Programa Jóvenes en Red

Más de 2200 jóvenes reciben apoyo social y educativo para fomentar su reinserción

Jóvenes en Red atenderá en su primera etapa a 2.200 jóvenes y adolescentes de entre 14 y 24 años desvinculados del ámbtio educativo y laboral. Actualmente hay 36 equipos de trabajo; volcarán su esfuerzo en la zona metropolitana, donde está el núcleo más significativo de exclusión. Las tareas de esta etapa implicarán una inversión de 60 millones de pesos. En 2013 habrá 48 equipos y el programa llegará a otros departamentos.

Jóvenes
El grupo de jóvenes  que actualmente no estudian ni trabajan incluye a muchas mujeres jóvenes que viven en localidades muy pequeñas del interior y se desvincularon de los centros educativos para realizar tareas domésticas o sostener una familia, lo que les impide trabajar formalmente. Según relevamientos utilizados para diseñar el programa, los datos indican que el núcleo más significativo de los jóvenes y adolescentes desvinculados del trabajo se encuentra en la zona metropolitana.

 

El coordinador del programa Jóvenes en Red, Diego Olivera, explicó que para localizar a los jóvenes que no estudian ni trabajan el programa dispone de equipos que recorren los barrios. Por este motivo, sostuvo que el contacto con referentes vecinales es fundamental; otros actores territoriales de importancia son las policlínicas y servicios sociales y educativos.

 

Los beneficiarios de asignaciones familiares y de la tarjeta Uruguay Social están registrados como miembros de este programa, este dato permite la georreferenciación y constituye otra valiosa fuente de localización de jóvenes desvinculados. “No es que no se sepa dónde están, se sabe, pero hay que organizar la información”, detalló.

 

Los jóvenes que participen en el programa firmarán un acuerdo socioeducativo en el que se establecen las metas a las que se compromete a alcanzar el participante. “Los objetivos no tienen que ser grandilocuentes, sino bien concretos, que apunten al desarrollo personal: terminar la escuela, salvar un curso de capacitación, inscribirse exitosamente en una propuesta laboral”, ejemplificó Olivera.

 

La estructura del acuerdo es común a todos los jóvenes, pero los contenidos respecto de las metas deberán ser elaborados por cada joven, en forma individual. Los avances se deberán comunicar bimensualmente, esta información se volcará en un sistema informático que permitirá mejorar el monitoreo de cada situación particular, explicó.

 

Uno de los componentes más importantes del programa son los recursos humanos. Olivera confirmó la contratación de 120 profesionales para trabajar en la primera etapa del plan, que incluye la conformación de 36 grupos de 60 personas. Cada educador será referente de 20 jóvenes. De ellos, 30 equipos trabajarán en la zona metropolitana y los seis restantes, en Artigas y Cerro Largo.

 

Otro componente destacado es el apoyo directo a los jóvenes para incrementar su acceso a actividades culturales. Para eso, se les otorgará tarjetas de acceso a cines, teatros y espectáculos varios, a actividades y clubes deportivos y a becas en instituciones privadas.

 

Olivera también destacó un tercer componente, de carácter socio-educativo, que implica la participación de instituciones públicas y privadas. Como ejemplos mencionó la existencia de transferencias económicas para la UTU, con el fin de mejorar la formación profesional básica (mediante una estructura de semestres y una de experiencias educativas), y para el Ministerio de Defensa Nacional (MDN), a los efectos de multiplicar los cursos que brindan unidades militares, y las que recibirán los Centros Públicos de Empleo (CEPE).

 

“¿Y si la voluntad del joven decae? Lo que siempre decimos en educación: hay que insistir”, se respondió el coordinador para, a continuación, agregar: “Esto es un trabajo que requiere mucha paciencia. La educación y el arte tienen muchos puntos en común, y nosotros vamos a insistir, con paciencia, marcando límites y una estructura”, concluyó.

Enlaces relacionados

Audios