Las rapiñas en Montevideo cayeron 5 % en lo que va del año y se mantiene el objetivo de reducir este delito 30 % al final del período
En Montevideo, donde ocurren el 81 % de las rapiñas, esta modalidad de delito descendió un 5 % en 2016. “Estamos asegurando que en esta administración, por primera vez desde el retorno democrático, tendremos al final del período menos rapiñas que cuando lo iniciamos”, estableció el ministro Eduardo Bonomi durante su oratoria en la interpelación parlamentaria. Confirmó el objetivo de reducir este delito un 30 %.

Con datos al 11 de octubre, la rapiña ha bajado en todo el país un 3,1 %; con datos a este lunes 24 en Montevideo, bajaron 5 %. La tendencia de crecimiento promedio acumulado desde 1985 es de un crecimiento del 10 %. “En 2016, no solo dejó de crecer, sino que está bajando”, informó el ministro del Interior, Eduardo Bonomi.
“Con estos datos, podemos decir que en toda el área metropolitana, las rapiñas han descendido en 2016 un 4,1 % desde el 1 de enero al 11 de octubre. De por sí, este resultado es muy auspicioso, pero es más auspicioso si analizamos que desde el 11 de abril, cuando inició el Programa de Alta Dedicación Operativa (PADO), la baja en toda el área metropolitana fue del 7,4 %”, complementó.
“Las rapiñas en Uruguay han tenido un crecimiento constante desde hace más de una década. Si analizamos la información en el largo plazo, podemos observar que a pesar de variaciones puntuales a la baja en algún año aislado el aumento ha sido muy relevante desde 1985 a la fecha. Hemos pasado de 1.578 rapiñas en 1985 a 21.120 en 2015”, puntualizó el ministro Eduardo Bonomi en la oratoria.
“Es más, desde el retorno a la democracia, ningún gobierno en su último año de gestión logró que existieran menos rapiñas que en el año que inició su administración. Es decir, que en todas las administraciones, en todas, aumentaron las rapiñas”, aseveró.
“Nosotros nos propusimos alterar esta realidad y nos hemos planteado una muy ambiciosa meta: queremos que en el último año de este período de gobierno tengamos por primera vez menos rapiñas que cuando lo iniciamos. Sabemos que es un objetivo difícil, por algo hasta el momento ninguno de los seis gobiernos desde el retorno democrático lo ha logrado. Y para lograr eso, nos hemos puesto además una meta: alcanzar una reducción de un 30 %”, enfatizó.
Detalló que desde 1985 y 1994, el aumento promedio de las rapiñas consumadas fue de un 20 %. Entre 1995 y 2004 el aumento promedio de las rapiñas fue de un 11 %, y entre 2005 y 2014 el aumento promedio fue de 10 %.
“En el 2015, ya la tendencia se redujo a la mitad, y el aumento fue del 5 %. Y en el año 2016 no solo dejarán de crecer, sino que bajarán. Teniendo esta tendencia estructural de largo plazo, el año 2015 el crecimiento de las rapiñas consumadas fue de 5 %, es decir, mostró un desaceleramiento, aunque aumentó. Y este año las rapiñas bajarán con respecto al año 2015”.
“Nosotros, lo que estamos asegurando es que en esta administración por primera vez desde el retorno democrático tendremos al final del período menos rapiñas que cuando lo iniciamos y para eso nos hemos puesto una meta del 30 %”, certificó.
En ese sentido, puntualizó que la distribución de los delitos en el Uruguay no es homogénea en el territorio nacional. En el año 2015, el 94,4 % de las rapiñas se concentraron en el área metropolitana y si observamos hacia atrás en los años esta concentración es constante.
El año pasado, en Montevideo ocurrió 81,2 % de delitos; en Canelones, el 13,2 %; y en San José, el 3,4 %. Por lo tanto, indicó que es claro que el fenómeno de este tipo de robo con violencia implica un componente específico que favorece su ocurrencia en determinada área geográfica del país.
Además de tener una tendencia a concentrarse en determinadas zonas, también suceden en franjas horarias específicas del día, en particular entre las 17:00 horas y la medianoche.
“Toda esta información hoy está disponible y es analizada en forma permanente por la Policía a través de grupos altamente especializados. De esta forma y a partir de nutrirse de experiencia internacional, se comenzó a georreferenciar información para encontrar continuidades en la concentración del delito. Se definieron puntos calientes, se caracterizaron áreas críticas, se utilizaron complejos software de predicción de eventos delictivos y se diseñó un modelo de intervención adaptado a la realidad del problema que tenemos”, dijo.