Cooperación internacional permite capacitación del personal penitenciario
El Ministerio del Interior, con el apoyo de las embajadas de España y Estados Unidos, dictó un curso de formación en seguridad interna para el sistema penitenciario. Se realizó en las instalaciones del Centro de Formación de la Cooperación Española en Montevideo. Bonomi destacó la importancia de mejorar el trabajo de los operadores penitenciarios en el proceso de creación de un nuevo modelo carcelario.

En la actividad de cierre de los cursos estuvo presente el ministro del Interior, Eduardo Bonomi y la embajadora de Estados Unidos, Julissa Reynoso. La capacitación fue impartida por los expertos Mitch Sutton, asesor de la Unidad de Capacitación y Entrenamiento Móvil de Academias Correccionales Federales de Xalapa (Veracruz, México), y por Antonio Maestas, consejero de Formación y Enlace del Departamento de Estado de los Estados Unidos.
El ministro del Interior, Eduardo Bonomi, señaló que estas capacitaciones son parte de un proceso de mejora del trabajo de los operadores penitenciarios. En este caso, se trata de una capacitación para los capacitadores, personas que replicarán estos conocimientos en la Escuela Penitenciaria del Ministerio del Interior.
Destacó que, a su entender, una reforma del sistema penitenciario debe fortalecer la capacidad de quienes trabajan en las cárceles. En tal sentido, recordó el proyecto que se encuentra en ejecución, un nuevo modelo de sistema penitenciario, el cual requiere edificios adecuados y gente capacitada para trabajar en el nuevo proyecto. Considera que la capacitación tradicional que se desarrolló en las cárceles necesita mejoras para entender el proceso de rehabilitación de acuerdo con las necesidades actuales de seguridad del país.
Agregó que la Ley Orgánica Policial fue creada de acuerdo con las condiciones del país, en el año 1971, en situaciones de enfrentamiento armado y de preparación de la policía para resolver esa situación. Además en ese año las cárceles pasaron de la órbita del Ministerio de Educación y Cultura al Ministerio del Interior. En aquel momento, la situación llevó a dejar de lado el aspecto educativo y de rehabilitación de las cárceles.
Bonomi considera que actualmente es necesario adecuar esta ley, por lo que se encuentra en el Parlamento un proyecto para crear una nueva ley orgánica, así como un proyecto del Instituto Nacional de Rehabilitación. Ambas legislaciones buscarán adecuar el funcionamiento a las necesidades actuales, que no es la seguridad del Estado sino la seguridad de las personas.
El jerarca reconoció que no todos los presos están en condiciones de ser rehabilitados, pero es obligación del Gobierno trabajar por aquellos que sí pueden reinsertarse en la sociedad. Para ello es necesario brindarles educación y trabajo, como forma de prepararlos para el retorno a la sociedad. De no poder solucionar estos problemas, las cárceles continuarán operando como “un posgrado del delito”, mientras que el objetivo es que quienes cometieron errores los corrijan y se preparen para el retorno a la sociedad, enfatizó Bonomi.
Comunidad y capacitación
La embajadora de Estados Unidos en Uruguay, Julissa Reynoso, explicó que el trabajo de capacitación del personal del sistema penitenciario es de gran ayuda para la comunidad. Apoyar a todas las instituciones básicas para la democracia y el Estado de Derecho es uno de los objetivos de la política exterior de Estados Unidos.
Además señaló que los sistemas correccionales y judiciales eficientes deben apoyar el cumplimiento de las leyes. Asimismo, destacó la necesidad de promover la seguridad pública a través del humanismo con las personas que violan las leyes, brindándoles la posibilidad de reintegrarse exitosamente en la sociedad.
“Los sistemas correccionales corruptos o inhumanos pueden tener efectos negativos en la sociedad, ya que contribuyen a la inestabilidad y empeoran la criminalidad al servir como lugares seguros para el crimen organizado”, señaló la embajadora.
En este contexto, considera que Uruguay realiza grandes esfuerzos para mejorar su sistema correccional y gestionar de forma más eficiente a la población carcelaria. Por eso, “el sistema correccional debe tener personal capacitado y bien dirigido, que trate a los reclusos de forma adecuada, efectiva y humanitaria”, sentenció.