Políticas sociales 
“Hay mucha gente que no entiende que una piba maltratada a los 14 años, se defiende teniendo rápidamente que ascender instintivamente de escalón, siendo madre, porque a partir de ser madre empieza a tener cierta consideración, y es una autodefensa”, continuó.
Siguiendo con su reflexión, insistió en que la pobreza “tiene cara de madre”. A partir de esta contemplación manifestó preocupación por los niños que serán el 25 % o más de los jóvenes totales del Uruguay.
“Cómo se crían ahora, en esta instancia, va a tener en gran medida repercusiones de cómo serán mañana”, alertó Mujica, sosteniendo que hoy padecemos la multiplicación de la violencia y el delito, en parte, a partir de muchos jovencitos olvidados de la crisis de 2002, que eran niños y que sobrevivieron generando una cultura de “hacé la tuya”.
De todas estas reflexiones surgió para el Presidente el deber de luchar por apagar las condiciones materiales en que estaban viviendo esos niños y, una de las razones que lo llevaron a implementar buena parte de las políticas sociales, especialmente el Plan Juntos.
“Algunos lo han confundido con un plan habitacional, ni por asomo es eso: parte de la lucha por tratar de crear viviendas que aseguren un baño con servicios sanitarios, una canilla con agua, un hábitat sobrio pero confortable, 'vivible'. ¿Para quién? Para aquellas mujeres que tiene muchos hijos y están sumidas en la pobreza, viviendo en cascarones”, apuntó.
A su juicio, en este tema no cabe la afirmación, “no hay que regalar pescado, hay que enseñar a pescar”. “¿Cómo enseñar a pescar a niños que se están criando tugurizados?”, preguntó.
Por eso, para Mujica, el primer deber es sacarlos de esa situación para desarrollar el conjunto de políticas sociales que posibiliten que aprendan a vivir de su propio esfuerzo.
“Y eso lleva a una lucha por integrar al conjunto de la sociedad, pero tiene un principio, hay que tener el coraje de dar. No se puede solucionar solo con un presupuesto frío del Estado, por eso había que poner la nuestra y convocar a la solidaridad de la gente”.
Refiriéndose al aporte económico que él mismo realiza de su salario para este programa, advirtió que “es fácil plantear soluciones con la de otros. Hay que acudir a los fondos de la sociedad, pero eso jamás nos debe de privar a quienes tenemos responsabilidad de formar parte, porque esa es la cuota de amor que hay que poner en todo esto, para ayudar a que la gente aprenda ayudarse a sí misma”.
El Presidente insistió en que el Plan Juntos no es un plan de vivienda, sino una herramienta en el marco de otras tantas.
“Porque la vida nos impuso hasta tener que hablar con la Facultad de Odontología y establecer servicios para arreglarle al dentadura a estas mujeres, porque estas cosas después tienen que ver en la posibilidad de conseguir trabajo”, relató.
Por eso —añadió— esto también es una batalla para que los hijos aprendan oficios y vayan elevando su calidad laboral y su compromiso social; esto se articular con el conjunto de políticas del MIDES, de la Enseñanza. No se pueden hacer milagros, pero el camino está abierto y no quisiéramos que esto se pierda en el anonimato.
En este punto, reafirmó el “hondo compromiso social” que se necesita para apoyar este tipo de programas y valoró el voluntariado realizado por jóvenes de las distintas vertientes cristianas en detrimento de los más sectores politizados.
“Algunos salidos de parroquias, otros de origen evangelistas, pero tenemos que ser claros; son los que verdaderamente practican el criterio misionero. No tuvimos la misma suerte con juventudes de origen político que desgraciadamente tienden a politizar y caer en reyertas cuando la verdadera alta politización es servir a la gente para que la gente se sirva algún día así misma”.
Mujica reivindicó el Plan Juntos para ayudar a los más pobres y crear una mejor sociedad
El Presidente de la República, José Mujica, reivindicó el papel que ha cumplido el Plan Juntos en ayudar a las mujeres carenciadas jefas de hogar a criar a sus hijos en mejores condiciones y sostuvo que hay que multiplicarlo y mejorarlo. No se trata de un plan habitacional, advirtió, sino de una herramienta dentro de otras "para lograr una sociedad integrada, tolerante, menos violenta, de todos y para todos".

En su audición semanal de Radio Uruguay, el Presidente Mujica reflexionó sobre algunas vivencias de la anterior campaña electoral, durante sus recorridas por los barrios pobres de todo el país.
“Hay mucha gente que no entiende que una piba maltratada a los 14 años, se defiende teniendo rápidamente que ascender instintivamente de escalón, siendo madre, porque a partir de ser madre empieza a tener cierta consideración, y es una autodefensa”, continuó.
Siguiendo con su reflexión, insistió en que la pobreza “tiene cara de madre”. A partir de esta contemplación manifestó preocupación por los niños que serán el 25 % o más de los jóvenes totales del Uruguay.
“Cómo se crían ahora, en esta instancia, va a tener en gran medida repercusiones de cómo serán mañana”, alertó Mujica, sosteniendo que hoy padecemos la multiplicación de la violencia y el delito, en parte, a partir de muchos jovencitos olvidados de la crisis de 2002, que eran niños y que sobrevivieron generando una cultura de “hacé la tuya”.
De todas estas reflexiones surgió para el Presidente el deber de luchar por apagar las condiciones materiales en que estaban viviendo esos niños y, una de las razones que lo llevaron a implementar buena parte de las políticas sociales, especialmente el Plan Juntos.
“Algunos lo han confundido con un plan habitacional, ni por asomo es eso: parte de la lucha por tratar de crear viviendas que aseguren un baño con servicios sanitarios, una canilla con agua, un hábitat sobrio pero confortable, 'vivible'. ¿Para quién? Para aquellas mujeres que tiene muchos hijos y están sumidas en la pobreza, viviendo en cascarones”, apuntó.
A su juicio, en este tema no cabe la afirmación, “no hay que regalar pescado, hay que enseñar a pescar”. “¿Cómo enseñar a pescar a niños que se están criando tugurizados?”, preguntó.
Por eso, para Mujica, el primer deber es sacarlos de esa situación para desarrollar el conjunto de políticas sociales que posibiliten que aprendan a vivir de su propio esfuerzo.
“Y eso lleva a una lucha por integrar al conjunto de la sociedad, pero tiene un principio, hay que tener el coraje de dar. No se puede solucionar solo con un presupuesto frío del Estado, por eso había que poner la nuestra y convocar a la solidaridad de la gente”.
Refiriéndose al aporte económico que él mismo realiza de su salario para este programa, advirtió que “es fácil plantear soluciones con la de otros. Hay que acudir a los fondos de la sociedad, pero eso jamás nos debe de privar a quienes tenemos responsabilidad de formar parte, porque esa es la cuota de amor que hay que poner en todo esto, para ayudar a que la gente aprenda ayudarse a sí misma”.
El Presidente insistió en que el Plan Juntos no es un plan de vivienda, sino una herramienta en el marco de otras tantas.
“Porque la vida nos impuso hasta tener que hablar con la Facultad de Odontología y establecer servicios para arreglarle al dentadura a estas mujeres, porque estas cosas después tienen que ver en la posibilidad de conseguir trabajo”, relató.
Por eso —añadió— esto también es una batalla para que los hijos aprendan oficios y vayan elevando su calidad laboral y su compromiso social; esto se articular con el conjunto de políticas del MIDES, de la Enseñanza. No se pueden hacer milagros, pero el camino está abierto y no quisiéramos que esto se pierda en el anonimato.
En este punto, reafirmó el “hondo compromiso social” que se necesita para apoyar este tipo de programas y valoró el voluntariado realizado por jóvenes de las distintas vertientes cristianas en detrimento de los más sectores politizados.
“Algunos salidos de parroquias, otros de origen evangelistas, pero tenemos que ser claros; son los que verdaderamente practican el criterio misionero. No tuvimos la misma suerte con juventudes de origen político que desgraciadamente tienden a politizar y caer en reyertas cuando la verdadera alta politización es servir a la gente para que la gente se sirva algún día así misma”.
“Toda esta experiencia, hay que multiplicarla y mejorarla pero conservando lo mejor de su intención, de su compromiso”.