Facilitar y desarrollar el comercio exterior
FACILITACIÓN Y DESARROLLO DEL COMERCIO EXTERIOR
Cámara Nacional de Comercio y Servicios del Uruguay y
Banco de Desarrollo de América Latina - CAF
7 Y 8 DE AGOSTO DE 2012
Exposición del ministro Luis Almagro
Cámara Nacional de Comercio y Servicios del Uruguay y
Banco de Desarrollo de América Latina - CAF
7 Y 8 DE AGOSTO DE 2012
Exposición del ministro Luis Almagro
"Este difícil presente internacional requiere de una tarea militante diaria por el libre comercio internacional. Es necesario sortear obstáculos, negociar, lidiar con dificultades administrativas, barreras no arancelarias, arancelarias, encogimiento de los mercados, blindajes de sensibilidades varias y regulaciones de dudosa consistencia de la Organización Mundial de Comercio.
Estamos pues ante un mundo que “des facilita” el comercio. En este contexto es que quiero destacar la importancia de este foro.
El trabajo de militancia diaria por el libre comercio al que me refería es imprescindible. Especialmente lo es para un país como Uruguay, necesitado de los mercados internacionales para su producción agrícola y tecnológica, así como precisa de bienes de capital e inversiones que impulsen los procesos de desarrollo.
Es bueno que sea la Comisión Andina de Fomento (CAF) la que impulse el presente Foro sobre Facilitación de Comercio Exterior, porque es uno de los principales instrumentos que trabaja e impulsa las variables de financiamiento e integración con una visión de desarrollo.
Estamos ante mercados internacionales que responden con altibajos y en los cuales nuestra presencia tiene que ser permanente para asegurar las oportunidades y para estimular las potencialidades.
En primer lugar, es fundamental mirarse a uno mismo; revisar qué es aquello que debemos hacer para facilitar el comercio, dónde están los costos que deben ser eliminados, las demoras que deben resolverse, la burocracia y el burocratismo que van generando dificultades para nuestros exportadores; problemas todos que como gobierno no toca resolver.
En tanto, el mercado subregional del Mercosur caracterizado por asimetrías, desafíos institucionales (como la ineficiencia de su mecanismo de solución de controversias) y conflictos internos, ha seguido, sin embargo, tendencias alcistas.
Asimismo, tres de los cuatro principales mercados para Uruguay son socios del Mercosur.
Brasil, país con el que pasamos de un déficit comercial estructural a una balanza equilibrada y en pleno crecimiento con nuevas perspectivas en cuanto a la libre circulación de bienes y servicios, infraestructura e integración energética.
Por su parte, hoy señalaba la prensa que Argentina lidera el ranking mundial de medidas proteccionistas del último año. No obstante, Uruguay ha mantenido mejor que otros países de la región sus niveles de exportación con Argentina, segundo socio comercial de Uruguay en exportaciones de bienes y servicios sumados.
En cuanto a Venezuela podemos decir que este país ha priorizado el comercio con el Mercosur y su mercado ha revitalizado exportaciones de bienes con valor agregado llegando a constituirse, en el presente, en el cuarto mercado para nuestras exportaciones.
Debido a las trabas, como ha sido dicho por el ministro Lorenzo, "la plataforma comercial del Mercosur está hoy fuera de servicio”, con resultados parciales que solamente se pueden asegurar y trabajar en el plano bilateral.
Pero Uruguay no se queda ahí. En el día de ayer firmé la carta enviada a los cuatro cancilleres solicitando nuestra integración como observador de la Alianza del Pacifico
No nos vamos a detener aquí. Uruguay buscará a todos los demás países de Sudamérica y América Latina procurando las soluciones comerciales que permitan que el comercio exterior tenga una nueva dimensión. Y esperamos que Estados Unidos pueda ser un mercado clave para el Uruguay en rubros estratégicos. Para ello debe mirar nuevamente a América Latina como prioritaria, conjuntamente o por sobre lo que priorizó en la década pasada y comienzos de esta, su lucha contra el eje del mal, el medio oriente y la seguridad.
Hemos eludido los riesgos que nos ponía por delante la “re primarización”. Nuestro patrón de inserción ha ido a buscar a una potencia mundial como China cambiando ese enfoque y proponiendo un puerto de aguas profundas, infraestructura de transporte, energía e industrialización. China ve la región pero ve a Uruguay: este es un hito político.
En este contexto y al cierre del año anterior, podemos destacar:
un aumento del 8% de la producción industrial, el mantenimiento de la proyección anual del 4%, un record en la baja del desempleo, el logro de haber reducido la pobreza un 25% desde 2005, el haber bajado la indigencia al mínimo histórico del 0,3% de los hogares, el haber batido records en exportaciones y en inversión extranjera.
Todo ello basado en políticas coherentes que tienen la inserción internacional y el comercio exterior como instrumentos fundamentales, porque es la propia necesidad del país la que así nos lo exige.
Una política coherente y definida, lineal pero ajustable, orientada a no cometer errores o no repetirlos. Una política empeñada en salir de la lista de fracasos estereotipados políticamente en nuestro país, como seguir a la OMC a ultranza, el ALCA, el error del Mercosur de los 90. Una política madura que ha aprendido que un espacio comercial preferencial no se hace a expensas de la pérdida de sectores enteros del país productivo -en particular de sus industrias- donde los grandes popes no tuvieron la creatividad para crear mecanismos o sistemas de alerta temprana sobre los problemas que acarrea la desregulación de los mercados.
Abro un paréntesis aquí para recordar además que con el relanzamiento del Mercosur de comienzos de los 2000, llegamos a tener niveles de desempleo record, vaciamiento bancario, inversión 0 y PBI negativo.
Ningún gobierno se paró tan firme, con estabilidad macro, exportaciones record, empleo record, con una visión tan profunda del fortalecimiento comercial en la región y fuera de ella, para enfrentar una crisis financiera internacional.
Pero en la política el “foul de atrás” vale en el juego, no como en el fútbol que significa “roja directa”. Lamentablemente en el comercio exterior pasa lo mismo.
La devaluación brasileña de fines de los años 90 y la crisis financiera argentina de comienzos de los 2000 nos golpearon muy duro. Nos golpearon las crisis financieras internacionales, desde el 2008, empezando por Lehman Brothers y siguiendo, sin solución de continuidad, hasta los países europeos que en estos días nos han puesto a prueba también.
Y esos “fouls” y esas crisis se traducen en la encrucijada en la que se enfrenta el comercio internacional.
Por un lado, inciden la parálisis y falta de perspectivas de la Ronda Doha del Desarrollo y, por otro, la grave crisis económica internacional que las economías desarrolladas no lograr superar.
Puede constatarse fácilmente un rebrote de medidas proteccionistas en la región y fuera de la región y no hay duda de que este fenómeno está conectado al fracaso de Doha y a la crisis económica internacional.
Las nuevas medidas proteccionistas no se manifiestan solamente a través de aranceles. En general toman la forma de reglamentos técnicos, medidas sanitarias y fitosanitarias, permisos de importación, trabas cambiarias, nuevas exigencias documentales, restricciones de puertos de entrada, entre otras.
La batería de medidas proteccionistas sólo está limitada por la capacidad de generación e inventiva de las autoridades. Esto es así, incluso, aun cuando algunas de esas medidas tengan fines legítimos y se encuadren en políticas públicas como proteger la salud humana o la salud animal.
Nosotros tenemos expectativas más altas, nosotros mismos las generamos. Tenemos más democratización que se traduce en mayor demanda, fundamentalmente de índole social, y en más crecimiento.
No siempre se pueden dar respuestas convencionales a situaciones atípicas. Ellos generaron la crisis -las crisis- y nosotros tuvimos que revertirlas.
El famoso “viento a favor” hay que trabajarlo hoy igual que debió ser trabajado ayer bajo la consigna de que, en un contexto hipercrítico del mundo, en Uruguay logramos un record de exportaciones de bienes y servicios.
Eso no lo logra el mercado por sí solo. Fuimos nosotros. Privados y públicos. Trabajando juntos, previendo los problemas, adelantando las jugadas."
Montevideo 8 de julio de 2012
Fuente:
Comunicación e Información Pública
Ministerio de Relaciones Exteriores