Educación especial e integradora

Nuevas instalaciones en escuela para sordos en Montevideo favorecen comunicación y capacitación en talleres

La escuela especial N.° 197 de Montevideo, a la que concurren más de un centenar de niños sordos o con alteraciones del lenguaje, renovó sus instalaciones, electricidad y pintura, a la vez que agregó salas taller, comedor y cancha de deportes, con una inversión de casi dos millones de dólares. Los alumnos, muchos de los cuales ingresan a los dos años, aprenden en ese centro la lengua de señas, además de lo curricular.

Escuela especial N.º 197 “Ana Bruzzone de Scarone”

“Muchas veces se nos pregunta por qué, teniendo una política de educación inclusiva, se invierte en una escuela especial, y la respuesta es que apostamos a tanta enseñanza especial como sea imprescindible y a tanta común como sea posible”, dijo el consejero de Primaria, Héctor Florit, tras inaugurar las obras de ampliación y remodelación de la escuela N.º 197 “Ana Bruzzone de Scarone”. “En ese tránsito se atiende a cada uno según su necesidad”, añadió.

Ese centro para personas sordas y con alteraciones de lenguaje, ubicado en el barrio La Blanqueada de Montevideo, recibe a diario a más de 100 niños y niñas, desde maternal hasta 6° año. Es una escuela de dos turnos, pero 80 % de los alumnos asisten en doble horario.

La reforma incluye nuevas salas taller, comedor, instalación de ascensores, espacio recreativo y deportivo en el patio, un pasaje techado, así como renovación de la red eléctrica, pintura y obras de accesibilidad, preservándose el casco antiguo de la casa original. La inversión total llegó a casi dos millones de dólares.

En ese lugar se ofrecen talleres, que incluyen cocina, cerámica y vestimenta, tanto para los escolares que concurren a diario, como para adolescentes y jóvenes de centros cercanos que pertenecen a la comunidad sorda.

Esas clases están a cargo de seis profesores, que se suman a los 20 maestros que se desempeñan a diario en la escuela, cuatro instructores que son personas sordas con cargo docente que enseñan la lengua de señas y son referentes de los grupos, profesores de educación física y de inglés, considerada tercera lengua.

Florit celebró la concreción de una obra muy esperada que permitió readecuar una escuela fundada en 1910 y considerada un ícono de la educación especial, una de las primeras a nivel latinoamericano que atiende a personas sordas y que reconoce en esa comunidad una población con necesidades educativas especiales.

“Es importante que tengan un espacio donde construir identidad a partir de los vínculos y del lenguaje de señas uruguayo”, dijo.

El jerarca puso énfasis en la importancia de enseñar la lengua de señas desde bien pequeños, por eso la posibilidad de ingresar a la escuela a partir de los dos años, teniendo en cuenta que es una herramienta fundamental para la inserción social y comunitaria del individuo. Recordó que son varias las escuelas de sordos que funcionan en el país, así como aulas específicas para esta población.

En el mismo predio se construye un nuevo edificio para la escuela N.° 231 de niños con trastornos de personalidad, incluido el espectro autista. Se estima que la obra estará finalizada a tiempo para iniciar el año lectivo 2019. La decisión de que ambas comunidades compartan el terreno se debe a que tienen en común el tema de la comunicación.

“Tener esas dos escuelas en la proximidad del mismo predio permitirá el desarrollo de investigación, aprendizaje y mejora de recursos didácticos para lograr mejores aprendizajes”, concluyó Florit.

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