Adhesión a estándares de transparencia de Uruguay favoreció radicación de inversiones
“La adopción de estándares de transparencia es relevante para la confianza”, dijo este miércoles 12 el ministro interino de Economía, Pablo Ferreri. Destacó que “es la primera vez que las principales agencias calificadoras internacionales de riesgo financiero otorgan grado inversor a Uruguay”, cuya economía pasó de crecer en promedio 1 % en la segunda mitad del siglo XX a 5 % en los últimos 10 años.

“La confianza generada por la economía de Uruguay en el mundo se traduce en hechos concretos como la negociación para la radicación de la inversión productiva más importante de la historia, tal el caso de la nueva planta de celulosa de UPM”, señaló Ferreri al disertar en el ciclo Desayunos Útiles, de la revista Somos Uruguay.
“Si fuéramos catalogados como paraíso fiscal eso no sería posible porque se logra con confianza y calidad institucional”, recalcó.
Ferreri detalló que durante la segunda mitad del siglo XX el promedio de crecimiento del producto interno bruto (PIB) fue de 1 % anual y en la última década fue de 5 %.
En cuanto a la inversión extranjera directa, dijo que en el primer lapso mencionado fue de 0,5 % del PIB en promedio, mientras que en los últimos 10 años superó 5 %.
“Uruguay generó mayor confianza luego de un ciclo de transparencia”, sostuvo. En este sentido destacó que “es la primera vez en la historia que las cinco principales calificadoras de riesgo financiero dan grado inversor e incluso dos lo otorgan por encima del escalón mínimo”. “Eso se llama confianza”, reafirmó.
“Ello se genera con políticas públicas con calidad en las instituciones, el apoyo estratégico al desarrollo productivo, la innovación y la facilitación del clima de negocios”. “Esta estrategia de inserción del país a nivel global”, aseveró.
El ministro a cargo de la cartera de Economía y Finanzas durante el viaje a China del titular, Danilo Astori, destacó que Uruguay está primero en América Latina y el Caribe en indicadores de cumplimiento de la ley, democracia, inclusión, percepción de corrupción y prosperidad.
Agregó que se encuentra segundo en gobernanza y libertad de prensa; y tercero en paz y libertad económica.
“Estas fortalezas no caen del cielo, se construyen a diario y en los últimos años se han sumado nuevas que son parte de un cambio estructural”, expresó.
Ejemplificó que en la última década Uruguay desarrolló una reforma tributaria, creó una unidad de gestión de la deuda pública, modernizó el esquema de concursos empresariales, el código aduanero y el régimen de promoción de inversiones, lleva adelante un proceso de inclusión financiera, entre otros.
Uruguay “tuvo durante mucho tiempo un enfoque de plaza financiera, concebido de manera aislada con un país inserto fundamentalmente en la región, con un cierto sesgo a la opacidad y un secreto bancario muy rígido.”
“El secreto bancario, funcional a ese esquema, en la actualidad debe cumplir otro rol y estar al servicio de una sana inserción internacional en el mundo, donde la transparencia es fundamental”, argumentó.
En este punto, Ferreri repasó que en 2009 Uruguay fue incluido en una “lista negra” por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que en su seno están todos los países industrializados, como paraíso fiscal y en 48 horas se logró pasar a una lista gris.
A partir de allí comenzó un progreso de regulación de intercambio de información a nivel internacional, entre otras medidas, lo que permitió al país pasar primero de lista gris a ser luego en 2015 miembro pleno del Comité de Asuntos Fiscales de la OCDE. “Es un cambio radical en cuanto a la imagen del país”, sostuvo.
Indicó, además, que se avanzó en reformas como la derogación del régimen de sociedades anónimas financieras de inversión (SAFI), flexibilización de secreto bancario, identificación de accionistas de sociedades anónimas, disolución de sociedades anónimas inactivas, entre otros. Acotó que en 2017 Uruguay comenzará a adherir a los estándares de intercambio de información automática.
Argumentó que se acompaña los procesos de transparencia fiscal de la OCDE porque “un país pequeño necesariamente abierto al mundo no puede estar por fuera del 80 % del PIB mundial”.