Pacientes psiquiátricos judiciales

Mujica inauguró espacio en taller de Sala 12 de Vilardebó y habló de una “deuda social”

Tras recorrer las instalaciones del taller Sala 12 del Hospital Vilardebó donde usuarios judiciales del interior, imputables e inimputables, realizan trabajos artesanales, el Presidente Mujica insistió en la “deuda social gigantesca” respecto a las personas con patologías psiquiátricas. Dijo que se suele “esconder bajo la alfombra y abandonar lo que no se quiere ver”. Lo calificó como una “vergüenza pública”.

Presidente Mujica y Carolina Cosse de ANTEL con Selva Tabeira, encargada del taller de sala 12 del Hospital Vilardebó

El Presidente de la República, José Mujica, inauguró instalaciones del taller de Sala 12 del Hospital Vilardebó. Allí 12 usuarios judiciales imputables e inimputables del interior del país desarrollan tareas artesanales incluyendo herrería, tallado en madera y mármol, serigrafía, tapicería y pintura, en la mayoría de los casos reciclando materiales antiguos del hospital.


Hasta el momento, el taller funcionaba en una sala contigua, pero dadas las condiciones de deterioro y la necesidad de ampliar el espacio, los propios usuarios remodelaron un nuevo lugar, lo que implicó, entre otras obras, la refacción de una claraboya de grandes dimensiones. Las tareas se concretaron en, aproximadamente, un año.


La responsable del taller, la enfermera Selva Tabeira, quien trabaja hace muchos años con estos muchachos y lidera el proyecto, agradeció, en nombre de su grupo, el permanente apoyo que reciben del Presidente Mujica, porque, por un lado les permite avanzar en sus metas y por otro lado significa una motivación fundamental para los pacientes.  “Sin esa ayuda, la claraboya no se habría hecho y este taller no seguía porque donde estaban, el piso se estaba hundiendo”, relató. 


Mujica dijo que “las palabras sobran”, respecto a la tarea que Tabeira desarrolla, que consideró muy difícil de encontrar en la sociedad y en el ámbito público. “Hace un esfuerzo vocacional de los más difíciles que pueda haber”, expresó. 


Frente a la responsable del taller, Mujica afirmó que al ver el estado del edificio del hospital queda reflejado “lo abandonado que tiene la nación y el Estado a la gente que tiene debilidades mentales”. Calificó la falta de preocupación como una especie de “vergüenza pública”.


El Presidente habló de la "deuda social que hay para con esta gente, que no se arregla con actos particulares de buena voluntad. Hay una vieja hipoteca de la sociedad que abandona ciertas cosas, que se esconde debajo de la alfombra, para no ver”, concluyó.


Junto al Presidente Mujica, estuvo presente la presidenta de ANTEL, Carolina Cosse, así como autoridades sanitarias, directores y personal del Hospital, además de familiares de los usuarios.


Atender estigma y promover inclusión social

El responsable de Salud Mental de la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE), Horacio Porciúncula, destacó la importancia de este tipo de iniciativas; enfatizó que los pacientes que se rehabilitan en este lugar, "cargan con un doble estigma: el de la patología mental y el de la privación de libertad". "Estos individuos cometieron un delito pero lo hicieron en el proceso de una enfermedad mental y quedan bajo protección, sin máxima ni mínima, en esta institución", explicó.


“Lograr trabajar con ellos y alcanzar una rehabilitación es verdaderamente simbólico, porque si estas personas que cargan con el doble estigma son recuperables, aquellos que tienen un solo estigma son más recuperables aún”, agregó.


Porciúncula dijo que cuando se habla de rehabilitación en un espacio como la Sala 12, refiere a la rehabilitación psíquica, a la habilitación como ser humano, a la convivencia, a la seguridad que implica estar en contacto con "el otro", recuperar el vínculo familiar y la posibilidad de resociabilizar y, de ser posible, la reinserción laboral futura, porque salen con herramientas para ello.


El Hospital Vilardebó

El servicio dispone de 330 camas, de las cuales el 52% están ocupadas por pacientes con dependencia judicial. Según Porciúncula: “Es un elemento complejo porque el alta de estas personas no depende solamente de la voluntad médica, sino también de la Justicia”. En definitiva —puntualizó— quedan disponibles 150 camas, donde la recuperación de los pacientes lleva 30 días o más y se dispone de 30 camas de movilidad cotidiana. Si a esto se suman patologías que antes no eran tan frecuentes como trastornos co-mórbidos entre patología mental y adicciones, trastornos de personalidad en personas jóvenes, descompensación de trastornos psicóticos, pacientes con excitabilidad psiquiátrica, “se hace difícil mantener el día a día en la institución”, indicó.


De todas formas —explicó— el hospital pasó de tener una puerta de emergencia a un Centro de Atención en Crisis. “El mismo tiene como concepto básico que en la vida de cualquier persona se puede registrar un episodio crítico que derive en una internación”. Porciúncula sostuvo que una vez resuelta la situación crítica, la persona puede volver a su vida cotidiana, y cuanto antes lo haga mejor para ella y su familia.  

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