Apuesta a mejorar protección integral

Mides atendió en 2015 en centros nocturnos a 3.600 uruguayos en situación de calle

El año pasado pasaron por los centros de atención nocturno del programa Calle del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) 3.600 uruguayos, informó la directora de Protección Integral en Situaciones de Vulneración, Mayra Aldama. Esta cartera anunció, en procura de mejorar el sistema, que desarrollará junto a su similar de Vivienda un plan habitacional piloto de seguimiento para indigentes que pueden vivir en forma autónoma.

Directora de Protección Integral en Situaciones de Vulneración, Mayra Aldama

El Mides implementó desde su creación en 2005 un programa básico de atención a las personas en situación de calle que, tras crecer de modo constante, en la actualidad llega a abarcar su actuación a un universo mayor a través de tres programas específicos vinculados en centros nocturnos, cuidados y cobertura para mujeres con niñas, niños y adolescentes.

El programa Calle pasó de tener en sus comienzos 200 cupos a una actualidad con 1.750 lugares, en los que se atiende principalmente a varones adultos que concurren a los centros nocturnos y de día permanecen vinculados a actividades con distintas redes o trabajan.

Aldama, en entrevista con la Secretaría de Comunicación Institucional, explicó que la situación de calle refiere en Uruguay principalmente a las personas que viven en la intemperie, una definición que en otros países solo abarca a quienes padecen exclusión residencial o no tienen un hogar fijo y viven con familiares o amigos en forma temporal.

Otro de los programas que integran Calle es el de cuidados permanentes que se desarrolla en el centro de 24 horas Tarara Prado y que atiende a adultos mayores que están en recuperación de enfermedades o de cirugías médicas luego de las que pueden volver a los refugios.

El tercer programa, que hoy está en revisión porque no es propiamente para personas en situación de calle, está dirigido a mujeres, con niños, niñas y adolescentes a cargo.

“Si bien en Uruguay hubo en el pasado niños y niñas que vivían en situación de calle con sus familias hace unos años, en el último tiempo, a partir de las muchas acciones que llevo adelante el Estado, esta situación ya no está presente”, aseguró Aldama.

Explicó que sí lo que hay son familias que, tras ser expulsadas del lugar donde vivían, quedan en inseguridad habitacional, pues no pueden pagar una pensión (hospedaje) y pasan a situación de calle. Ahí es cuando actúa algún centro del programa Calle.

También se brinda atención a mujeres y niños que deben salir de sus casas por situación de violencia doméstica.

La jerarca agregó que el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) ya tiene un sistema de respuesta a la violencia basada en género y se trabajará conjuntamente para fortalecer esa gestión.

Acompañar vinculación social y laboral
Aldama reflexionó que en Montevideo el trabajo es diferente al que se debe hacer en el interior del país porque la presencia de personas a la intemperie es mucha más amplia en el primer lugar que en el segundo.

Los centros de atención nocturnos y de 24 horas se distribuyen en Paysandú, San José, Maldonado, Rocha, Canelones, Pando y Las Piedras.

En cuando a Montevideo, un equipo interdisciplinario de 30 personas, integrado por psicólogos, trabajadores sociales, educadores y antropólogos, realiza intervenciones en la calle, a la vez que hay un teléfono para alertar de situaciones de este tipo, que es 08008798. La funcionaria aclaró que ese número no es de un servicio de emergencia médica pues para ello está el 105.

El equipo trabaja con dos fines, uno para que la persona se integre a un centro de atención pues la calle causa un deterioro muy importante, además de los riesgos que afronta, y, en segundo lugar, cuando el afectado no desea trasladarse a un refugio, es el que inicia el trabajo de acompañamiento, que puede llevar un tiempo, para encontrar alguna solución.

Cuando una persona para a situación de calle es que ya ha perdido mucho de sus vínculos sociales, de sus posibilidades de incluirse, de integrarse y sufre, a continuación, la hostilidad de vivir en la calle, no solo por el clima sino porque está en un medio que estigmatiza, rechaza y excluye, todo lo cual provoca más dificultades para la intervención, apuntó Aldama.

La mayoría de las personas que están en situación de calle son jóvenes y adultos varones y la condición común a todos ellos es que no tienen donde vivir, por pobreza extrema, consumo problemático de drogas, trastornos psiquiátricos o porque egresan de una privación de libertad y no tienen un lugar a donde ir por su ruptura con los vínculos primarios, detalló.

La llegada de la población a los centros de atención funciona a través de una puerta de entrada que se ubica en la calle Convención 1572, en Montevideo. A partir de ese momento, las personas son derivadas a un centro y luego se reintenta su re-vinculación para restablecer sus derechos, con acercamiento a espacios de salud y una capacitación laboral.

“La integración laboral es una dificultad de permanece claramente. Hay personas que se capacitan, pero no son las primeras elegidas en el mercado de trabajo y por eso es necesario fortalecer las capacidades del Estado para acompañar y buscar lugares de trabajo para las personas que se quieren integrar”, sostuvo.

Explicó, además, que esta es una población fluctuante, pues “unos vuelven con sus familias y otros hacen procesos de capacitación y consiguen trabajo y encuentran otros lugares para vivir”.

Cambio de modelo
La directora Aldama anunció que “uno de los objetivos para 2016 es desarrollar un plan piloto de vivienda acompañada, porque entendemos que hay muchas personas en los centros de atención que pueden vivir en una casa con una prestación y algún nivel de acompañamiento, pero en forma autónoma”.

En esa línea, el Mides acordó con el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente convenio para trabajar en un edificio que está aún en refacción, con 13 lugares disponibles. También se apuesta a acceder  a viviendas ubicadas en forma dispersa, modelo que la directora calificó de integración social ideal.  

Otro de los cambios previsto es para que algunas mujeres que viven en los centros de atención también pueda acceder a un programa de vivienda acompañada en el marco del Programa de Intervención Familiar.

Uno de los centros de atención de mujeres con niños y niñas se desarrolla en una casa del Ministerio de Vivienda y otros apoyos se otorgaron luego de que las familias consiguieran trabajo y de esta forma accedieron a subsidios de alquiler.

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