Discurso del canciller Lubetkin - Ceremonia de asunción de las autoridades del Ministerio de Relaciones Exteriores

Cuando con la extraordinaria subsecretaria Valeria Csukasi estábamos reflexionando sobre nuestro mensaje para este evento, pensábamos que la destacada presencia de mandatarios, ministros y de tantos países en la asunción del presidente Orsi este fin de semana, que tanto impactó a nuestro país, en la región toda y más allá de ella, creemos que era el mejor punto de partida para el desarrollo de nuestra política exterior para los próximos cinco años.
Los mensajes fueron claros, y creo que supimos leerlos. En primer lugar, un fuerte respeto a las mejores tradiciones de la democracia de nuestro país y a nuestra capacidad de nunca bajar los brazos, y siempre estar atentos en mantener y desarrollar esta maravillosa tradición de estabilidad, democracia y libertad, a 40 años de su restablecimiento. En segundo lugar, una fuerte expectativa en el naciente gobierno progresista del presidente Orsi.
Quiero aprovechar esta oportunidad para felicitar y agradecer a los equipos de la Cancillería que trabajaron en la preparación de esta hermosa fiesta cívica, que todos creo que vivimos con gran emoción, en estrecha cooperación con los equipos de la Presidencia, a quienes también agradezco y felicito.
Si repasamos los acontecimientos del 1 de marzo y las iniciativas que llevamos adelante el 2 de marzo, así como las bilaterales del presidente, acompañado por diferentes ministras y ministros, y las bilaterales que estos llevaron adelante en estos dos intensos días, nos dan una pauta clara de cómo actuaremos internacionalmente. Sobre todo, de cómo cada una de nuestras acciones podrá ayudar al crecimiento de nuestro país, tanto social como económicamente, para mejorar la situación de los uruguayos.
Además de haber demostrado una vez más un gran trabajo colectivo del nuevo gabinete, hemos recibido numerosas propuestas, compromisos y llamados para que profundicemos nuestras relaciones bilaterales y multilaterales en diferentes escenarios en este preciso momento. Me refiero a seguir teniendo una dinámica participación en preservar y mejorar el Mercosur para que cada día sea más sólido y avance en diferentes líneas de trabajo, para que todos sus socios sigan comprometidos y, a su vez, cómodos en este espacio estratégico de integración, sin que nada de esto contradiga las estrategias de cada uno de los cuatro países.
Esto significa profundizar nuestra relación y cooperación bilateral con nuestros hermanos brasileños, argentinos y paraguayos. Aunque sabemos perfectamente los desafíos del Mercosur y que no serán fáciles, el pronunciamiento público del presidente Orsi y del presidente de Alemania, Steinmeier, el pasado domingo dejaron clara la extraordinaria realidad que tenemos ante nosotros con la ratificación del acuerdo del Mercosur con la Unión Europea y su posterior puesta en ejecución. Este acuerdo comprenderá a 31 países y, sin duda, será uno de los mercados más importantes del mundo.
España, Italia, Alemania y otros grandes países con quienes tenemos tradiciones históricas de larga data, serán algunos de nuestros destacados referentes con quienes trabajaremos estrechamente, junto a nuestros socios del Mercosur, para concretar estos objetivos estratégicos durante los próximos cinco años. A su vez, hemos visto el deseo de países de nuestra región y fuera de ella para llegar a acuerdos de alcance parcial o más amplio, tanto con Uruguay como con los países del Mercosur.
Debemos avanzar también en el espacio sudamericano, donde quizás verificamos el mayor atraso del proceso de integración regional, como lo han señalado estos días varios de los presidentes que estuvieron junto a nosotros. También hemos recibido numerosos llamados a asumir mayores responsabilidades en la única instancia de diálogo de los 33 países de América Latina y el Caribe, como es la CELAC, y buscamos seguir sumando sinergias integradoras entre los países de la región.
Como habrán visto en la reciente declaración conjunta de cinco países con relación a la futura secretaría de la OEA, si bien partíamos de dos excelentes candidatos. Además, la invitación del presidente Lula al presidente Orsi para ser uno de los invitados especiales a la cumbre del BRICS en el mes de julio significará un cambio de calidad en el diálogo entre nuestro país y los grandes países emergentes del Sur: China, India, Indonesia, Emiratos Árabes, Sudáfrica y Egipto. Esto nos dará la posibilidad de aprovechar ámbitos estratégicos para mejorar nuestra relación bilateral con cada uno de estos países, generando oportunidades para nuestras exportaciones y para la cooperación estratégica en ciencia e innovación.
Como señalaba el ministro Oddone, en el evento anterior en el que participamos, esto ayudará finalmente al desarrollo integral de nuestro país. Esta dinámica nos permitirá además seguir reflexionando sobre el largo proceso iniciado por el gobierno que acaba de culminar su mandato con relación a un potencial ingreso al Banco del BRICS.
Naturalmente, buscaremos las mejores relaciones con nuestros socios históricos y estratégicos, como los Estados Unidos. Esto se relaciona con uno de los desafíos más importantes de esta Cancillería: seguir estimulando y definiendo el mayor número de acuerdos que permitan generar políticas de Estado entre todas las fuerzas políticas.
Si bien es verdad que el prestigio y las esperanzas generadas son importantes, debemos sumar nuestras capacidades y lograr el mayor número de consensos posibles para reforzar la acción exterior conjunta de nuestro país, tanto a nivel público como privado. Aunque naturalmente no lo lograremos en todos los temas, esto vale para la agenda política, económica, ambiental, de defensa y social.
Esa acción de apoyo a lo global para que refuerce nuestro trabajo en lo local aquí, en Uruguay, también se conectará con la Alianza contra el Hambre y la Pobreza, aprobada por el G20 en la Cumbre de Río en noviembre pasado, con el liderazgo del presidente Lula y la participación de más de 80 países, que ahora será continuada por Sudáfrica como nuevo presidente del G20.
Esto nos debe permitir demostrar también una señal precisa hacia el continente africano. Fue muy estimulante la voluntad señalada estos días por numerosos países asiáticos para profundizar sus relaciones con Uruguay.
Un capítulo destacado de nuestra agenda internacional será nuestra capacidad de ser un actor de paz y pacificación. Ojalá, Uruguay pueda ser un punto de encuentro y facilidades, de realidades hoy enfrentadas. Ojalá, con nuestro apoyo y el de otros países amigos que tienen gran respeto internacional, podamos ayudar a reducir los niveles de tensión creciente en nuestro mundo. Un mundo que es uno solo, que debemos preservar con nuestras capacidades y fuerzas.
Para ello, seguiremos las instrucciones del presidente Orsi, para que nuestro país sea un actor de diálogo y consenso, subregional, regional y más allá del continente. Ojalá podamos ayudar de alguna forma a la paz en el Medio Oriente y a construir una sociedad próspera, alejada de tanto drama y muerte como lo hemos visto en este periodo.
Pero, y esto debe quedar claro, nada de esto lograremos sin un gran equipo de trabajo en esta Cancillería. No solo a nivel del gabinete, que tantas felicitaciones ha recibido por su nivel, sino nosotros no pensamos que sin este mensaje a los y las colegas en este hermoso Palacio Santos podamos lograr, no solamente pasar a una nueva fase de trabajo colectivo, sino también, y por eso nos conectamos a internet, para que, en este momento, todas las 60 embajadas y 100 oficinas consulares nos estén escuchando y estén escuchando este mensaje en todo el mundo, para nuestros funcionarios y colegas, esto significa que contamos con todas y todos ustedes.
Eso significa que nos compromete a un diálogo permanente, a escuchar, al respeto mutuo, independientemente del lugar que a cada uno le toque ocupar. Trabajaremos siempre en equipo, valorando y reconociendo el aporte cotidiano que desde cada rincón se hace en este Ministerio.
Les solicito a cada uno de ustedes la misma lealtad que sabremos tener con ustedes en este periodo. Sabemos que el trabajo de este Ministerio requiere discreción, acción serena y reflexiva, el uso de nuestra inteligencia colectiva, nuestra preparación y conocimiento, pero, sobre todo, requiere reserva.
Estamos convencidos de que este camino que iniciamos el pasado fin de semana nos dará grandes resultados y grandes satisfacciones, y demostrará la extraordinaria potencia y valor del servicio exterior uruguayo, por el bien de nuestras ciudadanas y ciudadanos.
Con un compromiso que es sagrado para todos nosotros, y que se dijo en la campaña electoral y como es parte de tantas acciones en el mundo: que nadie, que nadie, que nadie, realmente nadie, quede atrás.
Muchas gracias.
Dirección de Prensa
Ministerio de Relaciones Exteriores