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Mujica criticó olvido de crisis en los ’90 y reivindicó ayuda social con contrapartidas

En su alocución radial semanal, el Presidente Mujica sostuvo que la tendencia a “vivir solamente el hoy” ha llevado a olvidar las penosas consecuencias sociales de la crisis económica madurada en los ’90 y eclosionada en 2002. Reivindicó la inversión social, defendió el principio de las contrapartidas y dijo que quienes critican las políticas sociales del Gobierno “son gente digna, pero nunca pasaron hambre”.

No olvidarse de completar este campo
El Presidente comenzó su habitual alocución radial diciendo que “vivimos tironeados por el hoy. Este vivir sujeto al hoy nos hace perder la memoria en cuanto al ayer. No al lejano. No. Allí está la década del 90, los desastres del 2001 y 2002”.

Los olvidos
Tras eso, enumeró algunas de las “consecuencias desastrosas” que supuso para el agro el atraso cambiario, el que -con el propósito de detener la inflación-, el país empezó a vivir crecientemente una situación que hacía imposible los ciclos de la economía rural. Y aquel fenómeno -de atraso cambiario- “fue la causa de un fenomenal endeudamiento, hizo desaparecer a cientos de productores rurales de este país. Los que lograron sobrevivir, aunque parezca cuento, uno siente que se olvidaron”.

Y la salida de esa crisis “no es obra del espíritu santo, no es solo la consecuencia de buenos precios”, sino que ha habido políticas “que favorecen a la inversión, sólidas, ha habido lucha por abrir mercados, respeto a las libertades fundamentales. Ha habido políticas que tratan de suturar las enormes diferencias que hay en nuestra sociedad. Aunque hay gente importante, que se ha beneficiado con esa política, que nunca lo va a reconocer”.

Agregó que nos hemos olvidado que cientos de empresas se fundieron en 2001, “nos hemos olvidado de las cuentas impagables, de la gigantesca tasa de desocupación que cundió en este país. Nos hemos olvidado que -de hecho- había rebaja salarial, nos hemos olvidado que había un BROU que estaba prácticamente fundido”.

El Presidente agregó que nos hemos olvidado, como si esos fenómenos se hubieran superado por el juego ciego de la economía y no tenemos en cuenta que hoy hay 850 mil pobres menos que hace 10 años y que la indigencia ha caído en picada. Más: estamos golpeando en la parte más dura, con la que lleva el sometimiento de generaciones marginadas”. 

“Y eso no ha sido resuelto por obra espontánea de la economía sino por obra de la política, que trató de ayudar a la redistribución. Porque está probado que la economía puede crecer, pero la economía ciega tiende a concentrar”. “Ha sido la voluntad política del Estado la que ha ayudado a tener una sociedad más vivible por vía del reparto de la riqueza”.

“Gente digna, pero nunca pasó hambre”
Mujica continuó sosteniendo que la voluntad política –sostenida por el Gobierno- de distribuir a favor de los más débiles está cuestionada por la oposición y por componentes de la clase media. Pero, en lugar de criticar los fines, deberían reclamar que se haga bien, agregó.

“Si asumimos una actitud negativa, en este corso opositor hay gente muy digna, pero hay gente que nunca pasó hambre, nunca pasó necesidades. Ha vivido eternamente bajo los privilegios de tal o cual condición social. Miran la pobreza como quien mira a través de una vidriera. Analizan a la distancia el asunto. Ni siquiera se juntan con la pobreza. Por eso, tienen una visión de la ayuda social, francamente clasista", enfatizó.



“Qué me hablan de ‘enseñar a pescar’, si le hemos robado el anzuelo”

Continuó sosteniendo que “y se asustan por las caídas, por las carencias, por el pequeño bandidismo que se puede generar en las sociedades marginadas (como si en la sociedad de altura no hubiera bandidismo). Y dicen ‘hay que enseñar a pescar y no regalar pescado’. Frase muy bonita, pero que cuando se lleva a los extremos hay que recordar la respuesta que daba el padre Cacho: ‘De qué me hablan de enseñar a pescar, si le hemos robado las cañas, los anzuelos y el pescado”.


“Las políticas sociales tienen dificultades, pero por qué indignarnos a veces por la falta de lealtad que pueden mostrar los más débiles cuando vemos que en los más fuertes cunde también el egoísmo”. No podemos multiplicar los antagonismos que no sirven para nada. El Gobierno entiende que se debe mantener el gasto social y si pudiéramos multiplicarlo, mejor.

“Pero hoy, dado las mejoras en la situación, hay que mantener el gasto pero apretar en las contrapartidas exigibles. ¿Por qué? Por el respeto que merecen los recursos públicos que suda la gente”. 


Mujica terminó diciendo que "sin poetizar", tenemos que acordarnos de los más débiles y buena cosa sería sacarnos la inocencia, "pero también, que fuéramos menos verdugos en el juicio con los demás y un poco más exigentes en el juicio con nosotros mismos".

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