El objetivo es ser un país de avanzada y lograr un desarrollo económico y social
Astori participó en el Ciclo de Almuerzos 2013 de ADM. Subrayó que los uruguayos construimos, a partir de la gran crisis de 2001 y 2002, nuestro propio camino de cambios y avances. Destacó mejoras en la capacidad de inversión, en el crecimiento, en la inserción internacional, en la generación de trabajo, en la estructura productiva, en la promoción de los derechos humanos y en la democratización de la cultura.

El vicepresidente de la República, Danilo Astori, participó este miércoles 11 en el ciclo de Almuerzos 2013, organizado por la Asociación de Dirigentes de Marketing (ADM). En la oportunidad realizó una proyección acerca de cómo deberían ser los próximos años de Uruguay, partiendo de los resultados obtenidos a partir de la severa crisis de los años 2001 y 2002.
Astori indicó que para los próximos años Uruguay debe plantearse como objetivo fundamental progresar en su nivel de desarrollo económico y social, y ser un país de avanzada y hasta de vanguardia en aspectos sustantivos de nuestra realidad social. “Se trata de dar un salto en las cantidades y las calidades”, subrayó.
El vicepresidente precisó que los cambios deben referirse a aspectos económicos y humanos. En tal sentido acoto: “Un proceso hacia tal objetivo debe ser visto como un gran cambio cultural, por el cual vamos acostumbrándonos a vivir la vida de otra manera, por supuesto de una manera mejor, porque de eso se trata”.
Afirmó que a partir de la gran crisis de 2001 y 2002 los uruguayos construimos nuestro propio camino y cambios de avances, aunque aún quedan tareas y desafíos pendientes. “Lo que sí quiero afirmar, es que si los uruguayos no hubiéramos hecho lo que hicimos a partir de aquella crisis, sería difícil plantearnos ahora un avance hacia mayores niveles de desarrollo en los próximos años”.
Agregó que lo realizado supuso transformaciones estructurales imprescindibles, como las que se verificaron en la capacidad de inversión y crecimiento, en la inserción internacional, en la generación de trabajo, en la estructura productiva, en la promoción y la protección de los derechos humanos y en la democratización de la cultura. “Los uruguayos podemos porque pudimos”, enfatizó.
Mantener la orientación
Astori precisó que
no hay un modelo a imitar, ya que estos son construcciones cerradas e
inflexibles. “Modelo no es un concepto abstracto, en la práctica precisamente
por su rigidez, se presenta asociado a experiencias fracasadas como las que han
apoyado un estatismo dominante o el reinado irrestricto de las llamadas leyes
del mercado o el de los ajustes fiscales permanentes con cataratas de impuestos
y un gasto público inocuo”.
Subrayó que prefiere una definición clara de la orientación, apoyada en valores humanos superiores como la libertad, la justicia, la democracia, la participación y la prosperidad que también es un valor humano superior.
Destacó los cambios entendidos como el tradicional paso a paso. “Ninguno es más importante que el rumbo, pero cada paso se apoya en la solidez del precedente, de modo que es el conjunto el que asegura la dirección correcta”, acotó.
Uruguay debe mantener esta gran orientación que incluye tanto algunas transformaciones esenciales, cuando la autocrítica imprescindible para encarar deficiencias y corregir errores de los cuales hay que aprender siempre, indicó el jerarca.
Rol protagónico de
los servicios
El vicepresidente afirmó que ignorar los resultados, lo que se va logrando,
es contraproducente para el progreso de
la sociedad. “No es posible seguir cambiando sobre la base de este
desconocimiento”, apuntó. Dijo sobre este punto que existen análisis que
presentan un desconocimiento total sobre el papel de los servicios en la
producción y el comercio de Uruguay.
“Se hace un análisis exclusivo del área de bienes y se concluye que el país vende productos primarios”, apuntó Astorí. Señaló que esta afirmación es falsa y resaltó que las exportaciones de servicios han tenido un comportamiento muy dinámico en el país, más dinámico que las exportaciones de bienes. Han crecido a una tasa media anual del 22 % durante los últimos cinco años, mientras que las exportaciones de bienes crecieron un 16 %.
El jerarca ponderó que Uruguay ha venido participando de forma creciente y exitosa en la generación de servicios globales. “Muchos de estos servicios atraviesan transversalmente las cadenas de producción de bienes, agregándoles valor”, aseguró.
Por otra parte, Astori consideró que también se realiza un abordaje erróneo sobre los bienes que Uruguay produce y exporta. Se pone el acento en la naturaleza del producto y se ignora la composición de su valor y nivel de calidad. “Así, según este planteo, la soja, el trigo y la carne de hoy, son la soja, el trigo y la carne de ayer”. En tal sentido, afirmó que se desconoce el importante cambio tecnológico materializado en los últimos años.