Acto de Jura de la Constitución

Cosse destacó las ideas artiguistas y abogó por preparar a Uruguay para un mundo de inteligencia artificial

“Deberemos poner a tono a la educación, a la producción y a la democracia en pos de preparar a Uruguay para temas difíciles, como la inteligencia artificial, y descubrir la maravillosa utopía de estar a la altura de los sueños de un valiente”, como lo fue José Artigas, dijo la ministra Carolina Cosse, al enfatizar que la Constitución de 1830 plasmó algunas de las ideas artiguistas de las Instrucciones del año XIII.

Ministra Carolina Cosse

Ante la presencia del presidente de la República, Tabaré Vázquez, y de la vicepresidenta, Lucía Topolansky, la ministra Cosse señaló que fue una larga empresa para Uruguay constituirse como nación y que la Jura de la Constitución de 1830 fue un acto fundacional con un claro precedente en las Instrucciones del año XIII, en las que se plasmaron por primera vez las ideas de independencia, república, democracia liberal y federación.

Añadió que el prócer José Artigas, en el texto de la oración inaugural del Congreso de Abril de 1813, expresó su preocupación por contar con una Constitución para tener las seguridades del contrato y no solamente la fe de los hombres.

Sostuvo que el período artiguista fue una verdadera gesta, con acciones de gobierno autónomo para llevar adelante entre 1815 y 1816 medidas importantes, como el Reglamento de Tierras, que tuvo por objetivo la nivelación social, la creación de la clase media rural y un incentivo para generar arraigo en el campo, el Reglamento Aduanero, que implicó la regulación del ingreso de  medicinas, libros, maquinarias, artes y ciencias, así como la creación de la Biblioteca Nacional.  

Cosse precisó que, a partir de la dominación extranjera en 1820, comenzó un proceso de desmantelamiento de las medidas implementadas por el artiguismo, con la colaboración de “malos europeos y peores americanos”, quienes cerraron la Biblioteca Nacional en 1826 y deshicieron lo que el Reglamento de Tierras había logrado.

“Se intentó borrar a Artigas de la memoria y no se lo nombraba”, afirmó.

La Carta de 1830 presenta aspectos que nos traen trazos artiguistas, como la composición de los constituyentes de la época, su multiplicidad, su pluralidad con hombres de todas las ideas sociales reunidos en un ámbito para constituir la nación. Liberales y conservadores, artiguistas y antiartiguistas, partidarios de Juan Antonio Lavalleja y de Fructuoso Rivera, unitarios y federales, y extranjeros.

“Es posible encontrar gran parte de las Instrucciones del año XIII o el fundamento de ellas en la Constitución de 1830, con un estado independiente de todo poder extranjero, la separación de poderes y la aniquilación del despotismo militar con trabas constitucionales que aseguren inviolable la soberanía”. Ese texto afirmó los derechos personales, distribuyó los poderes y estableció las garantías de funcionamiento, además de reconocer la dignidad humana, apuntó.

Uruguay está en condiciones de participar en los avances tecnológicos

Uruguay tiene hoy un Estado de derecho consolidado, un crecimiento económico sostenido, y, para que la democracia se siga afirmando, es necesaria mucha reflexión, participación y acciones coordinadas. En este marco, agregó, en el mundo hay una revolución productiva sin precedentes a través de Internet y Uruguay está en inmejorables condiciones de participar en estos avances.

Destacó que Internet es parte de la nueva economía, así como la inteligencia artificial. “No hay ninguna actividad que no tenga algo que ver con Internet, no habrá ninguna en muy poco tiempo que no esté ligada a algún proceso de inteligencia artificial”, añadió.

Las máquinas empiezan a hacer cosas que antes solo los humanos podían hacer, como traducir lo que logran determinados parámetros, eso pasa a ser tecnología, señaló, a modo de ejemplo, y continuó: “La era de la inteligencia artificial impone enormes desafíos, que implican transformar los riesgos en oportunidades y hacer que estos estén lo más ampliamente distribuidos en la mayor población posible para que sea una herramienta igualadora”.

Agregó que la inteligencia artificial también impone profunda reflexión y revisión sobre la robustez y resiliencia del marco normativo, porque cambian los productos, las formas de vestir, de comercializar, los empleos, la estructura del trabajo y la organización. También hay impactos en la ciberseguridad, en la salud, en los diagnósticos precoces, en la identificación de patologías por imágenes, lo que tensa los principios éticos.

Destacó que solo el marco humano y ético pueden poner énfasis en las condiciones en que se deba cumplir esa tecnología. “La influencia de los dispositivos habilitados por la inteligencia artificial será tan poderosa que no la percibiremos, porque será como la electricidad, Internet o la tecnología de uso general, pero con una interacción con los humanos como nunca la hemos visto antes”, abundó.

“Deberemos poner a tono a la educación, la producción y también a nuestra democracia, no preparando a la inteligencia artificial para el futuro de Uruguay, sino preparándolo para encarar temas difíciles y descubrir la maravillosa utopía de estar a la altura de los sueños de un valiente”, como lo fue Artigas.

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