Presidente José Mujica

“Comprometidos, siempre aprendiendo de todos y necesitando la ayuda de todos”

En ocasión de la presentación de la Memoria Anual 2011 y los proyectos de Gobierno para este año, el Presidente de la República expresó -en transmisión simultánea de radio y televisión- que “no somos afectos a detenernos a hacer balances”, y agradeció “al pueblo en general de todos los colores que anda por las calles y nos ataja por aquí y por allá; nos reclama cosas pero nos presta ojos para ver y corazón para sentir”.

Presidente Mujica en cadena nacional
También precisó que “nos queda mucho por hacer y mucho dependerá de cada uno de nosotros. Tenemos confianza, infinita confianza en las posibilidades del país, pero esta lucha no terminará nunca y nunca estaremos totalmente conformes con lo que hemos logrado”.

Texto completo de la transmisión simultánea por radio y televisión del Presidente de la República, José Mujica. Jueves 1° de marzo de 2012

Amigos, 
Hemos presentado la Memoria Anual, necesariamente elemento de juicio del Parlamento Nacional y están allí las intenciones comprometidas de cada uno de los ministerios para el año entrante, y se pueden consultar en la página de Presidencia.

No somos afectos a detenernos a hacer balances. Solamente queremos volcar algunos reconocimientos. 

Los  indicadores que el país presenta son, largamente, los mejores de su historia y nunca hemos tenido tanto. Por lo tanto, mucho más nos duele lo mucho que nos falta en esta carrera infinita y eterna por la justicia social y por la libertad.  
Y el primero en reconocerlo es el Gobierno. 

Tampoco tiene sentido hacer el panegírico de lo mucho que se ha logrado y que se está logrando, menos la soberbia de creernos que en cada coyuntura acertamos. Estamos a leguas. 
Somos republicanos, luchadores sociales hasta la tumba. Comprometidos, siempre aprendiendo de todos y necesitando la ayuda de todos. 

Desde el primer momento procuramos dar la máxima participación posible y abrir las puertas de nuestro despacho para tratar de construir pensamiento y decisiones con la participación más global posible del país. 

Alguna vez lo logramos. ¡De todas maneras, y por encima de todo, vaya nuestro profundo agradecimiento! 

En primer término, a los que cada mañana en la lucha por la vida tal vez no construyan utopías pero están construyendo el país, dándose cuenta o no. A la multitud silenciosa de trabajadores.

En segundo término, profundo agradecimiento a quienes nos han acompañado, a quienes llegaron trayéndonos reclamos, y al pueblo en general de todos los colores que anda por las calles y nos ataja por aquí y por allá. Nos reclama cosas pero nos presta ojos para ver y corazón para sentir. 

Gracias, a los funcionarios de los trabajos grises, de los que no componen la historia pero hacen la historieta permanente! Que sostienen el comercio exterior del país, las relaciones regionales, el mundo de los servicios, el mundo de las inversiones, los que pelean en todos los rincones para hacer viable al país. ¡Gracias!

¡Gracias, a los fogoneros que han cargado con la peor carga de una lucha interminable por reformar el Estado, a conciencia lúcida que ese proceso no termina nunca y que en el fondo son los pasos por reformarnos como nación a nosotros mismos! 

Ningún cambio cuesta más que los cambios culturales. Pero este país necesita un Estado fuerte, vigoroso y moderno. ¡Gracias, a los que practican la solidaridad y practican la solidaridad a su costo; a los que dan sin esperar retorno!

¡Gracias, a las alegrías que nos han dado muchísimos ciudadanos como país! ¡Gracias, a los que tienen memoria y a los que no se ahogan en el dolor y empujan la Nación! ¡Gracias, a los que nos han acompañado y a los que no, a los que pertenecen a esta Nación!

¡Gracias, muy especiales, al cuerpo de Intendentes de este país que ha demostrado con hechos lo que podemos lograr cuando nos juntamos, con voluntad política, a favor de superar problemas aparentemente imposibles!

Pero ante todo sabemos que la batalla es infinita: por la enseñanza, por el trabajo, por la infraestructura, por la inversión en el país, por la mejora en las condiciones de vida de mucha gente postergada, por la mejora en el campo de la seguridad. 

Pero nadie es más que nadie. El Presidente es en todo caso responsable, pero no es un soberbio sabio que lo puede todo y que lo sabe todo. 

Por eso, nos queda mucho por hacer y mucho dependerá de cada uno de nosotros. Tenemos confianza, infinita confianza en las posibilidades del país, pero esta lucha no terminará nunca y nunca estaremos totalmente conformes con lo que hemos logrado. 
Así es la condición humana. ¡Gracias!   

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