Eficiencia en la gestión pública
Olesker señaló que se dispusieron en el país dos transferencias monetarias creadas a partir del Plan de Equidad, en 2008, para sustituir el Ingreso Ciudadano del Plan de Emergencia. Ellas son: la Asignación Familiar y la Tarjeta Uruguay Social (TUS).
Para definir el público objetivo beneficiario se recurre al Índice de Carencias Críticas, construido por la Universidad de la República “con la debida rigurosidad técnica”, añadió en entrevista con la Secretaría de Comunicación.
Ese índice tiene dos puntos de corte, uno en el que las carencias críticas son relativamente importantes, que permiten acceder a la TUS, y otro, más flexible, para quienes problemas sociales de menor cuantía, pues acceden al cobro de la Asignación Familiar.
Asignación familiar
La Asignación Familiar es una prestación de seguridad social que el Estado, a través del Plan de Equidad, utiliza para estimular la permanencia de niños, niñas y adolescentes en el sistema de enseñanza y el control de la salud. El padre, madre o tutor recibe un monto de dinero por cada menor que vive en el hogar.
Olesker informó que llega hoy a 200.000 hogares, que incluyen unos 500.000 niños, niñas y adolescentes, con ingresos por debajo de cierto límite y un Índice de Carencias Críticas por encima de cierto valor.
Hasta 2012 tenía controles manuales, pero ya el año pasado se cruzaron los datos de asignación familiar y asistencia educativa a través del sistema de información del Área Social. Esto mostró que 94 % de las personas que tenían asignación efectivamente se habían inscripto en el sistema educativo, por lo cual se concretaron las suspensiones correspondientes al 6 % restante.
En asistencia educativa a Secundaria, los números muestran un incremento de concurrencia a clase de entre 6 y 7 % de personas de 13 a 15 años. En Primaria es más difícil evaluar la incidencia de la obligatoriedad en la concurrencia, que generalmente ronda el 100 %.
Tarjeta Uruguay Social
El programa de las TUS otorga una transferencia monetaria a aquellos hogares que se encuentran en una situación de extrema vulnerabilidad socioeconómica. Busca asistir a los hogares que tienen mayores dificultades para acceder a un nivel de consumo básico de alimentos y artículos de primera necesidad.
El otorgamiento de la TUS es más estricto que la Asignación Familiar, ya que el nivel de carencias críticas que afecta a los pasibles del beneficio debe ser mayor. Se entregaron más de 100.000 cuando regía el Plan de Emergencia y 82.000 hace dos años. En la actualidad son 62.000 los hogares que tienen la tarjeta.
La población que recibía tarjeta era en sí misma heterogénea y se podía dividir en dos grupos. Por un lado, quienes aún estaban en situación crítica recibiéndola pero transitaban hacia su salida y, por otro, aquellas personas para las que era más difícil pensar en una salida en el corto plazo, aun con crecimiento económico y de empleo.
Se decidió poner un algoritmo un poco superior de carencias críticas al que se otorgaba la tarjeta. En el caso de quienes estuvieron por encima de eso se les duplicó su valor. Así, unos 27.000 de esos 62.000 ahora tienen la tarjeta duplicada.
Además se incrementó el monto. Eso se hizo mediante dos estrategias: la eliminación del IVA (impuesto al valor agregado) para la TUS y la mejora de la oferta de productos en los “comercios solidarios”. Antes había lugares donde había un solo comercio que ejercía poderes de monopolio.
Para eso, mediante un decreto, se abrió la posibilidad a las grandes superficies. Se dio una expansión de los “comercios solidarios”.
Focalización
Olesker recordó que el ministerio reestructuró su trabajo de campo. Se hicieron 108.000 visitas desde setiembre de 2011 y hoy modificó la metodología y el ritmo de trabajo y se focalizó en los microterritorios. El resultado: la mitad de las visitas modificaron la situación de las personas, por baja de tarjeta, alta de tarjeta o, mayoritariamente, por pase de tarjeta simple a doble.
“Hicimos una incorporación a la TUS como población objetivo a la población trans por su sola condición de tal, por considerarse población vulnerable y alejada de los programas sociales,” explicó. Ya se otorgaron unas 600.
El funcionario agregó que cuando una persona integra un programa de alta prioridad del ministerio o de otro organismo no se lo puede tratar igual, porque el hecho de haber ingresado a ese programa es un tránsito hacia la inclusión.
“Firmamos una resolución para que las personas que tienen tarjeta e integran Jóvenes en Red, Uruguay Crece Contigo, programas de MEVIR, Plan Juntos, Cercanías, se les mantenga y si no tienen, en lugar de usar el valor de la tarjeta, usen el de la Asignación Familiar”, explicó.
Olesker informó que el costo que significó el equipo de tarjetas y el equipo de campo de la Dirección de Evaluación y Monitoreo fue de 3.6 % del monto de dinero que se asigna a la reconversión de tarjetas.
“El proceso se ordenó y focalizó; está llegando a quien debe llegar. Es eficiente y tiene un control y seguimiento importante”, puntualizó.
Sostuvo que, en momentos en que se habla tanto de la reforma del Estado, “esto es una gestión pública eficiente, porque con el mismo dinero se refocalizaron las tarjetas con altas y bajas para mejorar la población objetivo y se hizo con un costo marginal en relación al dispositivo técnico. Ahora será más marginal porque las visitas serán de mantenimiento”.
“Lo que estamos haciendo ahora para culminar el proceso son visitas rurales. El proceso lo terminaremos en un par de meses”, aseguró.
Olesker destaca que las transferencias monetarias llegan a quienes deben llegar
“El proceso se focalizó y llega a quien debe. Es eficiente, tiene control y seguimiento”, dijo el ministro Daniel Olesker, en referencia a las transferencias monetarias que implementa la cartera de Desarrollo Social que dirige. Explicó que la duplicación de la Tarjeta Uruguay Social a 27.000 hogares, la eliminación del IVA y la mejora de la oferta incrementó la capacidad de compra de los beneficiados con esa herramienta.

Para definir el público objetivo beneficiario se recurre al Índice de Carencias Críticas, construido por la Universidad de la República “con la debida rigurosidad técnica”, añadió en entrevista con la Secretaría de Comunicación.
Ese índice tiene dos puntos de corte, uno en el que las carencias críticas son relativamente importantes, que permiten acceder a la TUS, y otro, más flexible, para quienes problemas sociales de menor cuantía, pues acceden al cobro de la Asignación Familiar.
Asignación familiar
La Asignación Familiar es una prestación de seguridad social que el Estado, a través del Plan de Equidad, utiliza para estimular la permanencia de niños, niñas y adolescentes en el sistema de enseñanza y el control de la salud. El padre, madre o tutor recibe un monto de dinero por cada menor que vive en el hogar.
Olesker informó que llega hoy a 200.000 hogares, que incluyen unos 500.000 niños, niñas y adolescentes, con ingresos por debajo de cierto límite y un Índice de Carencias Críticas por encima de cierto valor.
Hasta 2012 tenía controles manuales, pero ya el año pasado se cruzaron los datos de asignación familiar y asistencia educativa a través del sistema de información del Área Social. Esto mostró que 94 % de las personas que tenían asignación efectivamente se habían inscripto en el sistema educativo, por lo cual se concretaron las suspensiones correspondientes al 6 % restante.
En asistencia educativa a Secundaria, los números muestran un incremento de concurrencia a clase de entre 6 y 7 % de personas de 13 a 15 años. En Primaria es más difícil evaluar la incidencia de la obligatoriedad en la concurrencia, que generalmente ronda el 100 %.
Tarjeta Uruguay Social
El programa de las TUS otorga una transferencia monetaria a aquellos hogares que se encuentran en una situación de extrema vulnerabilidad socioeconómica. Busca asistir a los hogares que tienen mayores dificultades para acceder a un nivel de consumo básico de alimentos y artículos de primera necesidad.
El otorgamiento de la TUS es más estricto que la Asignación Familiar, ya que el nivel de carencias críticas que afecta a los pasibles del beneficio debe ser mayor. Se entregaron más de 100.000 cuando regía el Plan de Emergencia y 82.000 hace dos años. En la actualidad son 62.000 los hogares que tienen la tarjeta.
La población que recibía tarjeta era en sí misma heterogénea y se podía dividir en dos grupos. Por un lado, quienes aún estaban en situación crítica recibiéndola pero transitaban hacia su salida y, por otro, aquellas personas para las que era más difícil pensar en una salida en el corto plazo, aun con crecimiento económico y de empleo.
Se decidió poner un algoritmo un poco superior de carencias críticas al que se otorgaba la tarjeta. En el caso de quienes estuvieron por encima de eso se les duplicó su valor. Así, unos 27.000 de esos 62.000 ahora tienen la tarjeta duplicada.
Además se incrementó el monto. Eso se hizo mediante dos estrategias: la eliminación del IVA (impuesto al valor agregado) para la TUS y la mejora de la oferta de productos en los “comercios solidarios”. Antes había lugares donde había un solo comercio que ejercía poderes de monopolio.
Para eso, mediante un decreto, se abrió la posibilidad a las grandes superficies. Se dio una expansión de los “comercios solidarios”.
Focalización
Olesker recordó que el ministerio reestructuró su trabajo de campo. Se hicieron 108.000 visitas desde setiembre de 2011 y hoy modificó la metodología y el ritmo de trabajo y se focalizó en los microterritorios. El resultado: la mitad de las visitas modificaron la situación de las personas, por baja de tarjeta, alta de tarjeta o, mayoritariamente, por pase de tarjeta simple a doble.
“Hicimos una incorporación a la TUS como población objetivo a la población trans por su sola condición de tal, por considerarse población vulnerable y alejada de los programas sociales,” explicó. Ya se otorgaron unas 600.
El funcionario agregó que cuando una persona integra un programa de alta prioridad del ministerio o de otro organismo no se lo puede tratar igual, porque el hecho de haber ingresado a ese programa es un tránsito hacia la inclusión.
“Firmamos una resolución para que las personas que tienen tarjeta e integran Jóvenes en Red, Uruguay Crece Contigo, programas de MEVIR, Plan Juntos, Cercanías, se les mantenga y si no tienen, en lugar de usar el valor de la tarjeta, usen el de la Asignación Familiar”, explicó.
Olesker informó que el costo que significó el equipo de tarjetas y el equipo de campo de la Dirección de Evaluación y Monitoreo fue de 3.6 % del monto de dinero que se asigna a la reconversión de tarjetas.
“El proceso se ordenó y focalizó; está llegando a quien debe llegar. Es eficiente y tiene un control y seguimiento importante”, puntualizó.
Sostuvo que, en momentos en que se habla tanto de la reforma del Estado, “esto es una gestión pública eficiente, porque con el mismo dinero se refocalizaron las tarjetas con altas y bajas para mejorar la población objetivo y se hizo con un costo marginal en relación al dispositivo técnico. Ahora será más marginal porque las visitas serán de mantenimiento”.
“Lo que estamos haciendo ahora para culminar el proceso son visitas rurales. El proceso lo terminaremos en un par de meses”, aseguró.