Experiencia de sostenibilidad de crecimiento de Uruguay es producto de decisiones y no de resultados casuales
“La experiencia de sostenibilidad del Uruguay para mantener el crecimiento por arriba de cero, mantener los logros sociales y no haber aumentado la desigualdad son resultados que no son casuales, porque son producto de decisiones que se tomaron durante un ciclo ascendente empujado por el crecimiento externo”, afirmó el subdirector de la OPP, Santiago Soto, en el panel de Cepal sobre logros sociales en clave de sostenibilidad.
Soto detalló que desde 2005 se aplicaron en Uruguay distintas medidas en un contexto macroeconómico sano ubicado en una región con dificultades. Explicó que en el ciclo de auge económico de las materias primas incidieron: el desempeño exportador del sector primario, el énfasis de la planificación efectuada en 2005 y 2006 y un conjunto de reformas de transformación social aplicadas desde 2007. En tal sentido, citó la construcción y adaptación de un marco institucional que fomentó el desarrollo en una etapa que cerró por encima del promedio de los principales productos de exportación.
El funcionario dijo que Uruguay transitó durante el período de auge económico por una duplicación del producto bruto interno, una caída de la pobreza que la llevó a los niveles mínimos históricos y una caída de la desigualdad. Explicó que a partir del período 2007-2008 descendió abruptamente el coeficiente del índice de Gini, que se estabilizó en 2013 en el marco de un proceso de desconcentración del ingreso, al tiempo que casi se duplicó el producto por habitante.
Según recordó, en ese período de expansión económica también se ampliaron derechos y coberturas, como la de salud, a través de un sistema universal. Asimismo se instaló un sistema de transferencias monetarias que intentó cubrir a aquellas personas que habían quedado descubiertas de la protección social en la década de 1990, dijo en la segunda reunión de la Conferencia Regional sobre Desarrollo Social de América Latina y el Caribe.
Además destacó “la instalación de la reforma tributaria en 2007, sistema que no está en discusión en los países centrales conservadores o de izquierda, pero sí en Uruguay, donde se estaba en la Edad de Piedra en ese sentido”. Expresó que entre 2013 y 2014 se registró una fuerte crisis regional y que parte de los desafíos de la sostenibilidad del crecimiento económico del país fue el desacople del contexto regional, que era complicado.
“El superciclo del boom de las materias primas no fue simplemente utilizado para mantener el piloto automático, sino para profundizar las reglas de juego en lo económico con un régimen de apoyo al desarrollo, con la creación, por ejemplo, de la Agencia de Investigación e Innovación, la Agencia Nacional de Desarrollo o con la incorporación de investigación y desarrollo en el sector agroexportador por parte del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA)”.
Agregó que el gran despliegue de políticas sociales generó una transformación estructural que permitió, en un contexto internacional adverso, que la pobreza no aumentara, así como lograr una baja también en la pobreza infantil, que, consideró, sigue siendo un desafío. También señaló que se registró en este período una desconcentración importante de los organismos del presupuesto nacional en términos de despliegue territorial. Citó, por ejemplo, la estructura del Ministerio de Desarrollo Social, que gestiona puntos de atención a la vulnerabilidad socioeconómica y restitución de derechos en todo el país.
“Uno de los desafíos que tenemos por delante es la equidad territorial, porque hay dificultades para acceder a determinadas zonas, mientras que otras tienen buenos promedios de desarrollo como los países europeos”, dijo. El subdirector de la OPP, enfatizó: “No decimos que somos fantásticos: esa nunca ha sido la actitud del Gobierno, porque tenemos grandes problemas en Uruguay, pero reconocemos también los avances en clave de los desafíos que tenemos y lo que queda por delante”.