En Rio Grande do Sul

Mujica visitó empresa de reciclaje de envases plásticos gestionada por sus trabajadores

El Presidente José Mujica dijo que los impulsores de experiencias autogestionarias tienen la responsabilidad de asegurar su propio sustento y ser testimonios de que los trabajadores pueden desarrollar emprendimientos viables. “Cada empresa que funciona en base a trabajo solidario, dirigida por un colectivo sin que nadie se apropie de la riqueza creada por otros es un ejemplo de que otra forma de vivir es posible", añadió.

Presidente José Mujica en Brasil
Mujica habló en la mañana de este miércoles en una de las plantas integrantes de la cadena productiva PET, que actúa en el sector del reciclaje de envases plásticos y su transformación en fibra para utilizar como materia prima para la elaboración de variados productos, desde calzado a relleno térmico para construcciones.


"La cultura dominante nos plantea que los trabajadores no pueden gestionar las empresas, que siempre ha sido así, que necesitan a los patrones. Pero cada empresa que funciona en base a trabajo solidario, dirigida por un colectivo de trabajadores sin que nadie se apropie de la riqueza generada por otros es un ejemplo de que otra forma de vivir es posible", explicó.


"Por eso, los trabajadores de emprendimientos como éste deben preocuparse no sólo de que la empresa funcione porque les da sustento, sino también porque son un ejemplo para otros, aquí y en todas partes, como lo han sido otros grandes emprendimientos solidarios, como Mondragón en el País Vasco", recordó Mujica.


Añadió que siempre es mejor lograr gobiernos que sean amigos de los trabajadores, porque en ellos encontrarán apoyo, pero que, sea como fuere, los trabajadores tienen que tener la inteligencia y la tenacidad de lograr que estos emprendimientos fructifiquen, que sean sustentables.


El Presidente uruguayo habló ante unos 200 operarios de la empresa que acopia los envases recogidos por recicladores en todo el estado de Rio Grande do Sul, que le aclamaron repetidamente, y decenas de periodistas, en la primera actividad de su corta visita a Porto Alegre y alrededores.


Estuvo acompañado por el gobernador del Estado, Tarso Genro, y Luis Lauermann, prefeito (alcalde) de la ciudad de Novo Hamburgo, en las afueras de Porto Alegre, donde está situada la planta.


El gobernador Genro destacó la colaboración entre los gobiernos de Uruguay y Rio Grande do Sul, y aseguró que esta cadena representa otro concepto de integración, no basado en los intereses del capital. "Intentamos una integración desde abajo hacia arriba, una integración de solidaridad, de cooperación. Tenemos que construir un Mercosur desde abajo hacia arriba", concluyó.

Cadena Binacional Solidaria PET

La Cadena Binacional Solidaria de los envases plásticos denominados "PET" fue lanzada hace tres años por los gobiernos de Uruguay y Rio Grande do Sul, y reúne actualmente a más de 200 cooperativas y unos 9.000 trabajadores, beneficiando cerca de 45.000 personas en forma indirecta.


Incluye cooperativas de recolectores de los envases, plantas para el acopio y la fabricación de flakes —pequeños trozos listos para su tratamiento industrial—, instalaciones para la fabricación de fibra plástica y otras para fabricar con esa fibra variados productos.


El proyecto procura consolidar una cadena productiva de reciclaje de estos envases entre los estados de Rio Grande do Sul, Minas de Gerais y Uruguay, y es administrado por sus respectivas secretarías de Medio Ambiente. 


Estos polos tienen como objetivo ampliar el ingreso económico y la calidad de vida de los recicladores que se involucran en la transformación del plástico en fibra y luego en tejidos y artesanías. En la primera etapa las botellas son recolectadas, recicladas y prensadas por las cooperativas,  luego se transforman en  láminas en los cinco polos ubicados en las regiones de mayor concentración de material y organización de recicladores.


Hasta el momento, cuatro ciudades cuentan con la iniciativa, Yaguarón  (en la frontera), Novo Hamburgo, Santa Cruz e Passo Fundo. En una tercera etapa, las láminas son enviadas para la ciudad uruguaya de San José (en la planta gestionada por la cooperativa Copima) donde 120 personas trabajan en la transformación del producto en fibra sintética, material que luego se despacha hacia Minas Gerais, para ser procesado y transformado en hilados y tejidos. La iniciativa se complementa con campañas publicitarias sensibilizadoras.




 

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