Joven uruguayo que se inició con una ceibalita ganó concurso internacional de informática
Ignacio Rodríguez tiene 15 años y vive en Canelones donde estudia bachillerato en UTU. Desde chico es apasionado por la informática y cuando tuvo su primera computadora XO del Plan Ceibal pudo experimentar e indagar hasta utilizarla para programar. Hoy es, por segundo año consecutivo, ganador del concurso “Code-in” de la empresa internacional Google. Sueña con ser ingeniero y asegura que la “ceibalita” fue el comienzo de todo.

El próximo 7 de junio, Ignacio Rodríguez viajará a San Francisco en Estados Unidos, donde se encuentran las oficinas de la empresa internacional Google, como premio por ser uno de los ganadores del concurso “Code-in 2014”, organizado por esta empresa de informática. Ya en 2013 el joven había ganado este mismo desafío pero con otras características. Obtiene el premio junto a otros 23 muchachos de un total de más de 650 participantes (ver nota).
Ignacio tiene 15 años y es oriundo de Canelones, vive en la capital del departamento y allí estudia bachillerato en la UTU. En diálogo con la Secretaría de Comunicación, el adolescente contó su proceso de pocos años, que lo llevaron desde una computadora XO del Plan Ceibal a convertirse en programador y soñar con ser un profesional de la informática.
“La idea del concurso es introducirnos en las organizaciones de código abierto, como por ejemplo Sugar Labs donde estuve (fueron sus mentores para el concurso) y familiarizarnos con el código abierto”, relató el muchacho. Programar en código abierto implica compartir tu programación con el resto y permitir que la lean y modifiquen.
La prueba implicaba hacer tareas (cada una con un objetivo), que luego los mentores debían corregir, relató Ignacio.
El premio final es un viaje a San Francisco con todos los gastos pagos para los 24 ganadores, donde recorrerán las instalaciones de Google. Ignacio viajará acompañado por su madre y un mentor. Junto a él viajará un ganador de Paraguay.
El joven prevé mejorar su aprendizaje del idioma inglés, para poder aprovechar mejor la experiencia del viaje y adquirir más conocimientos.
“Mi origen empieza por una XO. Me despertó la curiosidad de programar, encontré un grupo de Python joven, empecé a aprender este lenguaje de programación. El año pasado vi el concurso de Google “Code – in 2013”, me metí por una remera, hice tres tareas, seguí y seguí, llegué a 61 tareas y logré ganar. Este año nuevamente salió el concurso y llegué a 83 tareas. Fue más difícil porque en vez de Python era con Javascript, así que tuve que aprender este sistema”, sostuvo Ignacio.
“El potencial básico de la ceibalita es para estudiar, pero después empezás a descubrir cosas nuevas, te da curiosidad saber cómo están hechas las cosas, ves código y arrancás a programar. Empezás a romper todo hasta que funciona”, expresó entusiasmado este adolescente canario que confesó que aún usa la XO y pasa los datos de esta a su laptop.