Mujica instó a ejercer la solidaridad “práctica” que solo perdura entre los más pobres
El Presidente se refirió a las consecuencias del consumismo. Habló del impacto que tiene el ambiente con fenómenos extremos y frecuentes vinculados a variabilidad climática. También aludió a la pérdida de la solidaridad “práctica”, sobre todo en la clase media intelectual “que pide a otros que pongan, como si en este mundo fuéramos neutrales”. Dijo que apenas quedan rasgos de franca solidaridad entre los más pobres.
En su audición por Radio Uruguay, el Presidente de la República, José Mujica, se refirió una vez más al consumismo como una adicción que es “funcional a la acumulación capitalista”, y a la diferencia entre este y el consumo de bienes básicos, ligado a la lucha por vivir. Insistió en que esa adicción esclaviza nuestra vida y nuestra conducta. “Con la ilusión de comprar cosas nuevas terminamos confundiendo el ser con el tener”, afirmó.
Dijo que la peor consecuencia —no la única— es terminar sacrificando buena parte de nuestra vida en asegurar la realidad económica que nos permita participar en la tácita competencia de comprar, perdiendo tiempo que podríamos destinar a hacer lo que nos gusta (pescar, jugar fútbol, ajedrez o cocinar). A esta consecuencia, sumó otras: el impacto en la naturaleza y la pérdida de solidaridad.
Sobre el primer aspecto se refirió a las predicciones que realizaban años atrás hombres de la ciencia, en conferencias internacionales “que los Estados poco atendían” y que indicaban que, debido a la incorporación masiva de anhídrido carbónico en la atmósfera, debido a las actividades humanas que consumen mucha energía y como consecuencia de la masiva deforestación, se está propendiendo al calentamiento promedio de la Tierra. Esto deriva en un cúmulo de acontecimientos de variabilidad climática cada vez más frecuente y profunda. Dijo que el tiempo está “cada vez más descompaginado y con reacciones extremas”. Los expertos señalaban que abundarían temporales, huracanes, ciclones, sequías e inundaciones. “Esto lo estamos viviendo, porque nuestra naturaleza ha demostrado una enorme sensibilidad y brutal interdependencia con fenómenos que no nos damos cuenta, pero están presentes y determinan nuestra vida”, dijo.
“No son pocas las islas que perdieron tres o cuatro puntos del PBI a consecuencia de un huracán. Esto se irá acentuando en épocas modernas porque las políticas para mitigar esto son muy limitadas y la vorágine del consumo y el cálculo exagerado de la producción industrial son un colosal despilfarro de energía”, agregó.
La otra consecuencia que recalcó es la que deriva del “feroz” individualismo que despierta el consumo. Dijo que el hombre, como ser gregario necesita vivir en sociedad y, por ende, ejercer la práctica militante de la solidaridad. Sin embargo, entiende que esto se fue perdiendo. Recordó que en el pasado se solía ayudar a un vecino que necesitaba “una mano” para levantar el techo de su casa. “Eso no estaba organizado, no había ningún movimiento social, había una conciencia pública en los barrios más humildes, lo vimos y participamos. Eso ya no se da más, solo quizás se conserve en algún pueblito del interior”, aseguró.
Sostuvo que “solidaridad” y “compañerismo” son palabras que se usan mucho, sobre todo en círculos de clase media intelectual que suelen luchar en el campo de las reivindicaciones, que reclaman que se mejoren determinadas cosas, que se distribuya mejor, “pero no se les ocurra pedirle 500 pesos o que colaboren con algo dando una mano, porque esa no es parte de la solidaridad cultivada”. Mujica recordó que muchos trabajadores agremiados en el SUNCA concurren los sábados a dar una mano a familias del Plan Juntos. “Pero nunca vimos la voluntad de señores intelectuales que tienen buenos ingresos y cobran al contado, ni para aportar un peso, y menos para levantar un balde de mezcla”, añadió.
Aseguró que la sociedad consumista también se mete en nuestra conciencia individualizando nuestras gestualidades, incluso en gente que debería tener la solidaridad práctica, concreta, “porque aquello que no te cuesta algo, termina siendo verso”.
Mujica entiende que es fácil pedirle a otro que ponga “y no poner nada de nosotros, como si en este mundo fuéramos neutrales. Este resultado de psicología social es mucho más fuerte arriba y en el medio que abajo, porque aún entre los más pobres quedan rasgos por aquí y por allá de franca solidaridad, aun teniendo muy poco”.