Salud mental y bienestar psicosocial
Materiales didácticos
La salud mental no es un estado estático, existe en un continuo que puede incluir períodos de bienestar y también períodos de angustia, la mayoría de los cuales nunca evolucionarán hacia un trastorno diagnosticable. Entender la salud mental desde este enfoque nos permite visualizar que en diferentes momentos de la vida seremos capaces de disfrutar de la vida, pero también podremos enfrentarnos a períodos de angustia y de estrés, e incluso sufrir trastornos mentales (UNICEF, 2021).
Uno de los grandes aprendizajes que nos dejó la pandemia es que la salud mental de todas las personas, pero especialmente de adolescentes y jóvenes, es profundamente sensible al entorno y a sus circunstancias. Sin embargo, a pesar de la creciente toma de conciencia sobre las repercusiones del estado de nuestra salud mental en la vida cotidiana, el estigma asociado al tema sigue siendo una fuerza muy poderosa e impide que hablemos al respecto, que nos informemos y, lo más importante, que los adolescentes y jóvenes puedan obtener ayuda en los casos en que realmente es muy necesaria.
¿Qué entendemos por bienestar psicosocial?
La salud mental es el bienestar emocional, psicológico y social. La entendemos desde su multidimensionalidad y desde una perspectiva de desarrollo integral del ser humano.
El bienestar es el estado positivo de una persona, que puede definirse a partir de las siguientes dimensiones:
- Bienestar intrapersonal: pensamientos y emociones positivas como la esperanza, la tranquilidad, la autoestima y la autoconfianza.
- Bienestar interpersonal: las relaciones enriquecedoras, el sentido de pertenencia y la capacidad de sostener vínculos cercanos.
- Habilidades y conocimientos: la capacidad de aprender, de tomar decisiones positivas, de responder eficazmente a los desafíos de la vida y de expresarse.
¿Por qué es importante cuidar la salud mental?
La salud mental afecta la forma en la que pensamos, sentimos y actuamos. Por eso es importante cuidar nuestra salud mental para atender y preservar nuestro bienestar. Además, la salud mental juega un papel fundamental en el cuidado de la salud física, y viceversa.
Es importante atender y cuidar nuestra salud mental, ya que gracias a ella es que podremos afrontar y resolver las distintas situaciones generadoras de estrés que encontraremos en nuestra vida cotidiana y contribuir con nuestra comunidad participando activamente y desplegando todo nuestro potencial.
No podemos perder de vista que el riesgo de determinadas condiciones de salud mental en adolescentes y jóvenes aumenta cuando se encuentran bajo situaciones de vulnerabilidad. Entre las poblaciones más afectadas se destacan aquellas que atraviesan situaciones de pobreza y violencia, o los adolescentes y jóvenes que se encuentran privados de libertad.
¿Es positivo hablar de lo que sentimos? ¿Por qué es difícil hacerlo?
Nos cuesta hablar de lo que nos pasa, más aún si los sentimientos están asociados a experiencias de sufrimiento. Vivimos en un tiempo en el que se promueve la disociación de estas vivencias, persiguiendo una utópica felicidad, asociada exclusivamente a lo placentero. Sin embargo, la felicidad y el sufrimiento coexisten a diario en nuestra vida.
Es fundamental, entonces, habilitar espacios para conversar, dialogar, quitar etiquetas y desarmar distintos tabúes que pueden existir acerca del tema. Al identificar lo que nos pasa, podemos ponerle nombre, informarnos sobre nuestras emociones y lograr ver que ya no estamos tan solos en nuestra vivencia. Compartir el dolor hará que duela menos.