Nueva escuela de Tiempo Completo

Mayor carga horaria con calidad educativa: la fórmula del “tiempo completo”

Si bien la escuela N.° 50 de Vergara (Treinta y Tres) funciona desde 1927, días atrás fue reinaugurada en la modalidad de “tiempo completo”, con un remozado edificio para 230 alumnos. Una de las principales características que distinguen a las escuelas de tiempo completo (ETC) de las comunes es la mayor extensión horaria. Esto supone garantizar aprendizajes de calidad, acorde a las horas que el niño permanece en el local.

Niños en inauguración de escuela de tiempo completo de Vergara

En el marco del Proyecto de Apoyo a la Escuela Pública Uruguaya (PAEPU), el Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP), dependiente de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), inauguró el pasado 24 de mayo las obras de ampliación y rehabilitación de la escuela N.º 50 de la ciudad de Vergara, departamento de Treinta y Tres, que se transformó a la modalidad de tiempo completo. Vergara es la segunda ciudad en población del departamento, luego de su capital —a una distancia de 60 kilómetros—, sobre el eje de Ruta 18 que une a Treinta y Tres con la ciudad de Río Branco, sobre costas del arroyo Parao. 

El edificio escolar se encuentra entre las calles Lucas Urrutia, Graciana Gómez, 18 de Julio e Ituzaingó en el barrio “La Cuchilla”, caracterizado, al igual que el resto de la localidad. 

Si bien la escuela lleva oficialmente el nombre “Rómulo Gallegos” desde el 25 de junio de 1997, su historia en el barrio se remonta a 1927, cuando era conocida como la Escuela Rural del Charco. Hoy se convirtió en la primera Escuela de Tiempo Completo (ETC) que el CEIP inaugura en 2013. La institución tiene previsto pasar de 184 a 195 centros en esta modalidad antes de fin de año, y llegar a los 300 a fines de 2015. 

La coordinadora de las ETC, Virginia Tort, destacó el esfuerzo de los diferentes actores, incluido el equipo de arquitectos “que pensó en un edificio que mantuviera las huellas de su pasado y que al mismo tiempo tuviera todas las comodidades y bellezas del presente”. Tort resaltó además la confianza del equipo docente, la voluntad de vecinos y padres, pero principalmente la paciencia de los niños, “quienes durante más de un año, a pesar del polvo, el ruido y las obras, no dejaron de estudiar y hacer lo que hacen todos los días: aprender”. 

Tras varias presentaciones de danza, educación física y acrobacia, cerró el acto de inauguración oficial del nuevo local el director general del CEIP, Héctor Florit, quien remarcó la voluntad que tiene el Consejo, de seguir dándole continuidad a este modelo de escuela pública que garantiza aprendizajes de calidad. 

Indicadores

Florit ejemplificó los buenos resultados de las ETC con algunos indicadores. Por ejemplo: el nivel de repetición en los alumnos de 1.er año en la escuela N.° 50 alcanza el 7.5 %, mientras que en el país es de 13 %. La asistencia insuficiente, en el país, suma 7 % y en la escuela N.° 50 es 4 %. Dijo que esto demuestra lo que se fue forjando en el país a nivel de educación pública y que, de alguna manera, nos distingue en el contexto latinoamericano: ofrecer más y mejores oportunidades a nuestros chicos.

La obra

Este local supuso obra nueva en los espacios comunes, como el comedor, la cocina, el baño y el depósito, además de la creación de 10 aulas con servicios higiénicos, sala de maestros, dirección, servicios, accesos y tratamiento de espacios exteriores. Pero su transformación a ETC supuso también la remodelación de espacios ya existentes, como la rehabilitación de seis aulas, de las cuales cuatro están destinadas al Jardín de Infantes N.° 91 con el que la escuela comparte predio. 

Según los arquitectos que desarrollaron el proyecto, el edificio propone un esquema de distribución “en peine”, como forma de obtener el mayor asoleamiento de los distintos espacios interiores y exteriores. A su vez, atendiendo a la alineación de la calle Lucas Urrutia, se emplaza el acceso institucional relacionado con el área de administración y cinco aulas comunes. Por otro lado, a través de una galería abierta y techada, se organiza el resto de los volúmenes destinados a aulas, vinculando los servicios higiénicos, comedor y cocina. 

Finalmente, entre los edificios se articulan espacios exteriores específicos: espacios de recreación —con una cancha polivalente, juegos infantiles—, huerta, etcétera. Todo esto complementado por un acondicionamiento natural logrado mediante el mantenimiento de los árboles existentes.