Este año los adolescentes en conflicto con la ley estarán incorporados a la historia clínica electrónica
Alineados al objetivo común de incorporar al 100 % de los prestadores integrales en la Historia Clínica Electrónica Nacional, la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) y el Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (Inisa) completarán antes de fin de año el proceso de digitalización de datos de menores en conflicto con la ley. La información estará unificada en un escritorio clínico electrónico.

La Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) y el Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (Inisa) presentaron los avances alcanzados en materia de historia clínica electrónica interinstitucional. El acto, realizado el miércoles 23 en la sede del instituto, fue presidido por su presidenta, Gabriela Fulco, y la vicepresidenta de ASSE, Marlene Sica.
Tanto ASSE como Inisa comenzaron en 2015 la unificación e informatización de los datos de los adolescentes en conflicto con la ley, a fin de consolidar un “escritorio clínico electrónico”. La iniciativa se enmarca en la normativa que pauta que el 100 % de los prestadores integrales de salud se incorporen a la Historia Clínica Electrónica Nacional al menos en tres áreas, entre las que se incluye emergencia, ambulatorio, internación y quirúrgico. Las autoridades estiman que antes de finalizar 2018 la totalidad de estos menores, actualmente 400, estén incorporados.
Según las autoridades, este avance garantizará la continuidad de la atención sanitaria, aportará información de los procesos epidemiológicos que ocurren en privación de libertad, otorgará mayor confidencialidad en la información, mejorará la toma de decisiones en salud y preservará los derechos de los usuarios, además de permitir el análisis de los procesos de salud.
Sica dijo que, si bien las personas relacionadas con el Inisa son población adolescente, es decir, que se acercan al sistema de salud por problemas no vinculados con patologías, como en otras franjas etarias, es fundamental garantizarles su derecho al proceso asistencial, el que no debe discontinuarse por estar en forma circunstancial en un ambiente de reclusión.
“Contar con esta información es un elemento fundamental para la toma de decisiones en lo que respecta a los profesionales que asisten a estos pacientes, conociendo cuáles son sus condiciones patológicas previas a la reclusión y en el tiempo posterior, en lo que es la reinserción en la sociedad, para garantizarles el derecho básico de atención a la salud”, explicó.
Fulco, en tanto, insistió en la importancia de garantizarles los derechos a estos jóvenes que, además de estar privados de libertad, son menores de edad y están encuadrados en la protección de sus derechos en el marco de la Convención. En este contexto coincidió con Sica en la necesidad de contar con una historia clínica que brinde todos los antecedentes de su infancia, preadolescencia y adolescencia.
“Partir de punto cero con un tema de salud en un centro de privación de libertad genera dificultades. A veces, es complejo conocer esa historia, se pierde tiempo a los efectos de la atención inmediata que se debe dar”, dijo Fulco, quien entiende que este paso es un salto cualitativo. “Es material fundamental para conocerlo en forma integral y tener un punto de partida para sus procesos y mejoras”, indicó. Estos datos son útiles, además, para la realización de estudios epidemiológicos, para atender situaciones de deterioro que conlleva la privación de libertad.