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Mujica reiteró importancia de conocimiento técnico y reivindicó multiplicación de regadíos

En su alocución radial semanal, el Presidente Mujica volvió a insistir en la importancia del conocimiento científico-técnico para el desarrollo del país y argumentó a favor de la creación de un sistema que permita retener las aguas de lluvia y destinarla a riego. Reivindicó el papel cumplido por el Instituto de Colonización y destacó que la propiedad del suelo es un factor clave para ese tipo de emprendimientos.

No olvidarse de completar este campo
El Presidente Mujica comenzó su alocución radial aludiendo a una misiva que le enviara la Cámara de la construcción de Uruguay y en la ésta institución sostiene que “no tenemos duda de que en nuestro país ha consolidado una profunda y virtuosa transformación en su matriz productiva. Seguramente, y opinión de muchos entre los que nos contamos, irreversible; proceso que debe continuar de forma inteligente. La construcción está comprometida con nuestro país y nuestra gente”, agregando que “el año próximo nuestro sector seguirá impactando positivamente en la economía y el empleo, con una diversificación de requerimientos sin precedentes en nuestros registros y en la historia de la República”.

Al respecto de dicha carta, Mujica sostuvo que empresarios comprometidos con el trabajo concreto, dan una visión que poco tiene que ver con la visión que a veces, algunos analistas interesados políticamente, hacen. Para nada señalan un clima de derrota, sino todo lo contrario, un clima positivo y de compromiso.

¿Qué es industrializar? Se preguntó Mujica, respondiendo que la respuesta depende más del proceso que de la naturaleza del producto. Industrializar es “agregar más valor en menos tiempo”, dijo. A partir de esta reflexión, el Presidente hizo mención a ejemplos como los de Nueva Zelandia, en los que se agrega mucho conocimiento científico a productos que habitualmente se considerarían materias primas.

Retener agua de lluvia para el riego agropecuario
Mujica prosiguió diciendo que “uno de los factores que determinaría un saldo de industrialización para el aumento del valor sería la masificación del uso de riego en los procesos productivos agropecuarios”. Es sabido que el agua más barata es la que llueve, pero sabemos también que se nos va al mar, agregó. Esto implica la multiplicación de tajamares, lo que significa inversión importante en movimiento de tierra. Uruguay tiene –sobre todo en el Norte- condiciones geográficas muy favorables, por sus suelos quebrados, por sus “ollas” naturales, pero naturalmente, hay que hacer obras y luego, administrar esas aguas.

La forma más barata es regar por gravedad allí donde se puede, pero naturalmente, para que sea de uso masivo, requiere que las obras se hagan en lugares adecuados, y muchas veces, el lugar adecuado, no coincide con las formas de propiedad que tiene el suelo.

Alguna gente inteligente ha hecho sociedades de agua, pero son pocas. Como el que va a hacer un gran tajamar va a sacrificar parte de su suelo, los otros le garantizan una renta por hectárea cubierta de agua, acorde a la potencialidad productiva de la zona. Pero no tenemos un andamiaje legal que garanticen este tipo de acuerdo. No tenemos madurez, salvo la experiencia de algunos sectores (sobre todo los arroceros).
 
Pero quiero señalar que tal vez no exista hoy en nuestro país ningún paso de audacia más importante que plantearnos una política de generar fuentes, formas y caminos que masifiquen el uso del riego en los procesos productivos que se practica en Uruguay. El país deberá asumir estas cuestiones. Desde desbrozar el camino jurídico como establecer políticas de inversión que favorezcan una política de riego a gran escala, agregó.

El papel del Instituto Nacional de Colonización
Claro que aparecen dificultades, sostuvo el Presidente, como la compra de tierras como medio de reserva de capital, que dificultan las políticas de regadío. Estas cosas no se arreglan por vía impositiva. “Tenemos que coadyuvar a que el Uruguay sea un país de clase media rural, en cuanto la distribución de tierras, que avance la política de colonización”.

Hace muchos años que Uruguay tiene un Instituto de Colonización que ha hecho una obra monumental, pero que durante muchos años fue abandonado, sin recursos, y que sigue cumplimiento una enorme tarea social pero que no puede ni debe ser una fábrica de pobres sino de familias que vivan decentemente, es decir, con las necesidades crecientes de urbanización que tiene el campo uruguayo y que apunte a la lechería.

No podemos hablar de un país productivo que no avance junto al país tecnológico y científico, pero que estos estén unidos las necesidades concretas que se nos presentan.

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