Estrategia para el abordaje de la prevención del consumo problemático de drogas en entornos familiares - E.book

¿Por qué prevención desde los entornos familiares?

La concepción de familia ha ido cambiando con los momentos sociohistóricos y con las culturas, con lo cual requiere ser actualizada sistemáticamente. Un primer paso significativo en este sentido, es hablar de “las familias” ya que éstas no son únicas sino diversas y heterogéneas, no son estáticas sino que cambian en función de realidades socioeconómicas, culturales, ambientales, geográficas y particulares. Esto representa un desafío mayor en materia de política pública, ya que implica que las propuestas conceptuales y metodológicas también deben actualizarse y ajustarse a esos cambios.

Se parte de una noción de familia entendida como un conjunto de dos o más individuos, que se perciben como interdependientes basados en conexiones sanguíneas, lazos legales o acuerdos tanto explícitos como implícitos. Conforman un sistema de vínculos estables, con un sentido de pertenencia, identidad, fidelidades, bienes afectivos y materiales y comparten un cierto trecho de historia, una cotidianeidad, un proyecto futuro y códigos propios (Vidal, 2001).

Partiendo de esta concepción y en articulación con la idea de pensar la prevención desde los entornos, es decir, desde los espacios cotidianos por los que las personas transitan a diario, donde construyen vínculos y relaciones subjetivas y que tienen un significado simbólico preponderante en tanto son constitutivos del desarrollo singular y colectivo de los sujetos, se construye la noción de entornos familiares.

SE ENTIENDE POR ENTORNOS FAMILIARES, A LOS ESPACIOS COTIDIANOS DE INTERACCIÓN SOCIAL EN LOS QUE CIRCULAN AFECTOS, CUIDADOS, MODOS DE CRIANZA, PROHIBICIONES, HABILITACIONES, SECRETOS, ACUERDOS, Y EN LOS QUE SE CONSTRUYE HISTORIA INTERGENERACIONAL, SABERES, APRENDIZAJES, LÍMITES Y SIGNIFICACIONES (EN PARTICULAR REFERIDAS AL GÉNERO, AL AMOR, LA VIOLENCIA, EL CUERPO, LA INTIMIDAD, ENTRE OTROS).

De esta noción se desprende, que los entornos familiares no están exclusivamente integrados por personas que comparten lazo de cosanguineidad, sino también por aquellas que ofician de referencia para los procesos de desarrollo subjetivo por su cercanía y su significación afectiva (pueden ser referentes de la comunidad, docentes, amigos/as, otros).

Uruguay Previene en los Entornos Familiares busca potenciar los factores protectores y la responsabilidad que las familias tienen en relación al cuidado de sus integrantes, así como disminuir los factores de riesgo del uso problemático de drogas.

Las familias han ido cediendo la responsabilidad de la crianza de sus hijos en favor del Estado, los profesionales, el mercado, la tecnología, etc. En una sociedad donde la cibernética y los riesgos que afectan a los jóvenes son protagonistas, recuperar a las familias como factor de protección es clave en el desarrollo de una prevención que promueva la inteligencia social, la colaboración, la resiliencia y el compromiso de la sociedad civil” (Instituto Europeo de Estudios en Prevención, 2020: 8).

Los lineamientos de esta Estrategia están centrados en los derechos de las personas y hace especial énfasis en la transversalización de la perspectiva de género, generaciones e interseccionalidad con el fin de reconocer y reducir las brechas existentes. En ese sentido, tanto para el diseño, la implementación, el monitoreo y evaluación de las acciones de prevención aquí presentadas, se hace una particular consideración a las mujeres, en relación al rol de cuidados que suelen asumir, la violencia de género y las barreras que impactan en el acceso a la atención y el tratamiento por consumo problemático de sustancias.

Según datos del OUD, las mujeres llegan a los dispositivos de tratamiento más en el rol de referentes socioafectivas de las personas con usos problemáticos de drogas (es muchas veces quien hace la primer consulta y oficia de contención durante el proceso terapéutico) que como protagonistas de sus propios tratamientos, es decir, suelen pedir más ayuda para otros/as que para sí mismas.

En cuanto a la distribución según los tipos de hogares para el año 2020, el tipo biparental (hogar constituido por una pareja con hijos/as), continúa siendo el más predominante. Cabe destacar que la proporción de hogares monoparentales femeninos es de 11,4% mientras que los hogares monoparentales masculinos se sitúan en 2,2% del total.

Por un lado, a medida que aumentan los ingresos crece la proporción de hogares unipersonales y de aquellos integrados por una pareja sin hijos/as. Por su parte, a medida que disminuyen los ingresos, los hogares que presentan mayores proporciones son aquellos más numerosos en términos de cantidad de integrantes -extendidos o compuestos y biparentales-. Esta situación se torna especialmente problemática en el caso de las mujeres, dada la carga de trabajo no remunerado y de cuidados que asumen: en el caso de los hogares monoparentales femeninos se observan grandes diferencias entre la proporción observada en el quintil más bajo de ingresos con respecto a las proporciones en el resto de los quintiles. Este tipo de hogar requiere especial atención a la hora de pensar las políticas de combate a la pobreza"(Inmujeres, 2020:12).

LA JND ENTIENDE A LA PREVENCIÓN COMO UN ACCIONAR COLECTIVO, DELIBERADO, PLANIFICADO, PROCESUAL, PARTICIPATIVO Y ANCLADO EN LO CULTURAL, A TRAVÉS DEL CUAL LAS PERSONAS Y COMUNIDADES BUSCAN POTENCIAR AQUELLOS FACTORES Y DIMENSIONES QUE FAVORECEN EL CUIDADO DE LA SALUD INTEGRAL, A LA VEZ QUE DISMINUIR LOS FACTORES DE VULNERABILIDAD HACIA EL USO PROBLEMÁTICO DE DROGAS.

En base a esta concepción, Uruguay Previene en los Entornos Familiares impulsa a que todas las personas que conforman un grupo social consensuado como “familia”, se sientan convocadas a involucrarse en la construcción de nuevas miradas y acciones que fortalezcan su capacidad protectora y de cuidados. Para esto, no es necesario que las familias tengan experticia técnica en el tema drogas, sino abordarlo desde el rol afectivo que se cumple, buscando proximidad y espacios de diálogo, apoyándose en los entornos comunitarios y educativos y en la interacción con otros actores que permitan abordajes integrales y complejos 

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