Convivencia

Gobierno usará todo el peso de la ley, respetando la Constitución y los Derechos Humanos

"Para combatir la inseguridad, hay que poner a la convivencia como modelo, cuyo eje central será vencer el miedo que existe en la sociedad. Por eso, para combatir la inseguridad no es suficiente con la baja de las rapiñas, también tengo que fomentar la convivencia", señaló el asesor del Ministerio del Interior Gustavo Leal. Se refirió a los tres pilares conceptuales de las 15 medidas presentadas el 20 de junio.

Gustavo Leal, asesor del Ministerio del Interior

Ejercicio de la autoridad, práctica de la reciprocidad y desarrollo de la convivencia son los ejes que direccionan a las medidas que el Gobierno impulsa en el documento “Estrategia por la vida y la convivencia”, que presentó el Gabinete de Seguridad el pasado 20 de junio en la Torre Ejecutiva. 


El asesor Gustavo Leal explicó que el ejercicio de la autoridad implica que el Estado ejercerá toda su capacidad y todos los instrumentos legales para hacer cumplir la ley. Esto incluye el peso de las normas preventivas, disuasivas y represivas, en el marco del respeto a los Derechos Humanos, cuyo límite es la Constitución, la Ley y los Derechos Humanos. 


Convivencia, responsabilidad y reciprocidad

El ejercicio de la autoridad deberá ser responsable, señaló. Leal explicó que hay diferencias entre la “mano dura” y la “mano inteligente”, ya que “el ejercicio de la “mano dura” ha demostrado ser “mano bruta” y “mano injusta”, porque parte de la base del ejercicio de la autoridad sin ningún límite. De hecho, la mano dura es parte de la misma lógica de fraccionamiento social que el Gobierno intenta revertir. “La mano dura es un ejercicio irresponsable de la autoridad; sobre todo en la medida en que el Estado detenta el uso legítimo de la fuerza”. 


Asimismo, la práctica de la reciprocidad fue definida como fundamental para el asesor, porque hace falta reconstituir el discurso de las obligaciones y los derechos. Para tejer el pacto de convivencia, la sociedad tiene que aceptar que posee obligaciones a cumplir, por ejemplo, con conductas sobre el cuidado del espacio público o las formas de relacionamiento con el otro que cuando se deterioran nos sentimos ajenos a su responsabilidad, afirmó.  


“Esta idea de la reciprocidad es un mensaje político muy fuerte a la sociedad, porque se acabó la lógica del ‘dame todo a mí’ y del ‘yo no tengo nada que ver’”, afirmó. “Si es padre o madre, tiene la responsabilidad del estudio de su hijo, de su comportamiento, o el mantenimiento urbano, el no promover actos de vandalismo, denunciar cuando debe denunciar y evitar la ‘lógica del avestruz’”. 


A este pilar se suma la necesidad de fomentar mecanismos de diálogo y de mayor contacto entre diferentes. “Nosotros no proponemos un modelo que acalle los conflictos, el modelo de convivencia estipula que los conflictos son parte de su desarrollo y crecimiento, pero hay mecanismos para procesarlos”. 


Más espacios para resolver conflictos 

En este punto explicó que “si un chiquilín tiene un conflicto con un docente y la forma de resolverlo es que lo agarre a piñas, claramente lo van a sancionar, a echar, luego el chiquilín tendrá vergüenza social por lo que hizo y se desvinculará del sistema educativo, entrará en un circuito de marginación y hasta se podrá contactar con el mundo del delito”. Por ese motivo, el jerarca reclamó mayores espacios para la resolución de conflictos, como los que se propusieron en el documento del Gabinete de Seguridad.


Para metaforizar los problemas de convivencia del país, Leal se refirió al pulmón que organizó la policía en el marco de un partido de fútbol entre Nacional y Peñarol. “Esa imagen ejemplifica nuestra fractura social y la ruptura de los códigos de convivencia”. La recuperación de los canales de cooperación social está incluida en el paquete de medidas elaborado por el Gobierno y que fue presentado el 20 de junio.