Hogares conformados por parejas con ingresos de ambos aumenta respecto al modelo tradicional de familia
En todo el país se evidencia una caída del modelo de pareja tradicional y el consecuente aumento del modelo de remuneración para ambos miembros, evolución que es más lenta en el norte, según datos destacados en el estudio “La persistencia de las desigualdades de género en Uruguay” presentado el jueves 15 en el Ministerio de Desarrollo Social. Las mujeres son las principales encargadas de los cuidados en el hogar.

En Uruguay, los hogares que incluyen entre sus integrantes padre y madre con hijos es el más frecuente, con un 27,9 %. Los hogares biparentales con al menos un hijo de uno de los padres son el 6,5 % y las parejas sin hijos conforman el 17,8 % de los hogares. Por tanto, los hogares biparentales representan el 35 % de los hogares uruguayos.
Los hogares encabezados por la madre son el 10,8 %, mientras que los hogares monoparentales masculinos son el 1,9 %; 13 % son hogares extendidos; 7 %, hogares compuestos; y 19,9 %, hogares unipersonales.
Cuando se analizan los datos según quién provee de ingresos al hogar, se observa que en la mitad de los hogares biparentales tanto el hombre como la mujer reciben una remuneración por trabajar (modelo de doble carrera y modelo de proveedor modificado) y en aproximadamente un 30 % de los casos lo hacen con la misma carga horaria. Por otra parte, se observa la permanencia del modelo de proveedor tradicional en un 25,5% de dichos hogares (sólo el hombre trabaja).
Los datos forman parte del estudio “La persistencia de las desigualdades de género en Uruguay” realizado por el Instituto Nacional de las Mujeres del Ministerio de Desarrollo Social (Inmujeres-MIDES) y el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), quienes presentaron los datos este jueves 15 en la sede ministerial.
Esta distribución presenta acentuadas diferencias según la región del país. El porcentaje en que el varón es el único proveedor de ingresos del hogar es significativamente mayor en los departamentos al norte del Río Negro con respecto a los departamentos costeros al Río de la Plata, que son más igualitarios en ese sentido.
"Esto se explica porque los sistemas productivos al norte del río Negro tienen una mayor relación con ramas de trabajo más masculinizadas de acuerdo a los estereotipos. Por ejemplo, tanto las ramas de la construcción como de la industria están altamente masculinizadas hasta en un 80 %, mientras que las ramas como el trabajo doméstico están conformadas casi en un 99 % por mujeres; los servicios y la educación también están altamente feminizados", dijo Diego Pieri, del Sistema de Información de Género de Inmujeres.
De cada 100 pesos que gana un hombre, una mujer gana 75 pesos
En materia de salarios también hay desigualdades que aceleran la concentración de géneros en algunas ramas de actividad, lo que hace que los sectores con mayor presencia de mujeres sean los menos remunerados. Pieri dijo que hay avances sostenidos en algunos temas, pero indicó que falta mucho porque el punto de partida del que se comenzó tiene brechas muy amplias.
A su vez, el representante de Inmujeres adelantó que costará mucho revertir la brecha salarial: medida por hora es de 91 pesos contra 100 pesos. Explicó que cada 91 pesos que ganan las mujeres por hora en el mercado de trabajo remunerado uruguayo, los varones ganan 100 pesos.
Agregó que las mujeres trabajan menos horas que los varones en el mercado formal, porque son las principales responsables de los cuidados y del trabajo doméstico de los hogares. De acuerdo a esa situación, la brecha de salario total implica que las mujeres ganan 75 pesos por cada 100 pesos que ganan los varones teniendo en cuenta que trabajan menos horas que los varones.
La directora de Inmujeres, Mariela Mazzotti, afirmó que fue un trabajo muy intenso y comprometido, donde se realizó la sistematización y el análisis de datos que permiten, en el marco del avance de los derechos, visibilizar las desigualdades, los procesos y cómo inciden en las distintas dinámicas sociales. Agregó que este tipo de trabajo resulta de interés porque orientan las acciones, aportan a las rectificaciones o en las profundizaciones de las políticas que es necesario hacer.
Publicación “La persistencia de las desigualdades de género en Uruguay”