Profesionales de ASSE atienden a miles de personas en situación vulnerable
Mediante la dirección de Salud Mental, ASSE ha intensificado en el último año su trabajo con las poblaciones vulnerables. Este año, en el marco del Plan Invierno, junto con el MIDES, atendió a 1500 personas de las cuales un 34% presentaba patologías psiquiátricas y hasta hoy reciben seguimiento. En coordinación con el Ministerio del Interior, hay 200 profesionales de la salud atendiendo al 60% de la población carcelaria.

El director nacional de Salud Mental de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), Horacio Porciúncula, dialogó con la Secretaria de Comunicación, sobre el balance de este trabajo interinstitucional que se intensificó en 2011 y que evitó, a su juicio, pérdidas de vidas y mejoró la convivencia de las personas privadas de libertad.
Porciúncula valoró especialmente a experiencia y el conocimiento del Estado en la atención de estas poblaciones vulnerables que incluye personas privadas de libertad, ancianos en situación de vulnerabilidad, personas en situación de calle, niños con dificultades de conducta en la escuela y pacientes con trastornos mentales severos y persistentes.
En ese contexto, la Dirección de Salud Mental de ASSE se sumó hace dos años al trabajo que el Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) realiza en la calle, fundamentalmente en el Plan Invierno.
“El año pasado conformamos un equipo conjunto con médicos psiquiatras y de medicina general. Elaboramos un programa de búsqueda de personas en situación de calle, que no se acercaban a los sistemas de protección sanitarios o ambiental El resultado fue altamente valioso: desde que integramos estos equipos en el Plan Invierno no falleció ninguna persona más en situación de calle”, expresó Poricúncula.
Un psiquiatra de ASSE integrado al equipo del MIDES acompaña las brigadas por la noche. La cobertura alcanzó a 1200 personas en 2011 ampliándose este año a más de 1.500. Además de la intervención en calle, ASSE dispuso un psiquiatra con experiencia en el ingreso central del MIDES.
A través del seguimiento realizado se pudo comprobar que solo un 34 por ciento presentaba patologías psiquiátricas. Con esa realidad se trabaja en la policlínica del Vilardebó, las policlínicas más cercanas a los refugios y con la visita de un psiquiatra de ASSE a los refugios.
El jerarca reconoció, no obstante, que es más dificultoso el trabajo con los pacientes con trastornos adictivos. “En este caso los tiempos de permanencia en calle son menores; están en la calle debido a que han perdido sus vínculos por el consumo, luego logran recomponer ese vínculo transitoriamente, desaparecen de la calle y vuelven a recaer si no tiene una alternativa terapeútica adecuada. Podemos ayudarlos a través de la red que va desde el Portal Amarillo hasta el hospital Maciel y todo el servicio de policlínicas que tenemos en todo el país", detalló.
Personas privadas de libertad
Dentro de este plan de trabajo con poblaciones vulnerables, más de 200 profesionales de la salud trabajan en el programa para personas privadas de libertad atendiendo dentro del sistema carcelario urgencias, emergencias, policlínica, salud bucal y salud mental.
Para ello, se instaló una sala de internación con ocho camas en el COMCAR que funciona las 24 horas con un médico a permanencia.
Según los datos aportados por Porciúncula, hay 3200 personas privadas de libertad en el COMCAR bajo atención, 1200 en el penal de Libertad, 600 en Punta Rieles, 480 usuarios y 7 bebés en el Centro Metropolitano de Rehabilitación femenino, 30 madres y 36 niños atendidos en el centro de rehabilitación El Molino, lo cual constituye aproximadamente el 60% de la población carcelaria que es asistida hoy por ASSE.
“De este número, que son más de 5000 personas, el 90% de ellos fueron evaluados y tienen una historia clínica abierta y al día”, sostuvo Porciúncula.
“Pensamos que este es un paso fundamental en los factores de inclusión, que son prioridad de las políticas de este Gobierno ya que esta presencia de profesionales de la salud en el sistema carcelario permite mejorar la calidad de vida de los presos y la convivencia”, añadió.
Se han creado grupos terapéuticos de 15 personas, con un psicólogo a cargo y un colaborador terapéutico. “Al principio pensamos que iba a ser difícil que la gente concurriera espontáneamente, sin embargo, se generaron muchos grupos y cada vez son más los que quieren concurrir. Estamos generando la posibilidad de que no solamente cumplan una pena de reclusión sino también que pueda hacer un tratamiento de rehabilitación en el sentido psicológico.”
Si bien este programa comenzó hace unos tres o cuatro años, se ha profundizado en los últimos dos. “Nosotros sentimos que integrar a estos equipos de funcionamiento intercarcelario ha determinado un nivel menor de explosión, si bien es una población muy particular, es población vulnerable, no hay ninguna mutualista que se haga cargo de esto”, concluyó.