Protección social familiar

Gobierno procura fortalecer apoyo a familias para cuidado durante primera infancia

"La transformación de las familias y la inserción de las mujeres en ámbitos de trabajo pospusieron la decisión de asumir la maternidad o la paternidad en la sociedad actual", indicó la subsecretaria de Salud Pública, Cristina Lustemberg. Agregó que el Estado debe consolidar ese derecho y que licencias parentales, centros de educación inicial y de cuidados son clave para un ajuste de calidad en el diseño de políticas sociales.

No olvidarse de completar este campo

Cristina Lustemberg se refirió al ajuste en el diseño de políticas sociales con énfasis en primera infancia. En entrevista con la Secretaría de Comunicación Institucional, recordó que las familias han cambiado y la inserción de las mujeres en el trabajo postergó el desarrollo de la elección de la maternidad y la paternidad. “Ese debe ser un derecho elegido y el Estado debe acompañar a las personas cuando tienen ese derecho elegido”, dijo. 

Según indicó, Uruguay logra una transformación de sus indicadores sociales. “Hoy nuestra apuesta debe ser a que ese derecho a criar sea un derecho consolidado, donde tengamos más centros de educación inicial y de cuidados, con licencias parentales y donde la comunidad entera acompañe esta etapa de la vida”, explicó.

“Las familias, en la primera etapa de la crianza, precisamos mucha ayuda, es cuando todas las redes de protección social del Estado y de la sociedad civil deben incrementarse. Tenemos una fuerte apuesta por aumentar el subsidio por maternidad y la licencia parental a diez días (en principio, eran siete jornadas), lo que se consolida como derecho de los padres a elegir el medio horario de licencia en esa equidad compartida, como forma de consolidar el compromiso de los varones en la corresponsabilidad de la crianza”, argumentó.

Lustemberg insistió en que se trabaja en todas las instancias para fortalecer el rol de los varones en la crianza. “Tenemos que cortar desde los primeros años de la vida con esos estereotipos de género que hay vinculados al rol de hombres y mujeres”, agregó. 

La jerarca sostuvo que es necesario hacer un ajuste de calidad en el diseño de las políticas sociales, en particular de primera infancia. “No vamos a mejorar los indicadores de competencias y habilidades en el aprendizaje escolar ni mucho menos en el liceal, si paulatinamente mientras mejoramos toda la etapa de la trayectoria educativa con los programas, en paralelo no vamos trabajando en la primera etapa de la vida”, enfatizó. 

También recordó que los países nórdicos desarrollaron una política de Estado basada en licencias parentales, centros de cuidado inicial de alta calidad, políticas de género para que la crianza de los hijos no interfiera con el desarrollo educativo y laboral de las familias.  

Desde el punto de vista sociológico, emocional, de educación, de salud y económico está demostrado que por cada dólar que se invierte en la primera etapa de la vida, el individuo al llegar a la etapa adulta (18 años) le retorna a la sociedad entre 10 y 18 dólares, ya que alcanza mejores trayectorias educativas y más oportunidades de insertarse en la cadena productiva, “un individuo más sano y con menores posibilidades de tener conflictividad social”, añadió. 

Enlaces relacionados

Videos