente. Estos valores, trascienden fronteras y generaciones, constituyen la base sobre la cual debemos construir una agenda renovada de cooperación, ante los cambios que estamos viviendo el escenario internacional. En el diálogo por la transversalidad de resultados están nuestros desafíos.
El orden internacional se encuentra bajo fuerte presión y ha ido cediendo en áreas cada vez más importantes. La cooperación internacional ha sufrido aún más estos cambios, pero a su vez esta cooperación resulta más necesaria. Por ello, las acciones del IILA, desde su fundación en 1966, son un faro para promover nuestros valores y forma de ver la realidad en un mundo que parece no encontrar acuerdos.
Por eso felicito los resultados de su actual secretario general, deseo lo mejor a su nuevo secretario general y le digo que cuenta con todo nuestro respaldo posible.
La jornada de trabajo de hoy muestra la complementariedad entre nuestras regiones, lo que nos coloca en una posición única para avanzar hacia un partenariado mutuamente beneficioso, que potencie nuestras ventajas y atienda los desafíos globales de manera conjunta. La cooperación y el comercio son avenidas privilegiadas para ello y tenemos claras ideas de por donde transitarlas como hemos escuchado hoy.
Aunque las dinámicas internacionales han variado, el comercio continúa siendo una fuerza de transformación profunda que fomenta un desarrollo sostenible, inclusivo y resiliente.
Es mucho lo que podemos hacer juntos. La asociación entre Italia y América Latina y el Caribe puede ser un factor que impulse el crecimiento, tanto en lo que refiere a la cooperación energética, como al libre comercio en general. Las necesidades de uno y otro lado hacen que el comercio y, en especial, el de energías limpias sea un componente importante para nuestra prosperidad en común, pensemos juntos ante la próxima COP 30 en nuestra Amazonia.
Existen amplias oportunidades en las que nuestros continentes y regiones se pueden complementar mutuamente y lo hemos escuchado hoy. Pero para que estas oportunidades se materialicen, debemos seguir apostando a un comercio internacional abierto, transparente y basado en reglas claras. Debemos evitar las tendencias proteccionistas que solo debilitan la recuperación económica y limitan las posibilidades de desarrollo inclusivo.
Uruguay, que tendrá el honor de asumir la Presidencia Pro Témpore de la CELAC en 2026/2027 se compromete a proyectar estos valores y prioridades en la agenda regional, promoviendo la integración, la cooperación y el diálogo constructivo con socios estratégicos como Italia y Europa, y por la paz, una de las distinciones de nuestro continente, ayudamos a bajar todo tipo de tensiones en nuestra región.
Por eso, el Acuerdo Mercosur–Unión Europea representa una oportunidad histórica. No es solo un tratado comercial: es una señal de confianza política, un marco que puede generar más crecimiento, empleo e innovación en ambos lados del Atlántico. La conclusión y ratificación de este acuerdo, ojalá antes de fin de año, debe ser entendida como un punto de partida de nuevo tipo.
Significa diversificación, intercambio y nuevas cadenas de valor. Para Europa; en particular para Italia, abre la puerta a un socio confiable en materia de alimentos, energía y materias primas estratégicas, y a un mercado dinámico con más de 270 millones de habitantes en el caso del Mercosur, y así lo podríamos decir de otros acuerdos con México y Chile o el Caribe.
En un mundo de desafíos globales, América Latina y el Caribe son parte de la solución. Contribuimos de manera decisiva a la seguridad alimentaria y energética del mundo. Somos una región con abundancia de recursos naturales, pero también con una creciente vocación por la sostenibilidad, la innovación y la integración internacional.
En nombre de Uruguay, reafirmo nuestra voluntad de trabajar junto a Italia, a Europa y a todos los países de América Latina y el Caribe en este esfuerzo común. Porque solo a través de la cooperación y la complementariedad podremos transformar nuestras ventajas comparativas en verdaderas ventajas competitivas, al servicio de nuestra gente y de las generaciones futuras, tanto en Italia como en Europa y nuestra América Latina y Caribeña porque, en realidad, el tema que nos convoca a Roma: avanzamos hacia una asociación en crecimiento.
Muchas gracias.
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Ministerio de Relaciones Exteriores
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