Ley de Empleo Juvenil beneficiará a 5000 personas en su etapa inicial
Con el voto unánime de todos los partidos con representación parlamentaria, se aprobó en Cámara de Senadores la Ley de Empleo Juvenil que, en el primer año de implementación, previsto para 2014, beneficiará a unos cinco mil muchachos. El ministro Brenta reafirmó la importancia de la normativa que, considera, “abarca el universo de los problemas que los jóvenes tienen para ingresar al mercado laboral”.

En entrevista con la Secretaría de Comunicación, el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Eduardo Brenta, se refirió a la aprobación por unanimidad de la Cámara de Senadores de la Ley de Empleo Juvenil. “Nos parece muy importante esta aprobación, porque además se dio por unanimidad, con el apoyo de todos los partidos con representación parlamentaria, tanto en Diputados como en Senadores”, afirmó.
Este proyecto prevé la implementación de un programa vinculado con la primera experiencia laboral que tiene relación con la contratación de jóvenes que no han trabajado previamente. Comprende a personas de entre 15 y 24 años. Con estos contratos se busca evitar las dificultades que normalmente enfrentan los jóvenes cuando se les solicita experiencia previa. Las empresas que los contraten accederán a beneficios tributarios y subsidios, dependiendo de los mecanismos en cada uno de los casos.
Otra modalidad involucra a jóvenes de hasta 29 años, para atender la práctica laboral de quienes hayan culminado sus estudios en instituciones educativas y requieran su primera experiencia laboral. Habrá un subsidio sobre parte del salario que el joven reciba.
También habrá un mecanismos de trabajo joven protegido, que implica un acompañamiento a personas de hasta 30 años en situación de contexto desfavorable, por el que se subsidiará a las empresas participantes, se capacitará al joven y se hará un acompañamiento social de los beneficiarios, mientras dure el contrato, hasta que el joven quede incorporado en la plantilla. “La idea es atender los problemas asociados a la pérdida de valores, originada en la pérdida de centralidad que el trabajo tuvo en Uruguay durante la década de los 90”, afirmó Brenta.
Asimismo, se impulsarán prácticas formativas y de capacitación profesional en las empresas. Habrá beneficios para aquellas empresas que otorguen horarios más reducidos para permitir la compatibilidad entre trabajo y educación. “Este es un elemento que corta transversalmente todo el proyecto, porque nos importa que el joven trabaje, pero que no se desvincule del mundo educativo. Por tanto, en los casos en que las empresas ofrezcan cargas horarias más reducidas, se subsidiará parte del salario de ese muchacho, o en los de las empresas que ofrezcan más días de licencia por estudio, más de las establecidas por ley”.
El ministro aclaró que todos los contratos y mecanismos que establece la normativa están en el marco de los lineamientos del trabajo decente con cobertura de seguridad social que establece la Organización Internacional del Trabajo (OIT). “Aquí no hay mecanismos de precarización del empleo, esa fue una de las condiciones básicas de este proyecto”, indicó.
Estas políticas están especialmente dirigidas al sector privado y se financiarán, en la primera etapa, con unos US$ 3 millones que provendrán del Fondo de Reconversión Laboral al que aportan trabajadores, empresarios y Gobierno. Se aguarda que, transcurridas las etapas que quedan por delante (promulgación del Ejecutivo, reglamentación —en caso de ser requerida— e implementación de mecanismos de difusión), el 2014 sea el año de desarrollo pleno de los proyectos que dispone la ley, llegando a unos 5 mil jóvenes (en ese primer año).
La respuesta de los empresarios
En cuanto a la actitud que tomaron los empresarios, Brenta dijo
que fue positiva ya que entienden cada vez más que “en un mercado con tan bajo
nivel de desempleo, hay que organizar el trabajo de forma tal de poder captar a
los jóvenes, sobre todo a los que tienen menor capacitación, de contexto
socioeconómico bajo, y por tanto aquellos que tienen más dificultades de
ingresar al mercado. Hay otros jóvenes, los que tienen buen nivel de formación,
que viven una situación exactamente inversa. Tienen una demanda del mercado que
los hace cambiar permanentemente de empleo, porque reciben ofertas mejores”.
Brenta insistió en que el núcleo más importante que atiende este proyecto es el que comprende a mujeres jóvenes, muchas veces con hijos a cargo y con muy baja calificación, y a jóvenes que egresan del sistema educativo o que no accedieron a su primera experiencia laboral.
Agregó que la ley es una inflexión en la actual situación laboral del país. “Hasta ahora hemos venido trabajando, no estuvimos ajenos a este tema”, explicó el ministro, quien citó como ejemplo la experiencia del programa "Yo estudio y trabajo” que evidenció la voluntad de los jóvenes de trabajar, dado el alto nivel de inscripción.
De todas formas, el jerarca reconoció carencias en cuanto al acceso a la información por parte de las empresas, y un desconocimiento de los beneficios que les generaría sumarse a estos proyectos, tanto por los subsidios y exoneraciones como por el incremento en capital humano que supone. “Creo que hay una actitud receptiva, pero un escaso conocimiento, motivo por el cual realizaremos una serie de actividades para informar a los empresarios”, precisó.