Discurso ministro Almagro "Me dueles México"

Nuestra conciencia en cada caso debe responder a la dignidad humana en su dimensión universal y ningún crimen nos puede ser ajeno. La muerte de ningún joven estudiante admite dobles estándares. La voz de nuestra conciencia debe ser aquella de la indignación contra el odio, contra la muerte y contra la violencia.

Debe ser la que lleva adelante la verdad, la que acusa estos crímenes, la que acusa el asesinato contra los indefensos en cualquier lugar que pase, quienquiera que sea que los cometa, sin importar de que nos acusen, sin importar qué poderes desafiamos.

Toda nuestra fuerza debe ser para proteger cada derecho de cada persona, para eliminar cualquier forma de injusticia, para derribar la arbitrariedad y asegurar todos los mecanismos necesarios para protegerlos.

Eso significa nuestro futuro como sociedades.

La violencia es una lamentable aberración cotidiana que condiciona la vida de los latinoamericanos.

Que destruye nuestras familias.

 Que destruye nuestras comunidades.

La cuestión prioritaria para la comunidad latinoamericana es eliminar la violencia y eliminar la impunidad. La impunidad corrompe, nos hace a todos más vulnerables y hace nuestros derechos más frágiles, deja los derechos de las personas a consideración de las bestias y de los asesinos.

La dignidad del hombre es universal, no admite interpretaciones ni consideraciones.

La verdad consciente de denunciar crímenes como este y la necesidad de justicia y de verdad es garantizar todas nuestras libertades, las de nuestros jóvenes de expresarse sin temor, las de nuestras construcciones políticas y preguntarme si es justo obrar así y si puedo responder de ese acto como Gobernantes y como ciudadanos.

La conciencia tiene que responder por la jerarquía objetiva de valores fundamentales para nuestros actos en la sociedad para garantizarles a nuestros hijos la más plena vigencia de todos sus derechos.

Uno de los pilares de nuestra política exterior consiste en la promoción y protección de los derechos humanos, de todas las personas, sin distinción alguna, sin importar el lugar donde se encuentren. Esta posición es compartida por la mayoría de los países que integran la comunidad internacional y es por eso que lo ocurrido en México no pasa desapercibido.

Es por eso que en este momento nuestra solidaridad y nuestros vínculos de hermandad encuentran en esta dimensión una nueva señal, una nueva fuerza para expresarse.

Es verdad que el continente americano ha recorrido un largo camino en el desarrollo de mecanismos de promoción y protección de derechos humanos.
En términos simples, lo ocurrido en Iguala es la desaparición forzada de 43 personas.

Es por eso que al haber tomado conocimiento de la conferencia de prensa del Procurador General de la Nación Jesús Murillo Karam del pasado 7 de noviembre, así como de las confesiones de los integrantes de la organización criminal Guerreros Unidos, el gobierno uruguayo manifestó su más profundo dolor y repudio ante la desaparición de los 43 estudiantes provenientes de esa región.

¿Qué sucede cuando el derecho más fundamental, el derecho a la vida, sin el cual el resto del catálogo de derechos humanos no puede ejercerse, es coartado?  

Confiamos en que el Estado mexicano ha puesto en marcha los mecanismos internos para asegurar que los responsables sean juzgados, que las víctimas y sus familiares sean reconocidas y lleve a cabo la investigación hasta el final, hasta encontrar a los últimos responsables.

De confirmarse este brutal homicidio en masa por parte de los peritajes correspondientes, se abre una profunda herida al interior de la sociedad mexicana. Como proclamamos oficialmente ayer desde el Ministerio de Relaciones Exteriores “Frente a esta situación es imperativo hacer un llamado a la solidaridad de todos los pueblos latinoamericanos y caribeños en el rechazo a esta y a todas las formas de violencia que amenazan a nuestro continente, al retorno a la convivencia pacífica en la hermana nación mexicana y a alcanzar una paz duradera desde la justicia y el más estricto apego a los derechos humanos".

Los hermanos latinoamericanos debemos redoblar la lucha por la búsqueda de la verdad, sin olvidar jamás lo ocurrido en el pasado para que no vuelva a repetirse, NUNCA MÁS. 
 
Muchas gracias.

Víctimas de los hechos en Iguala

Asesinados

Tres estudiantes normalistas:
  • Julio César Mondragón Fontes El Chilango
  • Daniel Solís Gallardo
  • Julio César Ramírez Nava
Dos integrantes del equipo de fútbol de tercera división Los Avispones:
  • David Josue García Evangelista
  • Víctor Manuel Lugo Ortiz
Una mujer que transitaba por el lugar:
  • Blanca Montiel Sánchez

Estudiantes Desaparecidos
 

  1. Abel García Hernández
  2. Abelardo Vázquez Periten
  3. Adán Abrajan de la Cruz
  4. Alexander Mora Venancio
  5. Antonio Santana Maestro
  6. Benjamín Ascencio Bautista
  7. Carlos Iván Ramírez Villarreal
  8. Carlos Lorenzo Hernández Muñoz
  9. César Manuel González Hernández
  10. Christian Alfonso Rodríguez Telumbre
  11. Christian Tomas Colón Garnica
  12. Cutberto Ortíz Ramos
  13. Dorian González Parral
  14. Emiliano Alen Gaspar de la Cruz
  15. Everardo Rodríguez Bello
  16. Felipe Arnulfo Rosas
  17. Giovanni Galindes Guerrero
  18. Israel Caballero Sánchez
  19. Israel Jacinto Lugardo
  20. Jesús Jovany Rodríguez Tlatempa
  21. Jonas Trujillo González
  22. Jorge Álvarez Nava
  23. Jorge Aníbal Cruz Mendoza
  24. Jorge Antonio Tizapa Legideño
  25. Jorge Luis González Parral
  26. José Ángel Campos Cantor
  27. José Ángel Navarrete González
  28. José Eduardo Bartolo Tlatempa
  29. José Luís Luna Torres
  30. Joshvani Guerrero de la Cruz
  31. Julio César López Patolzin
  32. Julio César Ramírez Nava
  33. Leonel Castro Abarca
  34. Luis Ángel Abarca Carrillo
  35. Luis Ángel Francisco Arzola
  36. Magdaleno Rubén Lauro Villegas
  37. Marcial Pablo Baranda
  38. Marco Antonio Gómez Molina
  39. Martín Getsemany Sánchez García
  40. Mauricio Ortega Valerio
  41. Miguel Ángel Hernández Martínez
  42. Miguel Ángel Mendoza Zacarías
  43. Saúl Bruno García
Montevideo, 12 de noviembre de 2014
 
Fuente

Comunicación e Información Pública
Ministerio de Relaciones Exteriores

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