ANEP instaló escuela de tiempo completo en Jardines de Pando
Ocho aulas, patio, cocina y salón comedor, son algunos de los espacios acondicionados para el funcionamiento de una escuela de tiempo completo en Jardines de Pando. La nueva construcción es parte del Proyecto de Apoyo a la Escuela Pública Uruguaya y tiene un área multiuso que promueve la participación de las familias, incluso fuera del horario escolar, sin comprometer la seguridad de la institución.

Las escuelas de tiempo completo buscan mejorar la equidad en contextos donde la situación social y cultural es desfavorable. Los especialistas del Proyecto de Apoyo a la Escuela Pública Uruguaya (PAEPU) aconsejan que en esos casos es oportuno mantener una escala pequeña para que cada niño sea conocido por todos. Esta escuela recibe a 240 alumnos, su inauguración formal se realizó el viernes 18 de mayo.
El centro de estudio se ubica en Jardines de Pando, una pequeña localidad a tres kilómetros al norte de la ciudad industrial. El predio —de 7000 m2— fue donado por la Intendencia de Canelones y se ubica en el centro geométrico y simbólico del lugar, donde comienza la Avenida Central. El local tiene ocho aulas, una por nivel (4 y 5 años y primero a sexto grado), comedor, administración y servicios.
Desde el principio del anteproyecto se concretaron reuniones con la comunidad educativa y barrial donde se acordó que la nueva escuela fuera en una planta y que las aulas se vincularan directamente a los patios, con circulaciones abiertas, para promover el mayor nexo con el espacio exterior, vistas, asoleamiento y ventilación natural.
La construcción se planteó con una organización lineal, formada por dos “cintas”. La cinta hacia el oeste responde al trazado de las calles que confluyen en el terreno, creando un acceso cóncavo que recibe al barrio, y divide el espacio público del propio de la escuela. La cinta al este tiene una curva que finaliza en el patio de recreo. Donde ambas cintas se cruzan se genera un espacio polivalente que oficia de hall y comedor, integrable en caso de actividades conjuntas de varias clases.
Las aulas están equipadas con pizarrón, carteleras, percheros y placares debajo de las ventanas. Los salones para niños de 4 y 5 años tienen también una mesada con bacha que se utiliza como cocina pequeña (kitchenette) para educación plástica y baño.
La administración está vinculada al acceso, lo que permite controlar el ingreso y egreso de personas al local, además de promover la relación entre la dirección y las familias. La cocina es semi-industrial lo que favorece la higiene. Los arquitectos diseñaron un espacio multiuso en el que participan de las familias, incluso fuera del horario escolar, sin comprometer la seguridad de la institución.
En las áreas exteriores se realizan actividades, como educación física, representaciones teatrales, asambleas y actos, entre otros. El edificio tiene cuatro espacios a estos efectos: uno equipado con bancos e iluminación, un patio preescolar con un pequeño anfiteatro y una rampa, el patio principal que incluye juegos, bancos y cancha deportiva y un patio de servicio y de extensión de la administración.
Para controlar el sol se colocaron parasoles de hormigón prefabricado a pie de obra al oeste y cortinas al este; y se previó la ventilación cruzada, de invierno y de verano y se colocaron dos convectores eléctricos por aula. La accesibilidad está asegurada por rampas y un baño para personas con discapacidad física.
La educación ambiental se promueve con el desarrollo de una quinta orgánica, la clasificación de residuos y el tratamiento de las aguas en un wet-land (sistema natural para el control de la contaminación).
Por otra parte, la obra fue seleccionada para representar a nuestro país en la “VIII Bienal Ibearoamericana de Arquitectura y Urbanismo de Cádiz”, el principal premio a obra construida al que puede acceder la arquitectura uruguaya, ya que carece de distinciones nacionales. Esta edición se realizará en España en setiembre de este año.