Ministerio de Relaciones Exteriores

En la misma, hicieron uso de la palabra el Director General para Asuntos Culturales de la Cancillería, Embajador Omar Mesa, el Embajador de Suiza en Uruguay, Martin Strub y el fotógrafo expositor Alfio Tommasini.
 
Dicha exposición permanecerá abierta al público hasta el día 27 de abril, en la Sala Figari del patio emepdrado del Palacio Santos, sede de la Cancillería uruguaya.
 
En la “Vía Láctea” los productores de leche siguen una historia que comenzó con una mutación genética en sus antepasados, poco después de los primeros asentamientos agrícolas. Un cambio que les permitió tolerar la lactosa incluso en edad adulta, facilitando así su supervivencia en estas duras tierras montañosas, a menudo cubiertas por nieve y hielo. 
 
Aunque el consumo de leche ya no es una cuestión de supervivencia, los productores, convencidos de la bondad de su producto y preocupados por la disminución del consumo, se aseguran de que su propia gente (entre la más tolerante a la lactosa en el mundo) no pierda esta característica basada en una enzima que se mantiene activa sólo si se ha estimulado continuamente. 
 
En un contexto de agricultura moderna, quise interpretar la relación entre el hombre y el animal a través de algo aparentemente ordinario, pero fuertemente relacionado con la continua transformación de estas tierras y los hábitos de sus habitantes. Durante los largos meses de inverno, viajé por mi país para observar a las personas que se ganan la vida con la producción de leche, tratando de encontrar en ellos los reflejos de esta misteriosa enzima que preservan, como característica de su naturaleza.