Cada año 1.800 bebés prematuros reciben atención y seguimiento con resultados positivos en el desarrollo motor y del lenguaje
La Unidad de Atención Temprana del Pereira Rossell atiende a 1.800 bebés al año, la mayoría prematuros. El servicio se renovó para brindar más confort y seguridad a niños y familias. En un espacio especialmente acondicionado, los bebés, ya de alta, son atendidos por especialistas sin necesidad de traslados ni esperas. La detección y tratamiento temprano de retrasos en el desarrollo motor y del lenguaje favorecen su evolución.

En el Centro Hospitalario Pereira Rossell nacen unos 7.000 niños al año, de los cuales el 12 %, unos 800 niños, reciben servicios en las áreas de cuidados intensivos o intermedios. Esto lleva a que, por las diferentes patologías, como prematurez, defectos congénitos y patologías quirúrgicas, requieran un seguimiento multidisciplinario. Ante esa situación, hace más de 10 años se creó la Unidad de Atención Temprana, dependiente del Hospital de la Mujer, que se encarga del abordaje de unos 1.800 casos por año, una vez que son dados de alta.
En los últimos meses, ese espacio se instaló en una nueva área exclusiva. Este espacio cuenta con todas las comodidades y evita la circulación innecesaria de los padres y sus bebés por las amplias instalaciones del hospital. De esta forma, son los especialistas, tales como noenatólogos, oftalmólogos e incluso cirujanos, los que se trasladan a la unidad para atender a los pacientes.
El centro cuenta con varios consultorios especialmente acondicionados y una sala de estimulación temprana equipada con todos los recursos, a fin de asegurar el control de estos niños, que se prolonga hasta que cumplen dos años o hasta que logren lo que se conoce como catch up, es decir una recuperación del crecimiento que iguale los indicadores de un niño de su edad.
También funcionan salas de estar con sillones y practicunas, para que bebés y mamás descansen. Además, se garantiza el espacio para una adecuada práctica de la lactancia materna. El local incluye un salón comedor para que las familias que deben permanecer varias horas se sientan cómodas y puedan alimentarse, además de baños especialmente acondicionados.
Incidencia del servicio en el crecimiento del niño
Mara Castro, directora del Hospital de la Mujer, explicó al equipo de la Secretaría de Comunicación Institucional que los cambios realizados incidieron en una disminución de la morbimortalidad de estos niños en el primer año de vida. Detalló que mejoró la atención de aquellos niños con retrasos en el desarrollo, particularmente un 43 % sufre alteraciones de lenguaje y un 19 %, motrices. Destacó que la labor de psicomotricistas y fonoaudiólogos es fundamental, así como el apoyo de la familia, con la realización de ejercicios en el hogar para seguir respaldando a sus hijos en el proceso de rehabilitación.
La profesional sostuvo que durante todo ese proceso “hay que ponerse en el lugar de la familia”, que suele no estar preparada para recibir a un niño prematuro o con alguna dificultad, sumado a todo lo que significa su ingreso a una unidad de cuidados intensivos y el estrés que la situación genera. Puntualizó, asimismo, que la familia necesita contención para afrontar esa nueva etapa, especialmente la mujer, que en muchos casos no puede amamantar a su hijo por no contar aún con la cantidad necesaria de leche. En este sentido, se la apoya desde el punto de vista psicológico, para evitar la depresión y la culpa, se la asesora en lactancia y controles ginecológicos.
“Nuestro objetivo es no dejar de atender a ningún niño. Si es necesario, lo vamos a buscar. Muchas veces las madres no lo traen, pero no porque no lo quieran controlar, sino porque son población vulnerable, con varios hijos a cargo y no tienen con quién dejarlos ni dinero para pagar los boletos”, explicó Castro.
La experta consideró que se debe garantizar asesoramiento a estas familias, incluso al momento del alta. Al respecto, destacó el trabajo en conjunto con el primer nivel de atención. “Es fundamental que desde la unidad se le brinde al niño todo lo que corresponde desde el punto de vista de la salud, pero a la familia, el apoyo social y psicológico, para que ese niño tenga un entorno favorable para su crecimiento y desarrollo”, concluyó.