Reinserción educativa y laboral

Jóvenes en Red estudia monitoreo de jóvenes desvinculados para ejecutar planes de trabajo

Un informe preliminar sobre la población que atiende Jóvenes en Red señala que el 43 % de la población comprendida en el plan tiene una edad de entre 17 y 20 años, un 40 %, entre 14 y 16 años, y un 17 %, entre 21 y 24 años. Un 30 % tiene familia. Ahora el proyecto Jóvenes en Red profundizará en los datos recabados, entre los cuales se destaca conocer cuáles son las actividades laborales de los jóvenes “ni – ni”.

No olvidarse de completar este campo

Entre los datos primarios más importantes elaborados por la Dirección de Evaluación y Monitoreo del MIDES, y cuyas conclusiones proseguirán durante la próxima semana, el coordinador de Jóvenes en Red, Diego Olivera destacó algunas cifras. En tal sentido dijo que el 43 % de la población que actualmente atiende Jóvenes en Red está comprendida entre los 17 y 20 años, un 40 %, entre 14 y 16 años, y un 17 %, entre 21 y 24 años. El 30 % de la población atendida tiene hijos a cargo. Olivera sostuvo que Jóvenes en Red trabajará en las eventuales dificultades e impedimentos de horarios para asistir a los proyectos del plan.


“Acá tenemos que fortalecer el desarrollo de capacidades para el trabajo y la educación, pero, en este 30 % que ya tienen hijos, hay que resolver cuestiones de cuidados, porque no siempre acceden a centros CAIF, que muchas veces ya están topeados en su cobertura”, explicó Olivera. “Tenemos que ver si la propia desvinculación al sistema educativo se relaciona al hecho de ser padres”.


Otro dato importante es conocer las actividades de los jóvenes vinculadas al mundo del trabajo. “Si bien el programa trabaja con personas que están fuera del sistema formal de empleo, hay un montón de jóvenes que realizan tareas en el mercado informal; hay jóvenes que trabajan por cuenta propia, hay jóvenes que son trabajadores no remunerados porque colaboran en algún emprendimiento familiar, hay jóvenes que trabajan como empleados, pero sin sus derechos laborales reconocidos”, sintetizó.


Diego Olivera señaló que el programa contará con los datos de horarios, tareas, condiciones, etc., “porque hemos detectado que, en lo que fue la zafra de las distintas frutas, y sobre todo en la periferia de Montevideo y en Canelones, muchos jóvenes están trabajando ahí, pero también hay situaciones de vulnerabilidad, en el sentido de que son contratos muy precarios, o trabajos zafrales que le implican dos o tres meses de no asistir a actividades educativas, lo cual los compromete para el resto del año”, explicó.


“Jóvenes en Red es un programa de diseño interinstitucional; tenemos que saber cuáles son las principales necesidades para saber qué papel tienen que jugar cada uno de los ministerios y los programas vinculados. Jóvenes en Red, por sí solo, no tendría sentido; el programa tiene sentido en la medida en que puede convertirse en un puente con otros programas y otras instancias sociales e institucionales, por eso tenemos que saber calibrar en qué aspectos tenemos que redireccionar los recursos: ¿cuánto hacia lo laboral?, ¿cuánto hacia lo educativo?, dentro de lo educativo, ¿dónde hay que hacer más hincapié: completar primaria, secundaria básica o media?, finalizó Olivera.


3.000 intervenciones en cuatro meses

El programa Jóvenes en Red alcanzó las tres mil intervenciones en los primeros cuatro meses de trabajo, con 2.200 proyectos individualizados, aplicados en 15 localidades del interior y 19 barrios de Montevideo. El objetivo del 2013 es la ampliación de la oferta y calidad de las políticas universales a nivel sanitario, educativo y de empleo.


Según la publicación presentada el 26 de junio en la Torre de las Comunicaciones, la proporción de jóvenes que ni estudia ni trabaja se mantuvo estable en los últimos 25 años: entre un 20 % y un 25 %. El 5,4 % de los jóvenes que ni estudia ni trabaja realiza tareas en sus hogares; el 6,1 % busca empleo; el 6,3 % no busca empleo, ni trabaja, ni estudia. Este último grupo totaliza unos 45 mil de 131 mil jóvenes.


En ese informe se consigna que, en términos relativos, la mayor proporción de jóvenes que no estudia ni trabaja se encuentra en las pequeñas localidades del interior del país —23 %, frente al 14 % de montevideanos—. Los jóvenes que ni estudian ni trabajan y son responsables de los quehaceres domésticos se concentran en hogares independientes de su familia original, mientras que la mayoría de jóvenes que no estudia, ni trabaja, ni busca empleo, ni realiza los quehaceres cotidianos no conformó un hogar propio. La mayoría de estos últimos tiene entre 15 y 19 años.


Cuatro de cada diez jóvenes que no estudian ni trabajan integran hogares en situación de pobreza. El 50 % de los jóvenes que ni estudia ni trabaja, ni busca empleo y no hace tareas domésticas no alcanzó el nivel medio de educación, y ocasionalmente perciben un ingreso económico por su desempeño en una ocupación laboral. Las cifras corresponden a la Encuesta Continua de Hogares del año 2010, última fecha del estudio. 

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