Gasto en salud en Uruguay aumentó por encima del crecimiento de la economía en los últimos 13 años
El gasto en salud, en ascenso desde 2008, alcanzó en 2015 el 9,2 % y las proyecciones para los siguientes dos años mantienen la tendencia creciente. Los recursos asignados en los últimos 13 años aumentaron en términos reales a un promedio anual de 10,4 %, mientras que el producto interno bruto lo hizo en un 4 % en igual lapso. Esa tendencia se asocia a la ampliación de la cobertura, que ya llega a 2,5 millones de personas.

La salud constituye uno de los componentes principales de las políticas sociales impulsadas por los tres últimos gobiernos y una prioridad presupuestal. En 2015, el gasto en cobertura sanitaria total alcanzó el 9,2 % del producto interno bruto (PIB), con lo cual ratificó una tendencia de crecimiento que arrancó en 2007. En los últimos dos años, según las proyecciones del Ministerio de Economía y Finanzas, se mantiene la tendencia al alza.
Según los datos contenidos en el proyecto de ley de Rendición de Cuentas, los fondos públicos provenientes de rentas generales para financiar el sistema y los aportes al Fondo Nacional de Salud (Fonasa) alcanzaron en 2017 los 115.229 millones de pesos, equivalentes al 6,8 % del PIB y un aumento del 0,3 % respecto de 2016. Entre 2004 y 2017, esos recursos crecieron en términos reales a una tasa anual de 10,4 %, valor superior al registrado por el PIB en ese período (4 %).
El crecimiento de ese gasto se verificó con claridad a partir de 2008, con el comienzo de la implementación de la Reforma de la Salud y el proceso de fortalecimiento presupuestal de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE). La incorporación de los pasivos a partir de 2012, fue otro hito.
Al analizar el crecimiento del gasto público en salud, se destaca el aumento de recursos para la cobertura del sistema, que se multiplicaron por cinco en términos reales en el período considerado. Ello deriva de la expansión de la cantidad de personas adheridas al sistema, que llegó a los 2,5 millones a fines de 2017, que equivalen al 73 % de los 3,4 millones de habitantes de Uruguay. Eso se traduce en que entre 2004 y 2017 se incorporaron casi dos millones de usuarios.
Además, se destaca el crecimiento en los fondos asignados a ASSE, lo cual explica cerca del 29 % del crecimiento total del gasto público en salud en el período. Los fondos ejecutados por ese organismo casi se triplicaron en términos reales entre 2004 y 2017.
Prestaciones
Las prestaciones incluidas en la cobertura del sistema de salud se incrementaron desde la implementación de la reforma. En 2011 se incorporaron al Plan Integral de Atención en Salud (PIAS) la vasectomía, la ligadura tubaria y prestaciones de salud mental. En 2012 se adicionó la interrupción voluntaria del embarazo y en 2014, las técnicas de reproducción humana asistida. El último agregado a la canasta de prestaciones de los seguros integrales se realizó en 2016: la ecografía estructural y la colecistectomía.
En los últimos años se adoptaron medidas relacionadas con la política de rebaja y exoneración de las tasas moderadoras para que no sean una barrera para acceso de los usuarios a los servicios de salud.
En 2013 se estableció la gratuidad en la realización de la prueba de Papanicolau (PAP) para todas las beneficiarias y al año siguiente se exoneraron de tasas moderadoras los procedimientos de quimioterapia y radioterapia.
Además, se dispuso que los prestadores de salud solo pueden cobrar una tasa moderadora (equivalente al valor de un ticket de medicamento) por cada tratamiento con antibióticos.
A partir de 2012, se efectivizó la devolución de aportes a contribuyentes del sistema, con una tendencia creciente en los montos. En 2017 alcanzó los 4.517 millones de pesos, equivalentes al 5,4 % de los egresos totales del Fonasa.