Jóvenes en situación de pobreza que participan en Yo Estudio y Trabajo aumentan en casi un 10 % sus posibilidades laborales y educativas
“Los jóvenes que participan del programa Yo Estudio y Trabajo tienen mejores posibilidades de reinserción en empleos de calidad”, afirmó el director Nacional de Empleo, Eduardo Pereyra. En 2016 se inscribieron 27.500 jóvenes para 600 cupos. El programa incide especialmente en los jóvenes más pobres, que aumentan sus posibilidades de mantenerse en el sistema educativo y en el mercado laboral entre un 7,4 y 10,2 %.

“Una primera experiencia de calidad genera una trayectoria de trabajo que apuesta a la formalidad y las experiencias que se gestan en la informalidad marcan negativamente el camino laboral”, afirmó Pereyra en diálogo con la Secretaría de Comunicación Institucional.
Sostuvo: “Los jóvenes que participan de Yo Estudio y Trabajo no van a la informalidad porque tienen una mirada más compleja; por lo tanto, en los primeros meses después de la experiencia tardan en ingresar al mercado, porque realizan una búsqueda más selectiva”.
Agregó que el efecto se observa sobre todo en los más pobres, ya que al comparar jóvenes de la misma edad con similar situación socioeconómica que cobran asignación familiar, se comprueba que los participantes del programa incrementan las posibilidades de mantenerse en el sistema educativo y en el mercado laboral formal entre un 7,4 % y un 10,2 %.
Desde su punto de vista, “es un dato muy positivo que muestra un camino para el apoyo a la integración plena de personas con dificultades para integrarse al mercado de trabajo y que provienen de hogares de contexto de vulnerabilidad social”.
Hasta el momento, incursionaron en el programa 3.500 jóvenes. Pereyra explicó que estas conclusiones surgieron al analizar la información tres años después de que esas participaciones, mediante datos del Banco de Previsión Social sobre ingreso o baja a la seguridad social o calidad del empleo, y de la Administración de Educación Pública sobre la continuidad de los estudios.
“Hay una señal muy contundente en este 2016 con la inscripción de 27.500 jóvenes de 16 a 20 años que muestran el interés en compatibilizar trabajo y estudio”, aseveró. “El número de inscriptos marca que el programa está muy bien evaluado por los jóvenes”, afirmó.
También valoró que el 50 % de los inscriptos tienen entre 16 y 17 años y que, sumados a quienes tienen 18 años, llegan al 75 % de los interesados.
“Esto demuestra que fue un acierto formalizar propuestas y reconocer que los jóvenes tienen interés en desarrollar actividad laboral a partir de los 15 años y evitar que los más jóvenes ingresen en empleos informales”, recalcó.
Otro dato que resaltó es el alto interés de las mujeres en participar, ya que son el 60 % de quienes se inscribieron. También señaló que en esta edición participaron jóvenes de 62 localidades, con un 51 % inscriptos del interior.
Además valoró que la mayoría son jóvenes que estudian sin rezago educativo: 45 % cursa bachillerato en liceos, 17,9 % bachillerato en locales de UTU, 13,7 % son universitarios, 7,4 % están en ciclo básico de liceo y 6 % en ciclo básico de UTU.